Lidera una de las sandwicherías de miga más exitosas de la Patagonia y revela el secreto de su éxito
Omar Pereda, representante de la sandwichería Franoi de Río Gallegos, dialogó con LA NACIÓN acerca del éxito de su negocio y explicó la cultura sureña alrededor de este producto
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Así como Salta es reconocida por sus empanadas, Tucumán por sus sándwiches de milanesa y Mar del Plata por sus alfajores; Río Gallegos se caracteriza por ser la capital nacional de los sándwiches de miga. Una de las empresas exponentes de esta premisa es la sandwichería Franoi, que hace cuatro años se convirtió en una de las más exitosas de la Patagonia por su sabor, calidad y frescura. Omar Pereda (33), uno de los líderes de las decisiones de la empresa, dialogó con LA NACIÓN y se refirió a la cultura patagónica alrededor de este producto, que es uno de los símbolos de la ciudad.
“No hay ciudad que tenga la misma cultura por el sándwich de miga como nosotros, porque es algo un poco oculto. Cuando vos traés a alguien acá, ¿a dónde lo llevás? Lo llevás a comer un cordero, a comer un sándwich de miga y un helado artesanal: es parte de la cultura de Gallegos, son los tres puntos a recorrer”, explica Omar Pereda, hijo del dueño del local, Héctor Omar Pereda.
En Río Gallegos se da un fenómeno con quienes deciden irse a vivir a otro lado o con los estudiantes que salen hacia otras ciudades para continuar con sus estudios universitarios: cada vez que un familiar o amigo viaja a visitarlos, es una costumbre salir del aeropuerto con una docena de sándwiches de miga como un souvenir del sabor de la Patagonia.
“Eso pasa hace 15 años. En su momento, yo volvía de estudiar de Buenos Aires y mi abuela me esperaba con un asado de cordero y con planchas de Primavera (local emblemático de Río Gallegos). Acá la gente viene y me dice ‘me lo llevo a Buenos Aires’. ¿Te lo llevás a Buenos Aires o al Calafate? Bueno, yo te aconsejo que no lleves algunos tipos de sándwiches que no pueden llegar y te doy una cajita para que no se aplasten”, continuó.
El fenómeno se explica porque hace más de treinta años una empresa icónica de la ciudad como La Galleguense creó este concepto de sándwiches fabricados en el momento, a la vista del cliente y con una dedicación especial en la búsqueda del sabor.
Esta posta la tomó Primavera, que fue un boom durante los siguientes años y puso la bandera de este producto en lo más alto. Desde el 2021, este rubro lo lidera Franoi, que en la última Navidad vendió más de 30.000 sándwiches y es uno de los más elegidos por los ciudadanos. A la par, se les sumó la competencia de panaderías como Santa Cruz, La Universal y Bongya, que eleva y amplía la competencia en el mapa sureño.
“La Galleguense era de la época de mi viejo. Después vino Horacio Díaz (dueño de Primavera), yo me acuerdo de chico y llamar por teléfono para pedir una plancha de primavera (tomate, lechuga, jamón y queso) y de palmito, que me fascinaba”, señaló Omar y agregó: “Yo he probado sándwiches en Córdoba, Buenos Aires, en Chaco, en El Calafate, en Posadas, Entre Ríos, Río Negro, Chubut y creo que es un concepto distinto. Y algunos sí están mal elaborados, nosotros al sándwich de miga lo tratamos como si fuera Lionel Messi. Si fuera por mí te mandaría a alguien que te lleve el sándwich hasta el auto y que te lo cierre con algo para que no se te seque. No nos gusta que se arruguen, ni que se apilen, lo tratamos con un amor terrible. Creo que ahí está la dedicación que le damos”.
La sandiwichería Franoi comenzó su historia el 23 de agosto del 2019 en la calle Fagnano, frente al Registro Civil y desde el minuto uno fabrican su propio pan de miga para autoabastecerse. Y sumado a la calidad de la materia prima, generaron un resultado que sorprendió a más de uno. En consecuencia, las ventas y el boca a boca elevó la demanda, por lo que se mudaron al centro de la ciudad en la calle Zapiola, donde ampliaron su cantidad de empleados y de clientela.
En la fábrica, que tiene un mostrador con vista a la cocina de los sándwiches, los clientes pueden elegir entre más de 150 sabores. Algunos se quedan con clásicos como jamón y queso, y primavera, y otros se animan a sabores más osados en este rubro, como el de langostino y vitel toné. Además, se venden mucho los de rúcula, parmesano y jamón crudo; panceta y cebolla caramelizada; queso azul con rúcula, pera y nuez; o las diferentes variedades de mariscos.
En los momentos en el que el trabajo lo permite, Omar Pereda y Walter Sosa, otro de los responsables del local, se reúnen en la oficina con mates de por medio, a pensar nuevos gustos inspirados en lo que los rodea día a día. “Las decisiones se toman en conjunto con el grupo de trabajo. No hay una persona que tome la última decisión”, señaló Pereda.
Uno de los secretos del éxito para ellos es la selección de personal y la creación de un buen ambiente laboral. “Mi propósito en la vida es ser el hombre más feliz en la Tierra y eso lo traslado a mi trabajo. Quiero que los chicos tengan el mejor trabajo que puedan y que sean felices porque ellos son artistas a la hora de trabajar. Y un artista inspirado trabaja bien. Ellos trabajan con sus manos, son artesanos del sándwich. Esto no es una maquinaria”, indicó Omar.
“Yo creo que se dieron todas las cosas por el nivel de las personas involucradas: desde la gente que hace la miga en la planta, pasando por el encargado de mesa y producción, hasta el sandwichero que tiene ganas de hacer las cosas. Es decir, hacer las cosas lo mejor posible. Desde limpiar bien la lechuga a hacer algo tan importante como el pan de miga”, explicó.
“El éxito pasa por dar lo mejor de uno y encontrar el equilibrio emocional. La gente está bien trabajando, ves un buen ambiente laboral (...) La buena onda que se armó dentro de la empresa se refleja en el producto”, continuó.
La marca ya está registrada y no descartan la posibilidad de abrir una sucursal en otra ciudad. “Yo me animaría a abrir una sucursal, más que vender una franquicia. El tema es que hoy por hoy, la infraestructura de lo que es la gastronomía es mucha plata y está muy difícil. Una mesa de acero vale medio millón de pesos, por ejemplo. No podés proyectar mucho en Argentina”, manifestó.
Una de las paradas obligatorias de cada turista que pasee por el sur es Franoi, aunque también se encontrará con una amplia competencia en el rubro de los sándwiches tanto en rotiserías como en panaderías.
“Dar lo mejor como persona. Ser consciente que estamos trabajando para llevar los mejores sabores a la ciudad y trabajar con frescura. No creemos que somos exitosos, pero sí queremos ser los número uno y trabajamos para eso”, concluyó Omar Pereda, uno de los responsables de la actualidad del rubro en la Patagonia argentina.
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