Son 27 imágenes que estarán exhibidas en el Centro Cultural Borges del 29 de noviembre al 16 de diciembre.
Fuertes. Con la templanza de los tiempos y el vigor de la urgencia. Así son las mujeres jujeñas cuyos retratos formaron parte de un apartado especial de la edición brasileña de la revista Vogue en el mes de octubre pasado. Desde el 29 de noviembre, esas fotografías de Cecilia Duarte serán parte de la exposición "El alma de la Ruralidad en América Latina y el Caribe", en el Centro Cultural Borges.
Duarte realizó esos retratos en la Quebrada de Humahuaca, pero también viajó a Pará (Brasil), Treasure Beach (Jamaica) y Antigua (Guatemala) para captar con su cámara a otras varias mujeres con raíces indígenas que se dedican a la agricultura y que, también, luchan diariamente por conseguir un mundo mejor y con más igualdad. El proyecto contó con el apoyo del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y, según la fotógrafa, con él buscó darle visibilidad a "verdaderos ejemplos de resiliencia, sororidad y coraje".
Noemí Ivone Martínez
Es curandera y chamana, pero también se dedica a sembrar sus propias hierbas y a compartir sus conocimientos con quien esté dispuesto a aprender.
Por sus venas corre la sangre de los pobladores originarios de la zona que hoy habita, y ella está muy orgullosa de que así sea. Su gran sueño es concretar su proyecto de educación multicultural, primero en su provincia y luego en todo el país. La idea es que se incluyan talleres de carácter curricular en los que se presenten aspectos de las distintas culturas indígenas, además de generar conciencia sobre la importancia del cuidado y el respeto a la naturaleza. "Necesitamos dejar la ventana abierta", le explicó a Duarte, haciendo hincapié en la riqueza que llevaría consigo el intercambio cultural.
Juana Amelia Vázquez, Santa Clara Sosa y Ana María Rivas
Juana Amelia Vázquez, la mujer que en la fotografía se encuentra sentada en el suelo, es nada menos que la presidenta de su comunidad guaraní Tentarareta- Yaibove. Junto a sus compañeras, Santa Clara Sosa y Ana María Rivas, viajó 350 kilómetros desde Yuto -muy cerca de la frontera con Bolivia- hasta la Quebrada de Humahuaca para desandar su historia y dejarse inmortalizar por la cámara de Duarte.
Al igual que Noemí, las tres se dedican al cultivo de maíz y papas, pero también son expertas en la factura de artesanías de mimbre y de piezas de cerámica. Además, comparten una causa: la conquista de la igualdad de derechos de las mujeres. Por eso, organizan encuentros para generar conciencia sobre el tema. Para ellas, "la comunicación y el diálogo son tan esenciales como la tierra para la vida".
María Quipildor
Otra de las retratadas es María Quipildor, otra agricultora y artesana jujeña. María forma parte del grupo Kenko, que desde hace dos años confecciona prendas de pura lana, teñidas con pigmentos naturales y cosidas a mano.
Kenko fue ideado por otra joven, Celeste Valero, y tiene como fin, además, capacitar a otras mujeres que quieran contar su historia a través de las tramas que tienen su origen en culturas ancestrales. "En el campo o en las ruedas de tejido nos sostenemos, nutrimos a nuestras familias y nos unimos para conseguir cada vez más", le contó a la fotógrafa.
Celeste Valero también formó parte del encuentro, y posó primero sola y luego junto a Noemí y a otras dos compañeras que forman parte de Kenko, Edilberta Pica y Lucrecia Cruz.
LA NACION