Los increíbles beneficios de la fruta estrella del verano: tiene vitaminas y refuerza el sistema inmunológico
No solo conquista el paladar por su sabor dulce y refrescante, sino que también nutre el cuerpo; por qué no se recomienda consumirla de noche
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La sandía, también conocida como patilla o melón de agua, es una fruta originaria de África. Su cultivo se remonta a miles de años y hoy en día se disfruta en todo el mundo. La temporada ideal para consumir sandía es durante el verano cuando alcanza su punto óptimo de maduración y sabor.
Para elegir la sandía perfecta, se debe buscar una que sea firme al tacto, con una cáscara lisa y brillante. Un buen indicador de maduración es el sonido: al golpearla ligeramente, tiene que emitir un sonido similar a hueco. Más que una simple fruta, la sandía está repleta de vitaminas, minerales y antioxidantes que nutren y fortalecen el cuerpo humano. Su alto contenido de agua, que supera el 90%, la convierte en un aliado perfecto para mantener una hidratación perfecta, especialmente durante los días calurosos como en el verano argentino.
Pero sus beneficios no se limitan a la hidratación. La sandía aporta vitaminas A, B6 y C, esenciales para el sistema inmunológico, la salud de la piel y la vista. Además, es una fuente de potasio y magnesio, minerales que intervienen en la función muscular y nerviosa.
Su contenido de licopeno, un poderoso antioxidante, la convierte en un escudo protector contra el daño celular, previniendo enfermedades como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. La citrulina, otro componente presente en la sandía, se convierte en arginina en el cuerpo, lo que ayuda a mejorar la circulación sanguínea y reducir la presión arterial.
Además, su bajo contenido en calorías y grasas la convierte en una opción ideal para quienes buscan controlar su peso. Y, sobre todo, su riqueza en fibra facilita la digestión y ayuda a mantener un sistema digestivo saludable. La sandía no solo conquista el paladar, sino que también nutre la belleza. La vitamina C presente en la sandía ayuda a mantener la piel sana y radiante, mientras que la vitamina A fortalece el cabello.
Se recomienda comerla muy fresca, ya que cuando entra en contacto con el oxígeno es capaz de producir hasta un 0.5 de arsénico, por lo que no es muy recomendable mezclarla con alcohol o comerla de postre, pues puede caer pesada al estómago. Así también, si se sufre de problemas hepáticos, de vesícula, dispepsia o cólicos y dilatación del estómago, lo mejor es que no se la consuma, ya que la mezcla puede resultar hasta intoxicante. Siempre es mejor, antes de sumar un nuevo alimento a la dieta, consultar al médico de cabecera.
La sandía no solo es una fruta rica y refrescante, sino que también es un aliado para la salud. Entre sus principales beneficios encontramos:
- Alto contenido de agua: Compuesta por un 92% de agua, la sandía es ideal para mantener una buena hidratación, especialmente durante los días calurosos.
- Fuente de vitaminas y minerales: Contiene vitaminas A, B6 y C, así como potasio y magnesio, esenciales para el buen funcionamiento del organismo.
- Propiedades antioxidantes: Su contenido de licopeno, un poderoso antioxidante, ayuda a proteger las células del daño oxidativo, previniendo enfermedades como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
- Favorece la salud cardiovascular: La citrulina, un aminoácido presente en la sandía, se convierte en arginina en el cuerpo, lo que ayuda a mejorar la circulación sanguínea y reducir la presión arterial.
- Ayuda a la pérdida de peso: Baja en calorías y grasas, la sandía puede ser una excelente opción para quienes buscan controlar su peso.
- Beneficios para la piel y el cabello: La vitamina C presente en la sandía ayuda a mantener la piel sana y radiante, mientras que la vitamina A fortalece el cabello.
Las frutas son un componente esencial de una dieta saludable. Aportan vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes que son necesarios para el buen funcionamiento del organismo. La sandía es una fruta muy rica, nutritiva y refrescante que ofrece una gran variedad de beneficios para la salud. Incorporarla a nuestra dieta de forma regular es una excelente manera de hidratarnos, obtener nutrientes esenciales y mejorar nuestro bienestar general.
Puedes consumir la sandía fresca, en jugo, batidos, ensaladas o incluso en postres. Las semillas de la sandía también son comestibles y son una buena fuente de fibra y proteínas. Si tenés diabetes, consultá con tu médico sobre la cantidad adecuada de sandía que podés consumir.
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