Médicos descubren “el interruptor” de los intestinos: cómo podría solucionar los males digestivos
Estos hallazgos mostraron cómo el sistema nervioso e inmunitario interactúan en el intestino; qué es lo que hay detrás y cómo funciona
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Un estudio dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina de Harvard y la de Medicina Icahn en el Monte Sinaí encontró que la motilidad del intestino se altera por el ejercicio, la presión y la inflamación. Revelaron que una proteína sensible a la presión llamada ‘Piezo1′ desempeña un papel clave tanto en la coordinación de los movimientos intestinales como en el mantenimiento de la inflamación en este órgano a raya.
El intestino es mucho más que un órgano digestivo, ya que es un complejo sistema en constantes movimientos, regulado por señales nerviosas y factores biológicos. Su capacidad para procesar los alimentos y mantener un equilibrio saludable depende de mecanismos que, aunque parezcan menos importantes, tienen un gran impacto en la salud del cuerpo humano, según el portal Infosalus.
El intestino delgado es una parte importante del sistema digestivo que conecta el estómago con el intestino grueso, ya que descompone los alimentos, absorbe los nutrientes y agua, mueve los alimentos a lo largo del tracto gastrointestinal, de acuerdo con la Clínica Cleveland. Durante mucho tiempo, los científicos han sabido que las células nerviosas del intestino impulsan el colon para moverse, lo que permite que este órgano realice su función de soporte vital.

La proteína llamada ‘Piezo1′ es llamada así por la palabra griega para presión y cuyo descubrimiento ganó el Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2021, el cual desempeña un papel clave en el organismo. Esta investigación fue realizada con ratones y los resultados fueron publicados en la revista Cell, revelaron que, si esta proteína se replica en humanos, esta podría llegar a ser fundamental en el diseño de tratamientos de precisión que controlan la inflamación intestinal y los trastornos de la motilidad intestinal, como lo son la diarrea y el estreñimiento.
El profesor de inmunología en el Instituto Blavatnik de la Harvard Medical School y coautor principal del estudio junto con Hongzhen Hu, de la Facultad de Medicina Icahn, comentó: “Con el tiempo, podríamos estimular ‘Piezo1′ para acelerar la excreción, bloquearlo para tratar la diarrea o utilizarlo como una nueva diana para tratar la inflamación intestinal”. Estos hallazgos que encontró el investigador mostraron cómo los sistemas nervioso e inmunitario interactúan en el intestino para mantenerlo en una función saludable y proteger el órgano de la inflamación.
Además, los resultados reforzaron que estos dos sistemas se relacionan eficazmente en otros órganos como lo son el cerebro, los pulmones y la piel. “El equipo analizó el tejido intestinal de ratones bajo diferentes condiciones de presión. Cabe recordar que la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) también es conocida por aumentar la motilidad intestinal debido a la inflamación”, manifestó el científico.
En otro experimento, los investigadores utilizaron otras sustancias químicas para desactivar las neuronas ‘Piezo1′ en el intestino y en los ratones, la digestión se ralentizó notablemente, lo que confirmaron que esta juega un papel fundamental en el tránsito intestinal.
Por Wendys Pitre Ariza
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