Churros de vitel toné: la insólita receta que busca ganar su lugar en las fiestas
La idea fue presentada por una tradicional churrería en las redes sociales y la polémica que despertó fue inmediata; será una edición limitada pero... ¿llegó para quedarse?
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LA NACIONGermán Wille
Se acercan los tiempos de las fiestas de fin de año y hay un plato que es un clásico para la ocasión: el vitel toné. Pero ahora, la salsa que acompaña esta delicia típica de las mesas navideñas se utiliza para un objetivo casi revolucionario que despierta en las redes sociales defensores y detractores. Es que la tradicional churrería El Topo lanzará el próximo miércoles una edición limitada de churros rellenos nada menos que con vitel toné.
Y estalló la polémica...
“Churros rellenos con salsa de vitel toné. Edición limitada para las fiestas. Próximamente… ¡Los leo!”. Así decía un posteo realizado el pasado 2 de diciembre por la cuenta oficial de Churros El Topo, la churrería con locales en la Costa, en Buenos Aires, Bariloche y en otros lugares de la Argentina que es, probablemente, la más popular en las redes sociales.
El posteo venía acompañado por la foto de dos churros rebosantes de un relleno que no es otro que la salsa de vitel toné, realizada con atún, anchoas, mayonesa, queso tipo filadelfia y alcaparras. Ante lo que para varios fue un insólito anuncio -muchos parecen no perdonar la mezcla entre los sabores dulces y salados-, rápidamente llegaron los comentarios de los usuarios de Twitter. Algunos, muy en desacuerdo con la idea.
Opiniones en contra
“Nos quejamos de los yankis que a todo le ponen Oreos, pero mirá a estos hijos de p... asesinos del buen gusto”, escribió uno de los usuarios, de nombre Brian, disgustado por demás con la idea del churro con vitel toné. La respuesta de Churros El Topo no se hizo esperar. “Brian tiene el monopolio del buen gusto”, escribió el encargado de la cuenta de la churrería, que acostumbra a deslizar este tipo de réplicas, cargadas de ironía, pero también de una infinita paciencia.
Otro usuario dijo que la idea del local de churros era desagradable como ver a alguien comiendo una hamburguesa con Rocklets. Y la contestación de El Topo fue la siguiente: “Hagamos algo. Para el próximo relleno te vamos a consultar a vos y nos decís la posta”.
Pero del otro lado fueron muchos los usuarios que se entusiasmaron con la novedad ofrecida en la cuenta, y se mostraron prestos a probar cuanto antes estos churros con su corazón de vitel toné.
“Fue una locura lo de la gente en las redes, y fue miti miti: gente que te dice que sí y gente que te dice que no”, cuenta, en diálogo con LA NACION, Juan Navarro, de 44 años, churrero, segunda generación de la familia que creó El Topo, y a la sazón, el hombre que maneja las redes sociales de esta empresa familiar fundada en 1968.
“Hace más de 50 años que hacemos churros salados”
Pero lo que parece ser una novedad de la temporada, el churro con vitel toné, se enmarca en una tradición de El Topo que tienen que ver con el relleno salado de sus productos. “Hace más de 50 años que mi viejo y su socio arrancaron con los churros salados: atún, rockefort, leberwurst. Era algo de culto y no estaba muy viralizado. Eso es algo que posibilitaron las redes y la pandemia”, dice Navarro.
Así, explica que la idea de un relleno salado no debería llamar la atención, ya que la masa de los churros es salada, y a continuación cuenta cómo nació la idea -esa sí novedosa- de rellenar sus productos con vitel toné. “Hicimos una edición limitada de churros de vigilia, atún y kanikama. Fue bastante bien, pero no tuvo la repercusión mediática que tuvieron estos”, cuenta el churrero.
Entonces, los integrantes de El Topo rememoraron esa idea y se dijeron: “¿Qué tal si hacemos otra edición temática con respecto a las fiestas y hacemos el relleno de los churros con la salsa de vitel toné, lo que va arriba del peceto?”. Así nació este producto innovador. “Lo tiramos y generó mucho en las redes. En Twitter, más que nada”, reconoce Navarro.
Para probar los churros rellenos con el clásico salado de las fiestas bastará con acercarse a alguno de los 15 locales de El Topo a partir del próximo miércoles 8 de diciembre. “El vitel toné arranca con el armado del arbolito en todas las sucursales del país”, anuncia el churrero.
Los primeros test de calidad del producto, según relata Navarro, fueron auspiciosos. “Lo probamos nosotros y los chicos que trabajan en el equipo... y les encantó. Vinieron amigos, proveedores, y probaron. Es riquísimo”, asegura.
“Primera tanda de los de vitel toné en la madriguera de Constituyentes. Los roedores le entraron como lima nueva. Yo lo acompañé con una fresca. También pueden ir con un gintonic con pepino y pimienta y mucho hielo. Fijensé. Lloren chicos, lloren”, anunciaba esta misma tarde la cuenta de Twitter de El Topo, con una nueva foto de estos churros rellenos.
A la idea de acompañar este producto con cerveza o gin tonic, Navarro agrega que estos churros también “van bien con la picada”.
El hombre asegura que la idea de realizar estos churros tiene que ver con que la gastronomía debe “evolucionar”; además, agrega que a él le gusta jugar con los sabores y remata: “Nosotros no ponemos límites, los límites los pone el cliente, que dice si una idea le gusta o no”.
El origen del churro tiene dos versiones: una dice que es un producto que se consumía en China, y fue llevado a Europa por los mercaderes y exploradores de otros tiempos. Otra historia es la que cuenta que este producto vio la luz en España, en las montañas de Cataluña. Allí, los pobladores freían la masa -similar al pan-, con una grasa que provenía de una raza de oveja llamada “churra”. De ahí el nombre que conocemos hoy.
Lo cierto es que este noble clásico de la pastelería atravesó el Atlántico, y fue en la Argentina donde fue rellenado por primera vez. Con dulce de leche, obviamente. Después llegaron los rellenos salados. Y a partir de ahí, la evolución nunca se detuvo. Y en esta historia se verá si el vitel toné llegó para quedarse o hará tan solo un paso fugaz y navideño por le universo inagotable de los churros.
Por Germán Wille
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