En tiempos de delivery, el plástico es rey. Ensaladas y postres que llegan en bandejitas traslúcidas, salsas en recipientes con tapa, carnes en bolsas cerradas al vacío. En el afán de mejorar la estética de las presentaciones y sumar detalles culinarios, hay casos donde un único envío a domicilio para cuatro personas puede significar luego una bolsa entera -de esas negras y grandes, las de consorcio- repleta de los desperdicios que genera. No se trata de acusar: en medio de la mayor crisis global en la gastronomía, no es fácil convertir de un día para el otro la estructura y oferta de un restaurante hacia un formato de delivery, teniendo además el tiempo y recursos necesarios para replantear el tipo de envases que se utiliza. Menos aún en este contexto, con locales dedicados al packaging todavía cerrados o funcionando a medias. Es como decía Mafalda en una de sus eternas tiras cómicas: "lo urgente muchas veces no deja tiempo para lo importante". Pero hay quienes resisten esta idea. Lugares que, sin quitar el foco en la calidad y sabor del producto, se toman igual una pausa necesaria para reflexionar sobre los métodos de envío más amigables con el ambiente. Desde botellas retornables a cajas reutilizables y envoltorios biodegradables, aquí recomendamos cuatro deliveries amigables con el ambiente.
Menú del día
Por separado, Proper y Gran Dabbang ya contaban entre los más ricos e interesantes del país. Y con la pandemia, fueron por más, uniendo dos propuestas en una. "Somos amigos, jugamos al fútbol entre nosotros", cuenta Mariano Ramón, chef detrás de Gran Dabbang. "Juntamos a los equipos en Proper y rediseñamos la cocina y protocolos de sanidad. Fue un proceso de aprendizaje intenso, pero con un gran objetivo: hacer algo que nos divierta", explica. Platos como el increíble curry de boniatos asados y piñones de araucaria; un matambrito de cerdo al horno de leña con gochujang y sarraceno tostado; los repollitos de bruselas con arándanos, pomelo y almendras son algunos de los ejemplos de un menú repleto de ideas y sabor. De postre, claro, el famoso flan de Proper, como garantía de felicidad.
"Definir el packaging fue de lo más difícil. Los primeros dos días usamos plástico, pero no queríamos eso. Hoy tenemos los envases de Bio Packaging, con buenos productos que hay que aprender a usar. Algunos son blandos, otros se humedecen fácilmente, así que llevó mucho de prueba y error", dice Mariano. Un proceso que exigió adaptar recetas y pensar otras que sean más fáciles de trasladar, minimizando también la cantidad de paquetes enviados. Hoy, el único plástico que incluyen es la botellita pet con el aceite de oliva. "Vamos aprendiendo, siempre con el mejor espíritu. Pensamos esta etapa como una gran feria Masticar, donde nos ponemos creativos, hablamos entre nosotros y probamos lo que hacen otros. Como dije antes: si todo es tan difícil, al menos hay que pasarla bien".
- Menú en Instagram: @dabbang_ / @properrestaurant
- Pedidos al Whatsapp: 11-3501-0481
Buñuelos
Catalino nació como un espacio combativo, definido por su compromiso con la agroecología y la soberanía alimentaria. Y en estos tiempos, lejos de bajar los brazos, el lugar redobla su apuesta. "¿Cuándo fue que empezamos a necesitar tanto todos los días? ¿Más ingredientes, más envases, más decoración en el plato y más nombres en el menú?", preguntan obligando a la reflexión. Así, hoy Catalino se reconvirtió en La Buñuelería, ofreciendo croquetas y buñuelos repletos de sabores familiares, aprovechando el cien por ciento de cada producto, todo con materias primas orgánicas o agroecológicas.
"Volvamos a las fuentes, a la cocina de origen, a la simple, la que no recibe premios, aunque es la que más alimenta", afirman. En su caso, esto se traduce en perfectos y crocantes falafels, en buñuelos de acelga o de colinabo, en pakoras indias de berenjenas y en croquetas de papa y de jabalí, entre más opciones. Todo esto se envía en bolsas que doblan ellos mismos cada jornada, partiendo de papel reciclado. Las salsas y dips llegan en vasitos de cartón, teñidos con agua de grosellas. "Hacer estos envases no nos costó más dinero ni tuvimos que contratar asesores o especialistas. Tan solo requirió algo de tiempo y buena voluntad de nuestro querido equipo", explican. Una mirada distinta para un mundo distinto.
- Menú en Instagram: @catalinorestaurant
- Pedidos al Whatsapp: 11-6384-6461
Brunch y croquetas
Nada más lindo que despertar con una caja repleta de cosas ricas para el brunch de fin de semana. Imaginen: un esponjoso bagel con salmón y queso con ciboulette, otro con lomito de cerdo ahumado; también croquetas de espinaca y otras de jamón crudo, además de unos deliciosos scones de panceta y queso. Del lado dulce, se suman mini budines de limón, unos rolls de canela y un goloso cuadrado de brownie. Para beber, un buen jugo de naranjas exprimido y la opción de sumar botellita de 187 de Chandon o el clásico Bloody Mary. Todo esto es parte de la oferta de brunch que desde hace dos semanas ofrece Home Buenos Aires, el lugar que hace ya años supo redefinir la hotelería boutique en Buenos Aires (y que tiene, también, uno de los jardines ocultos más lindos de la ciudad). Este brunch, así como otras propuestas de la casa -hay veggie box, bagel box, sweet box, entre otras- llega con conciencia ecológica, en un packaging 80% biodegradable. "Diseñamos un menú pensando en el envasado, para que en su mayoría pueda ser papel y cartón", cuenta Patricia O'Shea, a cargo del lugar. "No usar plástico es un límite. En Argentina falta desarrollo de packaging, que no sea carísimo pero que sea ecológico. También como consumidores debemos poner nuestra parte, si algo viene en plástico, es importante reutilizarlo las veces que puedas", afirma. Una idea y compromiso que, con estas cajas felices de Home Buenos Aires, se pone en acción.
- Menú en Instagram: @homehotelba
- Pedidos al Whatsapp: 11-4406-3913
Cocina saludable
B-Fresh es parte de esa generación de delis y restaurantes que ponen la salud al frente de la propuesta. Materias primas agroecológicas (el 90% de lo que utilizan tiene certificación orgánica), preponderancia de frutas y verduras, jugos prensados en frío, leches vegetales, fermentos como kefir y kombucha, quesos a base de legumbres y frutos secos conforman hoy un nutrido almacén con productos para comprar y disfrutar en casa. A esto, claro, se suman además platos de cocina, con una carta de otoño-invierno recién estrenada: hay desayunos con pancakes de avena y clara de huevo o french toast de con leche de amendras; almuerzos y cenas con sopa de calabaza, leche de coco y almendras; también pollo pastoril con zapallo, hummus y pepinillos; o wok de arroz yamaní, tofu y vegetales. Y postres y pastelería que incluyen un húmedo de cacao, almendras y chocolate al 70%, entre muchas más opciones de una carta amplia e ideada para todo el día. "Cuando se piensa en la salud del comensal, también hay que considerar la del ambiente. Ya desde que arrancamos con B-Fresh utilizamos packaging biodegradables, elaborados a base de caña de azúcar o de maíz, de empresas como Mamaland, Composteame y Bio Packaging", cuenta Martín Ferraro, quien junto a su hermana creó este lugar. A esto se suman preciosos envases de vidrio reutilizables, e incluso retornables (al cliente que lo lleva de vuelta se le devuelve parte del dinero pagado por el producto). "También pensamos los nuevos platos para que se adapten mejor al delivery y a estos envases, de manera tal que lo que recibas sea tan bueno como lo que podías comer en el local", dice. De la tierra al comensal y del comensal a la tierra: un camino siempre circular.
- Menú en Instagram: @bfreshstore
- Pedidos al Whatsapp: 11-5040-7816
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