En un encuentro exclusivo para suscriptores del nuevo ciclo LN+ Cerca, la cocinera cuenta los secretos para disfrutar de la comida y aprender a sacar provecho de ella
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“No te acordás de todas las comidas, tenés recuerdo sólo de aquellas que querés revivir el sabor y están ancladas a algo emotivo. Yo trato de coleccionar todas esas y voy en búsqueda de lo más rico posible aunque no es fácil”, dice Narda Lepes.
Comunicadora, conductora de televisión, empresaria, autora de libros gastronómicos, pero sobre todas las cosas, cocinera. Narda Lepes viene deleitando el paladar de los argentinos desde hace aproximadamente dos décadas. Sabores únicos, fórmulas hechas con amor, con instinto y pasión, todas características que se le atribuyen a su cocina.
Sus inicios televisivos fueron en el canal gastronómico El Gourmet en un programa junto a los chefs Maxi Amborsio y Sebastián Tarica. Con el tiempo se empezó a destacar por su especialidad, la cocina fusión, donde mezclaba cocina japonesa con la argentina. Luego tuvo un programa propio, recorrió el mundo probando sabores y hoy es una de las cocineras argentinas más consolidadas en el ámbito gastronómico.
Su pasión comenzó cuando era chiquita: “En mi familia siempre importó la comida. Por ejemplo si pedimos una pizza, la esperamos con el horno caliente. Cosas como ésta me marcaron porque cuando iba a casa de otros me daba cuenta que no había esa misma relación”, dice Lepes en una entrevista exclusiva para el nuevo ciclo “LA NACION + Cerca”.
Y añade: “Ahí empecé a prestar atención y a darle más importancia a la comida. Estaba metida en la cocina, iba aprendiendo y se me fue dando esta carrera”. Hoy, ya con varios restaurantes abiertos, donde su historia personal está presente: arma platos inspirados en comidas de su infancia, en familiares -como es el caso de sus abuelos o como la mousse de chocolate de su mamá-. En dichas cartas hay para todos los gustos, no existe un menú monotemático.
La importancia de relacionarse con la comida
Cuenta Lepes que para ella, las personas perdieron el vínculo con el producto. “Me pasa que me llaman amigos y me preguntan ‘qué hago con las arvejas que las hice y me quedaron feas’, me mandan fotos y me doy cuenta de que no saben cuándo algo está listo para comer”, detalla.
Para la cocinera es muy importante querer saber y tener intriga sobre la comida. “Hay que prestarle atención a las texturas, a los sabores, a las estacionalidades, saber cuándo conviene comprar y comer un alimento”. Esto último lo destaca como fundamental y hace énfasis en que seguir la estacionalidad de la comida es clave porque el resultado final son alimentos ricos, en buen estado, que hacen bien al paladar, al planeta y a la economía propia.
Respecto a su vida personal, aclara en una entrevista previa concedida a LA NACION que la pandemia fue la única vez donde fue ama de casa. Madre de Leia de 11 años, se jacta de que siempre cumplió con el rol de mamá, cocinera y un montón de cosas más, pero ama de casa no es lo suyo: “No sé usar el lavarropas, en plena cuarentena aprendí a pasar la aspiradora, a planchar, y eso lo hago más o menos”.
Consultada por los suscriptores durante la entrevista en vivo, la chef contó que respecto a la alimentación de los niños, uno debe ser el ejemplo de ellos. “No hay que preguntarles qué quieren comer, se come lo que hay en casa”, dice con énfasis. Añade también que en muchas ocasiones los pequeños se encaprichan o tienen problemas con los alimentos porque prestan atención a lo que pasa en torno a la comida en el hogar. “Los chicos miran si todos comen juntos en la mesa, con qué ánimo se cocinó y si sienten la presencia de fuertes químicos en la comida”. Para ella, en esos casos que se consideran “perdidos” sí o sí hay que reeducar el paladar.
Entre risas cuenta que hace varios años llegó a ir al Ministerio de Educación para consultar cómo podía hacer para que se dicte en las escuelas una materia sobre comida. “Está todo roto, te sentás a hablar con alguien y no se da cuenta de la importancia que tiene la comida. A mí me gustaría que, dependiendo de la edad, los chicos aprendan qué es lo comestible y qué es lo que hace bien”.
La relación con la comida es importante y desarrollarla es un proceso. Si bien considera indispensable educar el paladar durante la niñez, para Lepes hay otros temas de la actualidad que sirven para educar sobre alimentación a los más grandes.
“Ser vegetariano viene de hace muchos años y es más simple de encarar, en cambio, el veganismo es algo más profundo. Hoy en el mercado hay mucho producto etiquetado como vegano y en verdad es ultraprocesado, te hace pensar que comprás salud y no”.
Sostiene Narda que quienes se hacen veganos emprenden ese camino por distintos motivos: por una opción ética en favor de los animales, porque consideran que consumir carne atenta contra el medio ambiente, otros porque quieren adelgazar o por motivos varios, pero que esto “no es algo que se pueda hacer solo”. Anticipa la cocinera que los futuros grandes cambios alimentarios no van a venir de la industria alimenticia sino de la biotecnología.
Con respecto a esta movida sana, agrega que hay algunas tendencias que pueden ser riesgosas. “Por ejemplo con el detox, chupá limón todo lo que quieras que el hígado no va a cambiar, ahora si estás decidido a modificar tus hábitos eso me parece genial. Hay que empezar por lo que te guste, no hacer cosas locas, hay gente que agarra y dice ‘voy a comer todos verdes todas la semana’. Si vas a hacer algo serio, no lo hagas solo, ni tampoco porque te lo recomendó una amiga, porque lo viste en Instagram o lo dijo un influencer. Hacete chequeos médicos, te atendés con un profesional y a partir de eso vas viendo”, afirma.
Es integrante de la Mesa de Lucha Contra el Hambre, que busca crear un plan que aumente la producción de alimentos y que, a su vez, logre una mejora de la calidad nutricional. Además junto a otros reconocidos cocineros, como Germán Martitegui y Dolli Irigoyen, promulgó la aprobación de la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable, mejor conocida como Ley de Etiquetado Frontal.
“No vas a dejar de comer anchoas porque el producto venga con un etiquetado negro, eso vos ya lo sabías. Pero quizá tenés un nene chiquito y elegís comprarle otra cosa porque te concientizaste. La ley para mí no tiene impacto en la etiqueta sino en las cosas que no deberían figurar en el producto. No se puede poner que ese alimento está avalado por algo inventado o publicitar en una comida que es para niños”, recalca.
Por último Carola Gil, conductora del encuentro, le preguntó “¿Qué es re Narda?” a lo que la empresaria gastronómica respondió: “me importa que la comida sea rica, que tenga sentido, quiero ‘redefinir lo rico’, no demonizo productos e intento ver las cosas un poco a gran escala; yo quiero que las personas se replanteen las cosas, que entiendan que no necesitan recetas”. Y remata: “Es como manejar todos los días con GPS, un día tenés que bajar la ventana y decir ‘voy a comer sin la receta’. Una vez que las aprendés ya te encaminás solo”.
5 frases de impacto para agendar
- “Sólo recordás aquellas comidas que querés revivir el sabor, que están ancladas a algo emotivo”
- “La foto de las mujeres de la gastronomía en 2022 en Buenos Aires está bien, somos más visibles, se generan nuevos vínculos, cambia la forma de liderazgo y la sensibilidad es otra”
- “No necesitás una receta para cocinar, es como manejar todos los días con GPS, un día tenés que bajar la ventana y decir “voy a comer sin la receta”, las aprendés y te encaminás solo”
- “Hacia el futuro todos los grandes cambios alimentarios no van a venir de la industria sino de la biotecnología. No va a venir de un creativo de una agencia sino de la big data”
- “No hagas cosas locas, si vas a hacer un cambio de alimentación, no lo hagas solo, ni tampoco porque te lo recomendó una amiga, o lo viste en Instagram o lo dijo un influencer. Hay que consultar con un profesional y hacerse chequeos médicos”