Feria Masticar: la vuelta al mundo en cinco platos y sin salir de Palermo
Ayer comenzó el encuentro en el que los 50 mejores restaurantes del país ofrecen un muestrario de sus menús a bajo precio; una excusa más que suficiente para probar comidas que parecen alejadas del paladar argentino
La Feria Masticar, que comenzó ayer, es un parque de diversiones para los amantes de la comida. Claro que en lugar de elegir entre montañas rusas y simuladores 3D, se puede optar entre casi 50 puestos gastronómicos, un mercado en el que están instalados 80 productores, clases de cocina y patios de cerveza, entre otros, que se disponen en el predio de El Dorrego.
La apuesta este año es hacerle honor al otoño desde la elección de la materia prima (calabaza, coliflor, palta y berenjenas), y superar la convocatoria de 133.000 personas alcanzada en su última edición. Una meta que buscan concretar con la incorporación de 4000 metros cuadrados que se suman a los del predio de El Dorrego. El ingreso a la feria se hace por Concepción Arenal y Conde, la entrada cuesta $ 80 y el horario, hasta su cierre pasado mañana, es de 12 a 22.
En Masticar, no faltan los chefs más renombrados del país, como Narda Lepes, Germán Martitegui, Donato de Santis, Fernando Trocca y Dolli Irigoyen, por citar sólo a algunos. Tampoco faltan los platos típicos, desde empanadas hasta panqueques con dulce de leche, pasando por carnes asadas en todos los formatos y presentaciones. Sin embargo, uno de los principales atractivos es la posibilidad de acercarse a sabores de otras tierras. Esos a los que el paladar nacional no está acostumbrado y que pueden trasladarnos al Caribe o a la costa amalfitana con sólo probar un bocado.
LA NACION propone un recorrido turístico entre lasañas y arepas para viajar sin subirse a un avión.
Colombia
Las mil y una arepas
El food truck del restaurante colombiano I Latina, en Villa Crespo, es más bien un tractor imponente, que convoca a los amantes de la comida con un letrero en el que se lee: "Pura sabrosura". Allí, el plato estrella son las arepas -una tortilla ancha de maíz que sirve de base para infinitas combinaciones en Colombia y Venezuela-. Este año, el restaurante ofrece una versión vegetariana, con vegetales asados, palta, emulsión de palmitos y quinoa, a $ 50; otra, con pollo asado en salsa de ananá picante, hinojo y ají amarillo, a $ 70, y una tercera, con cerdo a las brasas en salsa barbacoa de guayaba, chicharrón y cebollas, a $ 80. Son precios que están muy por debajo de los $ 1000 por persona que cuesta el menú por pasos del restaurante.
Perú
Un ceviche premiado
El restaurante La Mar, de Gastón Acurio, cuya sede, en Lima, figura entre los 50 mejores de América latina, según el ranking de la revista inglesa Restaurant, está en la feria con su icónico ceviche de receta clásica. "El Cebichón" (con "b", en lugar de "v"), tal es el nombre del plato, cuesta $ 70 y consiste en la pesca del día cortada en cubos, leche de tigre (jugo del ceviche mezclado con vino blanco, vodka o pisco, ají verde molido, sal y pimienta) y mucho limón. También, en el puesto, se sirve un Chorifish a $ 80, que es una creación del chef Anthony Vasquez. En lugar de estar preparado con carne, el cocinero peruano eligió al lenguado como materia prima. La propuesta está acompañada de chimichurri peruano.
Austria
Goulash especiado
En el puesto del restaurante Austria, con sede en San Isidro, del chef Diego García Tedesco, se sirve comida austríaca, pero con influencias de diferentes cocinas del mundo. Además del plato estrella, el goulash, tientan con una salchicha vienesa con guacamole mexicano y salsa picante tailandesa (sriracha), a $40, y un currywurst alemán -salchicha casera con fuerte sabor a curry - que se sirve con ensalada de repollo y dressing de yogur, a $ 50. El más otoñal de todos los platos es el goulash típico de Hungría, que es un roast beef que se cocina, con cebollas y páprika, durante varias horas. El resultado es una carne sabrosa, tierna y colorada. Se acompaña con spätzles -ñoquis miniatura-. El plato cuesta $ 80.
Italia
Lasaña bien tradicional
Uno de los platos icónicos del restaurante Italpast, ubicado en la localidad de Campana, es la lasaña al ragú. Se sirve en una bandeja que se puede compartir entre dos o tres comensales y cuesta $ 80. La pasta lleva mucha- muchísima- mozzarella y salsa bechamel gratinada. Cada capa tiene el equilibrio ideal entre lo crocante y lo húmedo. Una nota clave: la carne especiada explota de sabor en cada bocado. El plato es una creación del chef Pedro Picciau y su equipo. De hecho, el restaurante es un clásico en las distintas ediciones de la feria Masticar. Los especialistas en gastronomía coinciden en que la mejor comida italiana de Buenos Aires se puede encontrar en este restaurante de Campana.
Rumania
Un pastrón con historia
La comida del restaurante Mishiguene, toma elementos de Turquía, Rumania, Polonia y Rusia. La cocina de Tomás Kalika homenajea así tanto los platos de su abuela como los de su maestro israelí Eyal Shani. De hecho, de él es la receta del coliflor al horno con salsa de yogur y tomate, a $ 70, que se sirve en Masticar. El plato fuerte es el pastrón con hueso, repollo encurtido y fondo de cocción, que también se puede encontrar en el restaurante de Palermo. Cuesta $ 80 y es para compartir. El plato proviene de la colectividad de judíos rumanos que migraron a los Estados Unidos después de la Primera Guerra Mundial. "Se preparaba con cerdo, pero lo reemplazaron por carne vacuna para respetar las leyes kosher", explica el chef a LA NACION.
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