Dolli Irigoyen: “Antonio Banderas y Salma Hayek vinieron a mi cocina e hicieron empanadas en el horno de barro”
Entrevista con la integrante del jurado de Bake Off y anfitriona de celebridades
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El último Día del Maestro, Dolli Irigoyen subió a su Instagram una foto en la que posa junto a un destacado restauranter que todo los años le lleva flores en agradecimiento a quien hace ya unas décadas le enseñó el oficio. “Me sale naturalmente enseñar, no es un personaje”, asegura Dolli, en conversación telefónica mientras viaja en auto al set de Bake Off Argentina. La temporada 2021 del reality de pastelería que emite Telefe la tiene como jurado –junto a Damián Betular y a Pamela Villar–, y allí Dolli recorre las mesadas de los participantes con espíritu docente (como “maestra Siruela”, dirá ella riéndose de sí misma). Ese mismo espíritu con el que ha puesto a cocinar a celebrities como Joaquín Sabina es el que hoy también se deja ver en su Instagram, donde esta maestra de cocineros se divierte con lo que mejor sabe hacer: enseñar a cocinar.
“Me entretiene mucho hacer videítos para Instagram –cuenta Dolli–. De repente se me ocurre un plato o quiero hacer dulce... El otro día fui al Mercado Central y conseguí un zapallo enorme para hacer dulce, y de paso lo grabé para transmitirlo y para que la gente aprenda. Siempre es muy bienvenido que les enseñe con claridad, sin secretos, todo lo que tiene que hacer para terminar un buen plato, un buen dulce, una buena conserva”.
–Tanto en Bake Off como en tus redes tenés siempre algo de maestra.
–Eso me sale, yo soy muy maestra Siruela, es parte de mi ser. Me sale naturalmente, me sale enseñar.
–¿Y por qué Siruela?
–(Se ríe) Por cómo a veces explico o corrijo, que voy con el dedito, un poco riéndome de mi misma. Maestra Siruela porque soy muy maestra de las de antes, de decir “esto lo hacés así”.
–La Dolli que vemos hoy ¿en Bake Off tiene algo de actuado?
–No, actuar no me sale. Yo me olvido que hay una cámara, me olvido que es un programa. Me divierto y trato de enseñar y, al mismo tiempo, de exigir al momento de juzgar y de dar una devolución justa.
–¿Cómo es hoy tu rutina cotidiana con el programa?
–De lunes a viernes, la rutina es levantarse temprano. Make up y pelo, vestirse y estar en la carpa para arrancar el programa. Si bien el tiempo real de cocinar son más o menos dos horas, las horas de grabación son muchas. Hay algunos días que es un desafío técnico, y en este desafío estamos al principio, damos las instrucciones y después vamos a una carpa y desde allí esperamos a que terminen. Después probamos a ciegas los 12, 13 o 14 postres, y después la devolución. En este momento en que estoy haciendo este trabajo, es lo único a lo que me puedo dedicar, no me queda tiempo para otra cosa.
–¿Extrañás cocinar?
–Claro, siempre extraño cocinar. Además recién ahora podría empezar a funcionar Espacio Dolli [su salón de eventos privados], porque no había eventos. Entonces cocino para mis nietos, para mis hijos, algún plato nuevo, pero no es la rutina de tener eventos todo el tiempo. Eso extraño mucho. De todas formas, cuando llego a mi casa a la noche me cocino, y los fines de semana cocinamos en familia.
–¿Qué cocinás para vos?
–Trato de comer muy sano –muchos vegetales, hervidos o crudos, hago arroz, algún que otro cereal, una sopa o fruta–, porque todos los días la cantidad de azúcar y de grasa que probamos es mucha. Trato de balancear y cuidarme porque si no, no hay cuerpo que resista.
–Cocinaste para muchas celebridades. Te digo nombres y contame anécdotas. Empecemos por Joaquín Sabina.
–Sabina, ¡un genio! Cociné en tres oportunidades para él. En la primera era un poco un juego en el que él tenía que cocinar conmigo: picó los hongos, preparamos un risotto, fue muy divertido. Y la segunda vez vino con toda su banda, y ahí se avivó: agarró un vaso de whisky y dijo “aquí la que manda es Dolli”. Los puso a todos a cocinar y él, a observar.
–Mercedes Sosa.
–Entrañable y querida. Ella me admiraba a mí, me veía en la televisión. Y en muchas ocasiones cuando veía que hacia determina cosa, su secretaría me llamaba y me decía que Mercedes quería comer eso. Y bueno, iba y tomaba el té con ella. He compartido algunos programas de televisión con ella. Recuerdo que una vez compartimos una entrevista con Soledad, y Mercedes le daba consejos: “Sole, ¿vos preparás tu garganta? Tenés que estudiar”. Sole le decía “no, yo canto nomás”. Mercedes era muy amorosa, un ser mágico.
–Ricky Martin.
–Un dulce, un amoroso. Cuando le pedí que me grabara un mensaje para mis nietas, inmediatamente me puso a mí en el medio y les habló. Ricky Martin estaba en un grupo enorme de artistas, y es increíble lo que logra la comida en este tipo de grupos. El fin era cocinar dentro de los Grammy y que los artistas se relajaran, se interrelacionaran y que no estuviesen compitiendo y esperando ver quién ganaba el Grammy. Que tuvieran un momento de encuentro y de amistad. Y eso se logra con buen vino y una muy buena comida
–Antonio Banderas.
–Banderas vino a Espacio Dolli, y viste lo que son las organizaciones que los traen: que tienen temor de que no se va a querer quedar, que va a estar dos minutos, que se va a ir al hotel a descansar... Banderas llegó, se relajó. Vino con Salma Hayek, que también se suponía que se tenía que ir a peinar... Pero se engancharon y se pusieron a hacer empanadas en el horno de barro. Todo el mundo decía “No hay que sacarlos fotos”, y ellos se pusieron a disposición para que les sacáramos fotos con cada uno de mis empleados, y después se quedaron a almorzar. Los grandes son grandes por algo.
–No más nombres, hablemos de gastronomía: ¿va a cambiar cuando se reactive tras la pandemia?
–Me parece que este mundo cambió, que nada va a ser igual, que las formas van a ser distintas. Creo que hay un cambio en la forma de producir, y me parece que la gastronomía va a tener un giro muy importante, y que los cocineros y los dueños de los restaurantes hemos aprendido que hay que poner el ojo en muchas cosas. Creo que hemos sido grandes luchadores y tal vez unos de los más castigados. En esta pandemia y en este país que no repunta.
–¿Qué propuestas nuevas e interesantes viste últimamente?
–Hay nuevos lugares, más chiquitos, más relajados, con menos servicio pero con una comida excepcional, y con cocineros que están poniéndose al hombro el lugar. Sitios que le ponen mucho énfasis al producto de estación, con muchos vegetales: los platos parecerían una guarnición más que un plato en sí. Hay varios lugares que tienen platitos como si fuera una mini porción, entonces podés pedir varios al centro de la mesa y compartir. Por otro lado, las cartas se han acortado porque no se puede tener tanta cantidad de producto, y hay mucho problema con el personal: hay muy poco personal. No sabemos qué pasa, porque todo el mundo quería ser cocinero y de repente no hay cocineros. Por suerte han aparecido talentos que realmente la están rompiendo.
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