“Piezas de arte”: los secretos de la primera eclair boutique de Buenos Aires, que homenajea a la pastelería francesa
Los creadores de Choux trajeron la idea de París al barrio de Palermo; el local adhiere a la semana que celebra esa especialidad culinaria
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Expuestos en un gran mostrador vidriado, perfectamente alineados, los eclairs –un clásico de la pastelería francesa– de Choux parecen joyas preciosas. Cada uno está decorado con mucha delicadeza y su conjunto forma un delicado cuadro en colores pastel. Es que para Florencia Mollo y Darío Pastor, los creadores de esta primera eclair boutique en Buenos Aires, cada preparación es “una pieza de arte”.
Esta preparación, tan tradicional en Francia, se hace a partir de una masa bomba –paté a choux, en francés, palabra que dio lugar al nombre del local– que se hornea y se rellena. “Es la misma masa con la que se hacen los profiteroles, pero en este caso se manguea de forma alargada. Al hornearse se infla y se ahueca y, como es una masa neutra, admite una infinita variedad de rellenos, dulces o salados”, describió Mollo a LA NACION.
Durante los próximos días, con motivo de la Semana de la Pastelería Francesa en la Argentina, que ya comenzó y se extenderá hasta el 20, Choux sumará a su oferta un sabor especial: praliné de avellanas.
El evento fue organizado por Lucullus, la Asociación Francesa Gastronómica en Argentina, e incluye propuestas especiales a precios destacados en una red de más de once pastelerías, panaderías, restaurantes y caterings, entre las que también figuran Merci, Labán, Dudú École Boutique, Gontran Cherrier Argentina, French Cookie, Cocu, Le Troquet de Henry, Chez Manu Restaurant, Topinambour Catering y Jérôme Mathe.
Además de los eclair, la pastelería francesa tiene preparaciones clásicas como macarons, croissants, pains au chocolat, óperas, crème brûlée y otras recetas tradicionales combinadas con lo mejor de la materia prima local.
La idea de crear Choux apareció por primera vez durante un viaje de Mollo y Pastor por París. Ambos se habían conocido unos años antes, trabajando en la cocina del Hotel Alvear y, tras ver que en la capital francesa estaban abriendo este tipo de boutiques, decidieron que su próximo paso sería abrir la primera tienda de eclairs argentina.
“Allá el eclair es un clásico, como las medialunas en la Argentina, y quisimos traer la tendencia acá”, dijo Mollo. Así fue como, después de una larga preparación, Choux vio la luz en noviembre de 2020 en Juncal 4680, en el barrio porteño de Palermo.
“Nos llevó un tiempo la apertura porque, por ejemplo, no encontrábamos una heladera para exhibir los eclairs como nosotros queríamos, como joyas. La mandamos a hacer y no querían hacernos el trabajo porque decían que era rara, incómoda y poco funcional, pero nosotros sabíamos lo que queríamos”, recordó Mollo.
Según relata la pareja, al principio mucha gente no conocía el producto. Entraban y les preguntaban si vendían churros, pero enseguida tuvo muy buena repercusión y aceptación.
La carta
En este momento, la carta de Choux ofrece nueve sabores de eclairs: “Lemon please” (lemon pie), “Sexy in green” (pistacho y frambuesa), “Perfect match reloaded” (dulce de leche y chocolate), “Choco therapy” (chocolate belga), “Ciao bella” (café y mascarpone), “White queen” (vainilla y almendras), “Say cheese” (mascarpone y frutos rojos), “Caramel crunch” (caramelo, avellanas y chocolate) y el “Especial de cctubre” (frambuesa y rosas). La opción del praliné de avellanas acompañará durante la Semana de la Pastelería Francesa en la Argentina.
Los favoritos por el público, afirmaron los dueños, son hoy los de chocolate belga y los de pistacho y frambuesa. La carta va cambiando de acuerdo con la época del año y los precios también varían, según cada sabor; pueden salir entre 630 y 700 pesos por unidad.
Lo que se mantiene inalterable es el diseño de cada eclair. “Somos muy obsesivos y detallistas con la estética. Para nosotros es igual de importante que el eclair esté rico como que se vea perfecto, divino y en serie”, explicó Mollo.
En parte, esa búsqueda por la perfección hace que el stock diario de eclairs sea limitado y el horario de atención del local sea reducido –miércoles a domingos, de 15 a 19–. “Muchas veces nos preguntan por qué no abrimos antes y lo que sucede es que somos un equipo chico, de cuatro personas, que producimos toda la mañana para ese mismo día ya que la masa del eclair es muy delicada. Recomendamos consumirla dentro de las 24 o 48 horas como mucho”, detalló Mollo.
“La pastelería es un arte, la pastelería es una pasión, la pastelería es una manera de vivir. Con mucha alegría estaremos compartiendo este amor por la pastelería francesa con todos los argentinos”, sostuvo Mathieu Benoit, presidente de Lucullus, anteayer durante el lanzamiento oficial de la Semana de la Pastelería Francesa en la Argentina.
Del acto también participó la embajadora de Francia en Buenos Aires, Claudia Scherer-Effosse. “Sé que la pastelería francesa es algo que fascina en el mundo, pero en la Argentina en particular. Y es una gran manera de acercarse a la gastronomía francesa, que es muy querida por los argentinos. Espero que este evento se convierta en una cita de cada año, pero también una costumbre durante todo el año: que, luego de un buen almuerzo, podamos disfrutar de una buena pastelería francesa”, expresó.
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