La combinación perfecta: platos de autor y excelentes vinos
El dream team del restaurante Virtus en París, Chiho Kanzaki, Marcelo Di Giácomo y Paz Levinson, realizó un tour gastronómico en Buenos Aires, Mendoza y Bariloche
Sutileza pero también intensidad. Gracia e inteligencia. Pasión por los productos regionales y un respeto absoluto por el mandato de las estaciones. El manejo experto de hierbas, raíces y especias, junto con el trabajo meticuloso sobre las carnes y sus cocciones. Cruce de tradiciones, historias y geografías. Así es la cocina de Virtus, el pequeño restaurante parisino del que todos hoy hablan, comandado por la chef japonesa Chiho Kanzaki junto al argentino Marcelo Di Giacomo, y con la premiada sommelier Paz Levinson a cargo del salón. Un equipo de lujo, que hace muy poco estuvo en la Argentina, invitados por Trapiche a realizar un tour gastronómico, por Buenos Aires, Mendoza y Bariloche, siempre en búsqueda del “blend perfecto”: esa unión única entre los platos más deliciosos junto a los mejores vinos de Trapiche.
Todos los caminos conducen a París
Marcando una imposible línea recta sobre el mapa, de Japón a Buenos Aires hay casi 20.000 kilómetros de distancia. Y, en el medio, Francia, país que durante el último siglo definió el horizonte de la mejor gastronomía mundial. Fue por eso que Chiho eligió Francia para formarse como cocinera, pasando por reconocidas cocinas, hasta desembarcar en el restaurante con dos estrellas Michelin de Menton, en la costa del Mediterráneo. También Marcelo Di Giacomo trabajó en forma privada con reconocidos chefs habiéndose perfeccionado antes como pastelero. Por el lado de Paz Levinson, ella no precisa de credenciales: designada mejor sommelier de América en 2015, y cuarta mejor sommelier en el Mundial de 2016 (única latina en llegar a un puesto tan alto en este certamen), sus primeros pasos fueron en Buenos Aires, vivió en Shanghai por un año y finalmente se desempeñó como sommelier en Le Bristol, el restaurante de tres estrellas Michelin del hotel Epicure, en París.
Ellos tres son el alma, cuerpo y pasión de Virtus, donde juntos elaboran una gastronomía de muy alta calidad, con el foco puesto en los detalles. Parte de esto pudo vivirse en Argentina, en el recorrido que los tres hicieron por cocinas como Espacio Dolli en Buenos Aires, Cassis en Bariloche y Espacio Trapiche en Mendoza, el restaurante de la bodega recientemente inaugurado. Allí se probaron platos replicados del restaurante de París, como las ostras con granita de ananás y crema de echalote (acompañado de Trapiche Costa&Pampa Sauvignon Blanc 2014, los viñedos que la bodega tiene en Chapadmalal), una corvina con puré de chirivia, salsifís y vin jaune (una salsa a base de vino blanco del Côtes du Jura, en el este de Francia) junto con una copa del Trapiche Gran Medalla Chardonnay 2012 (de Gualtallary, Mendoza) o un imponente bife de chorizo terminado al fuego, con zanahorias violetas y chimichurri de cereales, junto al Trapiche Terroir Series Finca Ambrosía Malbec 2011, también de Gualtallary.
El blend perfecto existe. Y estuvo presente en Argentina.
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