Cinco propuestas imperdibles para comer en el Bajo de San Isidro
Otero Bar, Bestia, Taller Cantina, Blu Café y La Veritá, buenas opciones para un almuerzo al aire libe a un paso del río
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Ir a comer al Bajo de San Isidro tiene un encanto difícil de explicar. Para los que no somos propiamente del barrio es como salir de vacaciones y sumergirse en la mística ribereña, esa de las novelas de Haroldo Conti y su río marrón o de color chocolate para Julio Cortázar, esa del tiempo que las quintas nombra, al decir de Jorge Luis Borges… Esa para llegar en bicicleta o en moto y sentirse en una playa de California.
Las casas bajas permiten ver la luna y el cielo: se ven comer a familias enteras con niños y grupos de jóvenes: se trata de uno de los pocos programas permitidos en pandemia, además de ser un polo gastronómico de moda en permanente crecimiento. Actualmente se permite comer al mediodía y realizar happy hours hasta las 19, momento en que la mayoría continúa en modalidad delivery.
Acá van cinco propuestas imperdibles con onda sanisidrense más un plus de nombres para agendar si le gusta comer rico.
Otero Bar
En abril último Silvia Otero y Charlie Beccar Varela cumplieron 5 años en esta locación sanisidrense, sobre la calle Roque Sáenz Peña, pleno Bajo. Antes tuvieron un restaurante en el delta, Río Bar, durante 7 años y hace 14 años que son pareja.
Ella en el salón y él en la cocina sin eufemismos -es de los chefs que realmente trajina con las ollas y sartenes mientras haya comensales-, y parte de la familia atendiendo las mesas de un bello patio plateado por el sol y la luna que ahora se extiende hacia las mesas en la vereda. Se trata de una sólida propuesta de cocina honesta y sofisticada a la vez, con grandes aciertos que se volvieron clásicos como el pad thai (plato tailandés que Charlie aprendió de un chef laosiano en Atlanta), si le gusta el picante, hecho con langostinos y fideos de arroz, entre otros ingredientes.
“Realizo una cocina honesta de viajero curioso. Aprendí platos cocinando por el mundo y sigo siempre actualizándome, utilizando buenos ingredientes. Queremos hacer todo lo mejor posible sin pretensiones”, dice el cocinero.
La carta es extensa porque los comensales, que muchas veces son clientes del barrio, se enamoran de un plato y Silvia no quiere sacar ninguno. Además del pad thai, imperdibles resultan las mollejas con ensalada de repollo y naranja. Más delicias: la ensalada de salmón en crocante de sésamo con Brie, palta, hojas verdes y vinagreta de alcaparras, el risotto de tres hongos o el cordero braseado. Y de postre, el volcán de dulce de leche, lujuria de placer. La carta de tragos clásicos y vinos de moda y no tanto acompaña la propuesta de precios medios.
“Estamos felices trabajando acá: los dos somos gastronómicos hace 30 años y este es un sueño cumplido”, concluye el chef.
Roque Sáenz Peña 1092, 4743-3724 o 1163584343,@oterobar
Bestia
Nacho Trotta y Javier Rodríguez Lodredo cocinan a la vista de los comensales de este lugar que en poco tiempo más cumplirá cuatro años, el proyecto más sofisticado del Bajo. La cocina a la vista, la precisión de cada uno de los integrantes de la brigada en preparar y terminar el plato y la buena música conforman un bello espectáculo, suerte de danza culinaria.
El sommelier Esteban Pereira recomienda perlitas:s tragos hechos con productos de la zona y nuevos vinos recientemente incorporados a la carta que intenta federalizarse con etiquetas de las distintas regiones vitícolas del país.
La propuesta comienza a las 9 a.m de martes a domingos con desayunos, almuerzos más descontracturados, happy hours con menú de tapeo y delivery por ahora de cenas –cuando se pueda-, del menú degustación, una experiencia gourmet inolvidable, o a la carta.
La antigua casona reciclada tiene mesas en el patio y en la calle y los fuegos se exhiben en todo su esplendor.
Bestia fue cambiando, de basarse principalmente en carnes maduradas o dry-aged desde 45 a 180 días que presiden el salón en su cámara con humedad y temperatura controlada, como si se tratara de una película bizarra -y que se sirven junto con la carne tradicional- a la incorporación en pandemia de hamburguesas con pan de masamadre y platos más sencillos. Sin dejar de lado las distintas técnicas y básicos como el fuego en diferentes versiones, los fermentados cada vez más largos, las verduras de estación, el confitado y las conservas.
“La mía es una cocina de raíz basada en las técnicas con la idea que el comensal viva una experiencia diferente”, dice Nacho, cuyos socios aportan ideas y experiencia: Alejandro Lucchetti (Tree Cocina) y Alejandro Feraud (Alo’s).
Algunas delicias para no perderse son la codorniz al kamado con pikles de mostaza negra, pastinaca, sandía y jugo de remolacha; las mollejas con liláceas; el cordero; el magret de pato con puerro confitado y espuma de papa; la milanesa de berenjena asada con linguini de cilantro. En el mundo entre panes, la doble cheesburguer con panceta, el baguel de salmón con pan de leche y el Jorgito blanco de postre. Los precios, acorde.
Primera Junta 702, 4743-1141 o 1135004985, @bestia.smk
Taller Cantina
Empezaron la obra en enero del 2020, en marzo se terminó lo que se daba. Finalmente abrió en pandemia con el take away plus que permitía a la gente permanecer en la calle después de las restricciones estrictas. En un lugar bien amplio con un fondo de patio/jardín que da a una barra y una terraza-deck sobre la calle con vista al puerto, sobre la calle Roque Sáenz Peña.
La propuesta resulta encantadora, con música algo más fuerte y precios accesibles, de platos sencillos de productos de estación del mercado de Beccar que vienen en vajilla de chapa a modo de cantina. Pero busca destacarse en los detalles aprendidos por Tomás Mendy en sus 15 años de experiencia en las parrillas de la zona, más el resto de sus socios, todos del barrio.
Así por ejemplo, la empanadas fritas se rellenan con carne de carrillera hecha con tiempos larguísimos o con Brie y calabaza y están bien –no probé la de queso azul y puerro-, y las croquetas de hongos son un must junto con los buñuelos de espinaca y acelga que no caben en una mano de lo grandes que son con mayonesa de cilantro y yogurt. Las hamburguesas, otro must, en estilo cantina de oficio. Otros platos son la stracciatella con verdes, la mila de berenjenas. El menú del mediodía es excelente a precios más que amables. La provoletta de San Nicolás viene con un chutney muy delicioso con encurtidos, uno de los fetiches de Tomás que descansan en frascos en el interior del salón.
La carta de tragos está orientada a los cítricos y aromáticos y el vermut es La Fuerza, en todas sus variedades. La carta de vinos incluye los de moda y otros más de bodegas pequeñas y la cerveza es Andes o Stella, respetando el amigable2 x 1.
“La idea es buscar buena materia prima y que se destaque por si misma sin confundirla con la soberbia del cocinero”, concluye Mendy.
Tiscornia 1081, 1152224238, @taller.cantina
La Veritá
En la esquina de Tiscornia y las vías abrió hace tres meses esta opción de vera pizza y pasta italiana hecha con insumos de ese país. Las mesas ocupan la vereda detenida en el tiempo frente a la estación de San Isidro bajo la pérgola de glicinas y la música se escucha como un fondo lejano.
La masa de la pizza fermenta 16 horas con poca levadura: con salsa de tomate italiano de baja acidez, es muy importante comerla apenas llega a la mesa para que no se humedezca: si así lo hace, es rica rica.
Pastas y salsas respetan las recetas originales, así el filetto y la Bolognesa no tienen nada que envidiarle a las de cualquier tano de verdad. La pasta seca también es del país de la bota: se amasan únicamente la lasaña y los ñoquis y alguna que otra pasta rellena del día.
La pizza Margarita o Margherita es imperdible, así como la tierra de mar que es una tempura hecha con harina de arroz sutilmente frita para sumergir en alioli, o el lomo en salsa de Gorgonzola. Para la calidad de los insumos –cuando fuimos ofrecían como plato del día lomo con salsa de funghi porcini, como ejemplo- , la propuesta posee unos precios más que razonables. No olvide culminar con el cannoli relleno de helado de pistacchio, un verdadero manjar.
Tiscornia 802, @laverita_cantinaitaliana
Blu café
El 17 de febrero del 2020 abrió sus puertas sobre la calle Juan B. de Lasalle este café de especialidad de la mano de Carolina Saubidet y Agustina Zamudio. Un mes después tuvieron que cerrar todo por dos meses hasta abrir en modalidad delivery y , finalmente, realizar la apertura.
“Siempre quise abrir un lugar así en el Bajo, vivo cerca y es algo que no había y que adoro”, contó Carolina, que trabaja con un 95 por ciento de mujeres, en su mayoría de la familia, a excepción de su hijo que realiza la pastelería del lugar, Santino Fossaroli.
Sirven un blend de café colombiano, guatemalteco y brasileño realizado para ellas por Coffee Town hecho por baristas profesionales en la mejor cafetera italiana. Al mediodía se sirven dos tipos de ensaladas, focaccia de queso, rúcula, tomate y buen jamón crudo o trenzas de pan brioche con pollo, tomate, lechuga… entre otras variantes de pocos platos para no desvirtuar la onda cafetería.
Ideal para llegar en bicicleta o caminando y pedir un flat White o un doble shot de café expresso con leche y un croissant (si es de almendras mucho mejor, pero sucede de vez en cuando), una porción de carrot cake, alfajor de almendras (se puede compartir) o cuadrado de pasta frola, brownie o crumble de manzana, entre otras especialidades. La idea es desarrollar toda una pastelería en base a café.
A pasos, imposible no tomar una copa de vino en Comité o darse una vuelta por La Valiente, flamante panadería abierta por Germán Torres y Chris Petersen donde se puede llevar un pan perfecto de campo o de centeno hecho con harina orgánica de Córdoba, que cortan en rodajas y se puede freezar, sándwiches de miga originales, focaccias, medialunas, tartas y especialidades del mediodía así como un buen pebete de crudo y queso, tortas enteras, facturas. El lugar es una delicia, una casona de más de 100 años con ventanales gigantes sobre la vía, con un mostrador que dan ganas de llevárselo todo a la mesita de luz e ir comiendo displicentemente algo, todos los días. O probar el plato o el sándwich del día siempre con buen fiambre de Tandil y cerveza tirada. También funciona como almacén al paso para llevar harina, mermeladas y 200 g de jamón crudo, inolvidable.
Juan Bautista de Lasalle 441, @blucafe.sanisidro
Otras opciones
La parrilla La Vaca cumplió 40 años en el ruedo e inauguró una barra llamada Vermutería La Vaca más un Mercado de Carnes cruzando la cuadra donde venden los cortes Premium y otras delicatesen. @vermuterialavaca
Rocoto abrió en mayo sobre la calle Roque Sáenz Peña 1038 para comer street food o quedarse en pequeñas mesitas, y de la mano de los sabores, viajar... Viajar por Oriente, Grecia, Latinoamérica o India, entre otros lugares, idea del fotógrafo Fernando Dvoskin. Por ahora son 5 platos donde destacan las bolitas fritas: de falafel, humita con salsa de rocoto -con copa de vino blanco, ideal-, de berenjenas o el keppe con baharat. Pueden venir en bol o dentro de un wrap bien hecho junto con otras preparaciones como crema de garbanzos (hummus con tropiezos crocantes de garbanzos hechos al horno), tabule fresco, salsa de yogur, chutney, curry de verduras con leche de coco, ensaladitas, salsa de ricotta, berenjenas quemadas, tempura perfecta de verduras o langostinos. La propuesta es cuidada y excelente, a precios más que razonables.
Otras opciones para recorrer: Club Austria, Basta de Humo, La Pancha, Hornobar, Sudeste, Lo de Facu, Lo de Nacho, Garbo, El Vivero, Lowell’s Biergarten, entre otros. Para saber más sobre la comida y bebida de zona norte conviene ver en youtube el nuevo noticiero gastronómico “NotiBocas” conducido por Diego García Tedesco (organizador de la feria Bocas Abiertas en San Isidro) y Angie Anglesio (@bocasabiertassi)