Cuál es la nueva epidemia que llevó a la OMS a pedir una suba de impuestos para ciertas comidas y bebidas
El organismo alertó que durante los dos años de la pandemia se aceleró el crecimiento de la obesidad, un problema de salud pública cuya prevalencia no deja de aumentar desde hace tres décadas
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BARCELONA.– Obesidad y Covid siempre han formado una mala pareja. Casi desde los primeros azotes de la pandemia, los responsables hospitalarios observaron que las personas contagiadas y con sobrepeso tenían más riesgo de sufrir Covid grave y de fallecer. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta ahora que durante los dos años de la pandemia se aceleró el crecimiento de la obesidad, un problema de salud pública cuya prevalencia no deja de aumentar desde hace tres décadas. La situación, según un informe presentado ayer, ya alcanza “niveles epidémicos” en Europa.
Cerca del 60% de los adultos y un tercio de los niños europeos sufre de sobrepeso u obesidad, y preocupa especialmente que no hay indicadores de que la tendencia al alza vaya a cambiar. “Ningún país está en camino de alcanzar el objetivo de detener el aumento de la obesidad fijado para 2025″, dijo en rueda de prensa el supervisor del informe y uno de los responsables de la Oficina en Europa de la OMS, Kremlin Wickramasinghe.
España ocupa el noveno lugar con peores indicadores entre los 53 países estudiados, con cerca del 62% de los adultos con sobrepeso. Este porcentaje se eleva hasta casi el 70% entre los hombres y desciende a algo más de la mitad entre las mujeres. Los datos corresponden a 2016, aunque todos los expertos y el propio informe afirman que la situación empeoró desde entonces.
El documento cita una de las recientes investigaciones que acreditan el impacto negativo de la pandemia sobre los niveles de obesidad entre la población, publicada en septiembre último en la revista médica International Journal of Obesity. “Durante la pandemia del coronavirus, identificamos un importante incremento de peso entre todos los grupos de población, independientemente de su edad o peso previo”, concluyó el equipo de investigadores del hospital infantil de Leipzig (Alemania). Según el estudio, las restricciones a la movilidad y otras medidas, como el cierre de los colegios, tuvieron consecuencias perjudiciales sobre el problema.
“Un informe atrevido y clarividente”
“El informe de la OMS es atrevido y clarividente. Pone en negro sobre blanco como no recuerdo haberlo visto antes todo lo que deberíamos hacer para hacer frente a un reto de la magnitud de la obesidad”, afirma Albert Goday, jefe de sección del servicio de endocrinología del Hospital del Mar (Barcelona).
El sobrepeso –cuando el índice de masa corporal (IMC) está entre 25 y 30– y la obesidad –IMC por encima de 30– son enfermedades caracterizadas por un exceso de grasa en el organismo. Quien la padece tiene muchas más posibilidades de sufrir también otras dolencias respiratorias, cardiovasculares, hepáticas, músculo esqueléticas y psicológicas, entre otras, que van asociadas a una peor calidad de vida y a un incremento de la mortalidad.
“Es una dolencia en la que intervienen mecanismos sumamente complejos, por los que el organismo desarrolla formas para gastar menos energía y así ahorrarla. La imagen de que la sufren personas que comen demasiado y se mueven poco es insultantemente simple. La enfermedad tiene una base genética, pero intervienen muchos otros factores que harán que los genes se manifiesten de una forma u otra”, añade Goday.
Las investigaciones de los últimos años demostraron la gran cantidad de variables que influyen en la enfermedad, muchas de ellas condicionadas por los determinantes sociales de la salud. Algunas arrancan en la misma gestación y tienen que ver con la alimentación y el entorno familiar. Otras atañen a sustancias que puede haber en el ambiente y actúan como disruptores endocrinos. Y también influyen en su desarrollo las políticas educativas, las características de las ciudades y elementos como la publicidad, entre muchos otros.
La OMS propone por ello un enfoque global aplaudido por los especialistas que incluye medidas como subir los impuestos y restringir la venta de los alimentos y bebidas menos saludables; aplicar subsidios para “incrementar el consumo de frutas y verduras”; desarrollar campañas comunicativas de amplio alcance; promover desde la escuela y los centros de trabajo hábitos más saludables relacionados con la alimentación y el ejercicio físico; y adaptar el diseño de las tramas urbanas para facilitar el tránsito de personas.
“La obesidad es un problema global que no ha dejado de crecer en los últimos 30 años. Y si alguna vez hemos tenido una respuesta que también busca ser global es este informe de la OMS”, sostiene Goday.
Cómo tratarla
El tratamiento para hacer frente a la obesidad es multidisciplinario e incluye cambios en los hábitos para reducir la ingesta de calorías e incrementar el gasto calórico. En los casos más graves y cuando el paciente también sufre diabetes, existe un tratamiento con semaglutida. La cirugía bariátrica es otra opción a la que se recurre cuando la persona empezó a sufrir problemas graves de salud debido al peso y la dieta y la actividad física no han funcionado.
José Miguel Arbones, investigador del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud y que también participa en el Centro de Investigación Biomédica en Red de Obesidad y Nutrición, considera que es importante conocer bien “las causas fisiológicas de la obesidad en cada paciente para trabajar en las soluciones más efectivas”.
“Esto será especialmente importante en este escenario de epidemia de la obesidad, con una elevada prevalencia y recursos limitados. No todos los pacientes son iguales y es imprescindible priorizar los tratamientos para quienes más los necesiten, que son las personas que pueden desarrollar complicaciones metabólicas”, explica Arbones.
Este especialista ilustra que no todas las acumulaciones de grasa en el organismo son perjudiciales. “La conocida como barriga cervecera lo es, porque la grasa aquí recubre órganos internos, mientras la que algunas mujeres tienden a acumular en las caderas no es mala metabólicamente. Nosotros trabajamos con personas bastante obesas, con más de 30 de IMC, y vemos que aproximadamente un tercio no tienen complicaciones metabólicas y las podemos considerar sanas”, concluye.
Por Oriol Güell
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