Ahora que el vino cada vez más se bebe por su origen, por cómo el lugar en donde nace define estilos y gustos posibles, algunos rincones de la Argentina vitícola cobran relevancia y gana espacio en las etiquetas. Las Compuertas, en Luján de Cuyo, es el caso perfecto.
Como su nombre permite suponer, Las Compuertas era el lugar desde donde se desviaba el agua, ya en tiempos coloniales, hacia la ciudad. Está ubicada en el punto más alto de Luján de Cuyo, justo donde el pedemonte y el río se encuentran. Zona de viña desde siempre, Las Compuertas se convirtió en el último tiempo en la joyita preferida del vino con aires patrimoniales en Mendoza. Razones no le faltan.
El Malbec tiene un terruño de lujo, entre suelos y altura. También Cabernet Sauvignon y Franc descollan, junto a pizcas de Petit Verdot. A 1070 metros, es el punto más alto de la antigua frontera del vino –antes de que Valle de Uco escalara o que Agrelo entrara en escena– y por ello los tintos resultan profundos en color y aromas. En pocas palabras, se granjearon una cuota de merecido prestigio a lo largo del tiempo.
El otro dato para el ascenso reciente hay que buscarlo en el turismo. A veinte minutos del centro de la ciudad, ofrece un rincón perfecto para una visita de medio día, recorriendo antiguos callejones con nuevos aires:
- Casas como la de Finca Bandini, recién inaugurada para el turismo en el corazón de un viñedo.
- Los viñedos de Viña Alicia y Luigi Bosca en delicadas pendientes.
- Bodegas antiguas como Kaikén y Durigutti reacondicionadas sin perder el estilo, o de enfoque boutique como el Riccitelli Wines,
Lugares que suponen puntos fuertes para tomar una copa bajo los árboles al arrullo de los canales que llevan el agua al resto de Mendoza.
Por último, el mismo sistema de riego es parte del paisaje. Desde una pasada por la derruida Toma de los Españoles –las antiguas compuertas en tiempos virreinales–, a los anchos canales que copian las curvas de nivel con el rumor de sus saltos y cambios de pendiente, la vida reverbera dentro de ellos como el paisaje mismo.
Metro cuadrado
Este idilio entre agua y vino (en medio de una de las grandes sequías de las que se tenga memoria) es reconfortante. Pero si la falta agua es una amenaza que ajusta el cerco, el crecimiento urbano lo es más en este rincón. A la par de barrios privados, las hileras de vid se mezclan con centenarios olivos. Y así, mientras que las viñas producen por hectárea, el metro cuadrado comienza a ser la vara con la que se miden el alcance de los vinos.
Los productores de Las Compuertas lo saben: o hacen vinos que le ganen a las inmobiliarias o tienen los días contados. Por eso, en esta IG la distinción y el estilo son la clave de su supervivencia. De modo que sólo ofrecen vinos de excelencia. No tienen margen de error. Y los precios que se pagan por ellos dan buena cuenta de ese desafío.
ABC de Las Compuertas
La región, que ofrece 400 hectáreas, podría dividirse en dos escenarios.
- Las terrazas aluviales, que van desde fincas donde hay más piedras que arena y arcilla –como la de las mencionadas Bandini, Viña Alicia y Los Nobles de Luigi Bosca–
- A las que ocupan la segunda y cuarta terrazas, con sedimentos más finos y piedras de menor tamaño –donde están las fincas de Durigutti, Alta Vista, Cheval des Andes y Kaikén–.
- El otro escenario es el de las fincas que se recuestan sobre el pedemonte, con estructuras coluviales, piedras angulosas en descomposición, de donde Terrazas de los Andes elabora su Single Vineyard, o donde obtiene uva el Proyecto Las Compuertas. ¿Cambia eso el estilo de los vinos? Seguro.
Los que están en los primeros casos son más delgados e intensos en expresión, mientras que los de arriba tienden a los taninos voluminosos y ser más concentrados. Son sutilezas técnicas, es verdad, que los productores hoy tratan de revelar en sus vinos. Un buen ejercicio puede ser comparar algunos Malbec: entre los primeros,
- Luigi Bosca Finca Los Nobles (2017, $2640)
- Bandini Los Muros (2018, $1500).
Entre los segundos:
- Los Malbec de Terrazas de Los Andes Apelación de Origen Las Compuertas (2017, $720)
- Alta Vista Alizarine (2013, $2010)
- Riccitelli República del Malbec (2015, $2220)
- Proyecto Las Compuertas Cinco Suelos (2018, $823).
En materia de Cabernet
- Kaikén Ultra (2018, $650) es un ejemplo idílico
- De Merlot, Fabre Montmayou Reserva (2017, $547).
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