La evidencia resalta que, si bien esta disciplina se suele practicar individualmente, hacerla de a dos aporta varios beneficios para una pareja
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Las responsabilidades que conlleva la adultez en conjunto con la agitada vida de los tiempos modernos pueden perjudicar seriamente un vínculo de pareja. Dos individuos que se ven poco y nada, que la falta de tiempo compartido los distancia y que se obligan a tener citas o actividades superficiales que a ninguna de las partes le interesa.
Para aquellos que consideran que la conexión de la pareja perdió fuerza y desean reconectarse mediante una alternativa innovadora, pero a la vez espiritual, la práctica de yoga en pareja podría ser la solución.
Esta variación de la disciplina se basa en posturas y ejercicios de relajación y meditación que se realizan entre dos personas. ¿El fin? Principalmente, equilibrar y fortalecer la conexión entre ambos durante la clase y, si bien es una práctica para la que abundan tutoriales online y se puede hacer desde casa, lo recomendado es -especialmente en el caso de principiantes- acudir a clases guiadas por un profesional con trayectoria que les enseñe los movimientos para evitar cualquier tipo de lesiones.
Potenciarse mediante otro tipo de lenguaje: el corporal
El yoga de a dos permite que los integrantes de la pareja se vinculen a través de posturas -denominadas ‘asanas’- para lograr objetivos comunes. Esta práctica puede llegar a ser beneficiosa tanto para el vínculo amoroso como para cada uno individualmente; la evidencia demuestra que el hábito de hacer yoga diariamente presenta gran cantidad ventajas que van desde la reducción de la ansiedad y/o depresión hasta el alivio de problemas físicos de salud o dolencias.
Jane Greer, terapeuta matrimonial y familiar con sede en Nueva York y autora de What About Me? Stop Selfishness From Ruining Your Relationship, destaca en su escrito que el yoga en pareja es una actividad maravillosa que “allana el camino hacia la intimidad sexual”. Según la terapeuta estadounidense, el hecho de planificar la actividad y hacerla de a dos, hace que ambos estén trabajando sus cuerpos, estirándolos y aprendiendo a controlar y relajarse, todo lo cual los prepara para una mejor intimidad a futuro.
“El que empieza a incorporar el yoga en su vida va a notar que su mente está más tranquila y eso, además de ser un beneficio personal termina siendo uno colectivo porque quienes lo rodean van a escuchar y notar los cambios que aparecen e incluso, puede incentivarlos a ellos a probar la disciplina”, dice Romina Rondinone, productora televisiva de ESPN YOGA y profesora de Yoga.
Sucesivamente, la instructora explica que el yoga se caracteriza por ser una práctica en la que no solo se trabaja corporalmente, sino que es algo mucho más completo, “incluye destrezas corporales para mantener al cuerpo saludable; técnicas de respiración -pránáyámas- para aquietar las emociones, los ritmos biológicos y administrar las emociones; y como tercer pilar, métodos de meditación”, cuenta.
“Arranqué a hacer yoga hace un año porque me pareció que podía ser algo bueno para controlar la ansiedad que tenía. Además, necesitaba hacer algo de deporte y me pareció que era una actividad que podría llegar a gustarme, aunque no sabía mucho de qué se trataba para ese entonces”, relata a LA NACION, Julieta Etchegaray, licenciada en Comunicación Social y aficionada de la disciplina. Semana a semana fue sumando clases, avanzó en la práctica y llegó a rendir exámenes para subir de categoría y poder asistir a clases más avanzadas. “Me cambió mucho practicar yoga porque lo adopté como una filosofía de vida en la que se complementan cuerpo, mente y alma”, añade la joven.
A continuación relata que en el último tiempo empezó a fusionar sus clases individuales con las que hacía junto a su novio. “Se dio de forma espontánea. Los dos ya hacíamos yoga en el mismo centro, pero en distintas sedes y ahora de vez en cuando aprovechamos para tener clases juntos. Sí me pasaba que al principio me costaba enfocarme porque nunca había hecho con otra persona conocida mía. Pero fue cuestión de tiempo hasta que me pude concentrar y volver a mí”, sostiene.
Según narra Etchegaray, junto a su pareja ha hecho estiramientos y posturas juntos además de acudir a clases tanto individuales como de a dos. “Si o si es beneficioso para un vínculo porque no es que solo se hace un deporte sino que es algo más mental y espiritual. El yoga no termina en la clase, está en el día a día y, obviamente, todo es más fácil de llevar cuando tu pareja está en la misma sintonía”, enfatiza.
En relación con lo mencionado, Rondinone resalta que, si bien tradicionalmente la práctica de yoga es individual, hacerlo en grupo puede llegar a ser muy poderoso. “Si la pareja también hace yoga entonces la evolución de la disciplina de a dos es aún más rápida porque se respetan el tiempo de práctica (o pueden practicar juntos), comienzan a tener hábitos más saludables, a estar más tranquilos, y a vincularse sanamente, evitando el conflicto”, revela la profesora. Para ella algo fundamental de este estilo de vida es que ayuda a “estar mejor con vos mismo y con los demás”.
"El que ama, se hace humilde. Aquellos que aman, por decirlo de alguna manera, renuncian a una parte de su narcisismo"
-Sigmund Freud en Sobre la más Generalizada Degradación de la Vida Amorosa (Contribuciones a la Psicología del Amor, II).
Rondinone detalla que entre los beneficios de realizar esta actividad en pareja se puede esperar lo siguiente:
Beneficios mentales.
- Disminuye la cantidad de pensamientos y enseña a elegir los que hacen bien mediante técnicas de meditación
- Aquieta los ritmos biológicos mediante los ejercicios respiratorios
- Proporciona más energía, vitalidad y ganas de vivir
- Se trabaja en la mentalización de objetivos y en el autoconocimiento
- Mejora la comunicación
Beneficios físicos.
- Mayor flexibilidad, tonicidad muscular y equilibrio
- Mejor funcionamiento de los órganos internos
- Aumento de la circulación sanguínea gracias a las técnicas invertidas
- Mejora de la oxigenación del organismo y de las células
“Las parejas que se involucran juntas en nuevas actividades desafiantes suelen sentir una mejora tanto en la calidad de la relación como en la atracción romántica”, señala en sus conclusiones un estudio realizado por la Universidad de Nueva York. “Aprender nuevas habilidades juntos les permite divertirse mientras se desconectan de la vorágine diaria y pasan tiempo de calidad compartiendo una experiencia significativa”, detallan en el escrito.
Otra prueba sobre el bienestar que aporta el yoga es una investigación realizada por la Sociedad Británica de Psicología. “Los movimientos no verbales coordinados como el que se encuentra en la respiración rítmica y las posturas del yoga en pareja pueden ayudar a las parejas a que se sientan más sintonizadas afectivamente”, declaran los estudiosos en las conclusiones.
A una deducción similar llegó un estudio australiano en el que se encontró que el tiempo que dedicaron las parejas de la muestra a practicar yoga juntas tuvo una influencia positiva en la satisfacción de la relación gracias al ejercicio de la atención plena (mindfulness) y de la inteligencia emocional.
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