Un especialista reveló lo que le sucede al cerebro después de una mala noche de sueño
La falta de descanso no solo afecta el estado de ánimo y la concentración, sino que tiene consecuencias a largo plazo para la salud mental
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Descansar bien es esencial para mantener una buena salud física y mental. Sin embargo, en nuestra sociedad moderna, muchas personas sacrifican horas de sueño debido al trabajo, los estudios o las actividades sociales. La producción de cortisol, por estar muchas horas frente a pantallas como la del celular, la televisión o la computadora, hacen que nos cueste conciliar el sueño.
Pero, ¿qué le pasa a nuestro cerebro cuando no descansamos lo suficiente? Uno de los efectos más notorios de la falta de sueño es su impacto negativo para la memoria y el aprendizaje. Durante el sueño, especialmente en la fase REM (Rapid Eye Movement), el cerebro procesa y consolida la información adquirida durante el día. Theresa Schnorbach, psicóloga y científica del sueño, explicó: “Cuando nos privamos del sueño, disfrutamos menos de las primeras etapas reparadoras, la etapa de ‘sueño ligero’ que ayuda a mejorar la memoria, el aprendizaje, el tiempo de reacción y el razonamiento logístico”. En consecuencia, esta privación puede llevar a un deterioro de la función cognitiva, haciendo que cueste más recordar información y aprender cosas nuevas.
La falta de sueño también puede provocar alteraciones significativas en el estado de ánimo. Schnorbach comentó al respecto: “Durante el REM, las concentraciones de la sustancia química noradrenalina, asociada con el estrés y la ansiedad, se desactivan dentro del cerebro mientras que la amígdala y el hipocampo (las estructuras del cerebro asociadas con las emociones y la memoria) se reactivan, lo que permite reprocesar los recuerdos perturbadores en un estado libre de estrés y, por lo tanto, ayuda a curar heridas emocionales”. Sin un descanso adecuado, estos procesos se interrumpen, llevando a una peor regulación de las emociones. Esto explica por qué la irritabilidad, la ansiedad y la depresión son más comunes en personas que no duermen lo suficiente.
No descansar bien afecta la capacidad de concentración y el rendimiento cognitivo. “Es por eso que a menudo sentimos que nuestro juicio y nuestra capacidad de atención disminuyen o que es más difícil pensar después de dormir mal”, señaló la especialista. La somnolencia durante el día reduce la atención y la capacidad de tomar decisiones, lo que puede llevar a errores en el trabajo y un menor rendimiento académico.
El ciclo del sueño se divide en varias etapas, cada una de las cuales cumple una función específica en la reparación y el mantenimiento del cerebro. La fase REM es crucial para la memoria y el aprendizaje, mientras que las fases de sueño profundo son esenciales para la recuperación física y la regulación del metabolismo. Interrumpir estas fases puede tener efectos perjudiciales acumulativos en el cerebro y el cuerpo. “Si estás dando vueltas en la cama toda la noche, estos procesos se interrumpen, lo que lleva a una peor regulación de las emociones”, añadió Schnorbach.
Dormir no es solo una necesidad básica, sino un pilar fundamental para la salud. Los efectos de la falta de sueño en el cerebro son profundos y variados; por lo tanto, es esencial priorizar un buen descanso nocturno para mantener el cerebro y el cuerpo saludables. Como concluyó Schnorbach, “el deterioro de la función cognitiva y la regulación emocional después de una mala noche de sueño demuestra la importancia vital de un sueño adecuado para nuestra salud global.”
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