Los enormes riesgos de no pedir el apto físico para chicos
Debés estar harto de escucharme hablar de este tema. Pero insisto porque me parece valiosísimo, y porque me cansé de ver noticias de casos tremendos de personas desplomándose en el gimnasio que me dan la razón: realizar o no el apto físico antes de comenzar a entrenar puede ser la diferencia entre vivir o morir. Y es especialmente vital en chicos, el tema que quisiera abordar hoy.
Por lógica, solemos asumir que los niños son sanos. Por eso, a muchos les suena exagerado pedirles certificados médicos para iniciar cualquier tipo de actividad. Si viven corriendo, saltando y jugando por su cuenta, ¿por qué no podrían hacerlo de modo regular y en un marco escolar o de club sin problema alguno? Porque si hubiera alguna patología de base no diagnosticada, el riesgo sería altísimo. Y porque no es lo mismo jugar con amigos en la plaza que tener una rutina de entrenamiento fija que exige determinado esfuerzo y resistencia.
Cada año, 6000 niños nacen con cardiopatías congénitas. "La mitad se detecta en la infancia, porque son evidentes. Pero la otra mitad, en la edad adulta, porque son asintomáticas y solo se pondrán en evidencia ante grandes esfuerzos físicos", detalla el doctor Rodolfo Kreutzer, cardiólogo y cirujano cardiovascular infantil, director del Instituto Cardiovascular Infantil. La mitad de esos chicos estará expuesto a un enorme riesgo en cada entrenamiento, en cada ida al campo de deportes del colegio o partido con amigos. "De ahí la importancia de insistir y concientizar en un apto físico para realizar deportes de alto rendimiento".
Para los niños, el estudio es muy similar al de los adultos: un electrocardiograma, una ergometría, un ecocardiograma, una radiografía de tórax y un examen de sangre para buscar, por ejemplo, diabetes. Parecen muchos pasos, y hasta podría pensarse que será engorroso ir de un centro a otro para cumplir todos. Pero esa es otra excusa: numerosos institutos médicos tienen hoy previsto el servicio de apto físico, en el que el paciente concurre con un turno y se realiza todos los estudios en pocas horas. El mismo Instituto Cardiovascular Infantil donde trabaja Kreutzer es uno, así como el Garrahan, la Fundación Favaloro o el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez ofrecen la opción de solucionar este tema en apenas una mañana.
El apto físico es una exigencia legal (art. 3 de la Ley 5397), pero aún así no todos la cumplen. Ni los padres ni los colegios o clubes lo piden con la rigurosidad que deberían. "Nadie puede saber si ese niño o joven que se ve sano tiene o no una arritmia asintomática, diabetes o cualquier cardiopatía fatal", advierte el doctor. Y si nos ocupamos de alimentar sanamente a nuestros chicos, de abrigarlos para que no se resfríen, de ir a buscarlos con puntualidad al colegio y mil cuidados más, ¿por qué no hacer este, tan trascendental y valioso?
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