Ser sedentario, no moverse activamente ni dedicar aunque sea unos minutos de la semana al ejercicio son hábitos dañinos que –dependiendo de la edad– pueden tener consecuencias irreversibles en el cuerpo. Las horas que se pasan frente a la computadora, repitiendo incesantemente malas posturas con la espalda y tensionando el cuerpo, perjudican especialmente, a algunas de las zonas clave: dorsales, hombros, brazos y la musculatura superior del cuerpo.