Con decenas de parques a lo largo del territorio nacional, estos sitios, cada vez más buscados, combinan la posibilidad de aliviar dolencias, distenderse y disfrutar de entornos naturales
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Los beneficios de las aguas termales, sanadoras y curativas son muchos: alivio de algunas enfermedades, relajación de los músculos, aumento de la movilidad articular, disminución del estrés, desintoxicación del organismo, aporte antiinflamatorio y analgésico. En parte por eso, el turismo termal en nuestro país crece cada año de manera sostenida.
Pero además, se suman otros motivos: la ampliación y la jerarquización de la infraestructura de los parques termales y hoteles, la gran oferta de actividades de los distintos complejos y el creciente interés por parte de las personas que desean tanto hacer tratamientos para mejorar su salud como para su bienestar físico o psíquico y disfrutar en un entorno natural y de relajación.
Según datos de la Subsecretaría de Turismo de la Nación, en la última década se duplicó la visita a los hoteles termales en Río Hondo, mientras que creció un 110% en los complejos entrerrianos. “Entre Ríos y Río Hondo son los dos principales destinos turísticos termales, los cuales concentran la mayor cantidad de visitas y ofertas del país. Entre Ríos tiene 16 complejos termales en 13 ciudades y durante el 2023 recibió más de dos millones y medio de visitantes. Y en Santiago del Estero, el año pasado se alojaron más de 170 mil personas en esta variedad de complejos”, cuenta Yanina Martínez, subsecretaria de Turismo de la Nación.
Todo el año
La permanencia de los visitantes varía a partir de la amplia diversidad de oferta de alojamientos, servicios y actividades en los distintos marcos naturales de todo el país. De acuerdo con los datos de la Subsecretaría de Turismo, el promedio es de tres noches en invierno y cuatro noches en los meses de verano en las Termas de Río Hondo.
“Esto demuestra y desmitifica que este tipo de turismo solo se realiza durante el invierno. Asimismo, es una de las propuestas más elegidas en los fines de semana largos, sobre todo durante Semana Santa, donde la estación se vuelve ideal”, dice Martínez.
Hay termas y complejos turísticos en todo el país, con diferentes propuestas de acuerdo con el entorno natural en el que se encuentran, distintas características del agua y la infraestructura orientada a los visitantes. Por un lado, podemos encontrar “fuentes termales” que surgen naturalmente. Y por otro, están los complejos y los hoteles con instalaciones termales, que son muy elegidos por los turistas porque tienen comodidades y servicios.
En esos lugares se ofrecen diferentes propuestas: los tratamientos para curar afecciones y mejorar la salud –siempre con consulta previa a un médico–; las de bienestar, orientadas a turistas que buscan mejorar la salud física y mental; y las lúdicas, con parques acuáticos y piscinas recreativas.
El secretario de Turismo de Federación, Ezequiel Marozzini, refiere que el Parque Termal de la ciudad recibe turistas durante todo el año en sus 14 piletas de diferentes temperaturas, incluso personas con discapacidad que pueden acceder con sillas anfibias o un brazo hidráulico. “Desde que se incorporó el parque acuático con toboganes, juegos de agua, piscina con olas y un río lento con un sistema de propulsión, los meses más visitados por las familias con chicos son enero y febrero”, confirma.
El Parque Termal de Federación cumplirá 30 años el próximo 24 de noviembre, porque fue el día de 1994 en que surgieron las primeras aguas termales en la provincia de Entre Ríos y ya se están preparando los festejos para ese fin de semana. Además, en la misma fecha se celebra el Día del Termalismo, de acuerdo con la ley provincial sancionada en 2015.
Principios físicos y químicos
Las aguas termales favorecen la relajación muscular, mejoran la movilidad articular y producen una sensación de bienestar general. El doctor Federico Locícero, experto en termalismo y turismo de salud, y asesor del Parque Termal de Federación, explica: “El agua termal actúa en el cuerpo a través de tres principios: físicos (la temperatura del agua, la presión hidrostática, la resistencia del agua al movimiento, entre otros), químicos (implican la absorción de los distintos minerales por piel, aparato respiratorio y digestivo) y biológicos (se basan en el aprovechamiento de los microorganismos vivos presentes en el agua).”
El médico, que también integra el equipo de Directrices de Calidad de Termas a nivel nacional, informa: “De acuerdo con la composición del agua y su forma de uso, se obtienen distintos beneficios. Hay aguas termales especialmente utilizadas en cuadros dermatológicos (sobre todo psoriasis), para procesos reumatológicos (artrosis) o para cuadros mioarticulares (recuperación de lesiones tendinosas o contracturas musculares”.
Locícero también afirma que cuando una persona presenta alguna enfermedad o dolencia, el profesional médico debe indicar el tratamiento de acuerdo con el diagnóstico. “Para ello se tiene en cuenta no solo la dolencia, sino el estado general de salud de esa persona, si presenta algún otro cuadro que amerite tener precaución, el tipo de agua termal a la cual se va a exponer y demás factores que puedan ser de utilidad”, dice.
También señala que existen recomendaciones y contraindicaciones para el uso del agua termal para turistas que tengan enfermedades previas. No deberían exponerse al agua termal las personas bajo tratamiento por tumores malignos; quienes atraviesan procesos infecciosos como amigdalitis, bronquitis, celulitis; quienes tienen heridas en la piel, ulceraciones, ampollas o várices “arrosariadas” (con forma de rosario); los pacientes cardiovasculares con hipertensión arterial o insuficiencia cardíaca; o quienes fueron intervenidos quirúrgicamente poco antes.
El doctor indica por último que tanto las mujeres embarazadas como las personas añosas o con algunos problemas circulatorios, deben solicitar asesoramiento previo al ingreso a las piscinas. Además, los chicos pueden jugar en piscinas de mediana a baja temperatura durante períodos cortos, hidratándose muy bien.
Un futuro optimista
Mientras cada vez más visitantes eligen el turismo de termas, hay distintos proyectos en evaluación para desarrollar más propuestas termales en el país y potenciar las más jóvenes. “En el caso de las nuevas termas, las llamadas emergentes, estamos trabajando para darles no solo visibilidad, también apuntalarlas y brindarles mayores infraestructuras para que el turista pueda visitarlas”, cuenta Martínez.
Por ahora la oferta tan completa como variada de las termas está dedicada básicamente al turismo interno, tiene las condiciones para seguir creciendo e invitar también al turismo internacional. La idea es que mucha más gente conozca los beneficios de las aguas termales mientras disfrutan de los paisajes maravillosos de nuestro país.
Aunque pocos lo sepan, Martínez recuerda que un asiduo visitante a las Termas de Fiambalá, en Catamarca, era el legendario tenor italiano Luciano Pavarotti cuyas aguas aliviaron dolencias en su voz.
Una guía de punta a punta del país
Las aguas termales de la Argentina se podrían clasificar de diferentes formas, según las temperaturas, la composición o el origen. Sin embargo, lo más sencillo para los fines de organizar una visita turística es dividirlas por su ubicación geográfica, ya que además en ese caso muchas veces sus aguas tienen las mismas características.
1) Mesopotamia
Los destinos más elegidos están en las localidades entrerrianas de Federación, Villa Elisa y Concordia. Además, muy cerca, se pueden visitar las termas de Concepción del Uruguay, Chajarí, San José y Colón, uno de los principales destinos de playa de río de la Argentina. También hay aguas termales en Gualeguaychú, Victoria del Agua, Basavilbaso, Santa José, Ayuí, Villaguay y La Paz, en Entre Ríos, y en el Parque de la Selva en Oberá, en Misiones.
Las aguas termales de toda esta región surgen a más de 1200 metros de profundidad desde el Acuífero Guaraní, la reserva de agua dulce más grande del mundo, con una temperatura de surgencia que se mantiene en 42 grados. Sus aguas son clasificadas como cloruradas, bicarbonatadas, sódicas, débilmente alcalinas, ligeramente radónicas (tiene Radón 222) y de baja mineralización.
Las termas de esta zona son aptas para terapéuticas en procesos crónicos de reumatología, raumatismo degenerativo, artritis, distrofias, afecciones del sistema respiratorio y de la piel, contracturas, estrés y problemas gástricos. También tiene efectos positivos sobre la rehabilitación neurológica, estimulan funciones celulares y el metabolismo.
Además, por la composición del agua son diuréticas, descongestivas, sedantes y relajantes musculares.
2) Provincia de Buenos Aires
Uno de los destinos más convocantes en la provincia de Buenos Aires son las Termas de Carhué, donde a los beneficios de las aguas termales del lago Epecuén se suma la historia de la Villa Epecuén. Las aguas del lago Epecuén tienen una concentración de entre 180 y 200 gramos de sal por cada litro, más de cuatro veces de la que se encuentra en el mar, y lo convierten en un flotario natural como el del Mar Muerto.
Las aguas del lago Epecuén generan una intensa relajación muscular producida por la combinación de la presión hidrostática y la alta carga mineral, que actúan de manera sedativa, induciendo el sueño y un placentero despertar. Son ideales para tratar artrosis, artritis, psoriasis y otras enfermedades de la piel.
Recientemente fue inaugurado el Parque Termal y Lúdico Mar de Epecuén para disfrutar de las aguas termales. Pero además, el agua se transporta hasta los hoteles cercanos y se utiliza en piscinas, baños termales y tratamientos de spa y belleza.
En la costa atlántica se destacan también las Termas Marinas en San Clemente del Tuyú, el creciente Parque Termal de Dolores y las Termas del Campo Médano Blanco en Necochea. Otras termas bonaerenses son las de Pedro Luro y Los Gauchos, en Villalonga y las de Tapalqué, que se inauguraron el año pasado.
3) Norte
Las Termas de Río Hondo, en Santiago del Estero, son una de las más famosas del país. Río Hondo se encuentra a orillas del río Dulce, sobre napas ricas en sales y minerales, donde se pueden encontrar emanaciones de aguas cargadas de minerales que afloran mediante fracturas del terreno a temperaturas que van de los 27 a los 70 grados.
Estas aguas estimulan las defensas del organismo, depuran la sangre y eliminan toxinas por la sudoración y diuresis que provocan. Además, reactivan el metabolismo retardado en los reumáticos y reeducan el sistema termorregulador. Tienen poder calmante y analgésico, porque son sedantes del sistema nervioso y relajan los músculos.
Más al norte se encuentran dos hoteles con historia para hacer uso de las aguas: el Termas de Rosario de la Frontera, en el sur de Salta, y la Villa Termal de Reyes, en un magnífico entorno de yungas en Jujuy.
Enclavadas en una quebrada en medio de la cordillera, se encuentran las Termas de Fiambalá, uno de los principales atractivos de Catamarca. Las 14 piletas de piedra se llenan con aguas hipertermales, sulfatadas, silicatadas, alcalinas bicarbonatadas y levemente cloruradas, que son altamente sedantes del sistema nervioso, limpian los tejidos y desintoxican el organismo. En La Rioja se pueden visitar las termas de Santa Teresita.
4) Cuyo y centro
Las termas de Cacheuta, a 40 kilómetros al oeste de la ciudad de Mendoza y rodeadas de las montañas de la precordillera de los Andes, son las más buscadas de Cuyo. Las aguas cloruro-sulfatadas y cálcicas de las piscinas de piedra volcánica provienen del deshielo, que se filtra a gran profundidad y vuelven a aflorar al chocar con la roca granítica de la zona a una temperatura de entre 32° y 42°.
Gracias a sus características hipertermales, altamente mineralizadas y levemente radiactivas, producen efectos sedantes y analgésicos, activando el sistema neurovegetativo y favoreciendo el funcionamiento del aparato circulatorio. Estas aguas termales son recomendadas para las afecciones osteomusculares (artritis, artrosis, fibrosis), dermatológicas (psoriasis, eczemas), respiratorias (rinitis, sinusitis, bronquitis, asma) y neuropsíquicas (estrés, ansiedad y depresión).
Sin embargo, las familias y los grupos de amigos que visitan el Parque Termal Cacheuta están más enfocados en la diversión y el relax que en los tratamientos terapéuticos.
Otras termas en esta región son Los Molles, Cajón Grande y del Azufre (Mendoza), Balde y San Gerónimo (San Luis), La Laja y Pismanta (San Juan), Larroude y Guatraché (La Pampa) y Mar Chiquita (Córdoba).
5) Patagonia
En Neuquén se encuentran las Termas de Copahue, famosas porque están en una zona volcánica activa al pie de la Cordillera de los Andes y tienen más de 20 tipos de agua diferentes, con propiedades minerales singulares.
Son las únicas en el mundo que conjugan cuatro recursos naturales para el bienestar de los turistas: aguas mineromedicinales (tienen beneficios directos sobre la salud), fangos (gris, gris plomo y verde, que se usan con fines cosmiátricos), vapores ricos en azufre (se usan para prevenir y tratar problemas respiratorios) y 34 tipos de algas naturales (aportan gran cantidad de nutrientes y minerales al organismo).
Las propiedades terapéuticas de estos recursos son antiinflamatorias, analgésicas, inmunomoduladoras, regeneradoras del tejido epidémico y articular, cicatrizantes, bactericida y antiparasitarias, queratolíticas y antiseborreicas, antiarlérgicas y antitóxicas y antioxidantes. Además actúan sobre el sistema endocrino, aumentan la circulación periférica y son relajantes musculares.
En Neuquén también se pueden visitar las termas de Caviahue, que también emplea las aguas y el fango del volcán Copahue, La Curva (cerquita de Plaza Huincul) y Epulafquen, junto al lago del mismo nombre.
Recomendaciones de inmersión
- Consultar al médico personal antes de visitar una terma, sobre todo si se tiene una enfermedad previa, se realiza un tratamiento, se está embarazada o es persona añosa.
- El aumento de la frecuencia cardíaca y una leve sensación de palpitaciones son respuestas normales del organismo ante el agua caliente. Cualquier duda, consultar.
- Es recomendable combinar las termas con caminatas al aire libre, comidas sanas y nutritivas y tomar mucha agua.
- Mantenerse quietos y relajados, de ninguna manera grandes o chicos pueden pretender nadar en agua caliente.
- Las inmersiones en las aguas termales deben ser progresivas. Primero es conveniente meterse en las piletas de menor temperatura y luego pasar a las más calientes. Nunca permanecer durante más de 15 minutos. Si la terma tiene más de 40 grados, la inmersión no debería superar los 5 minutos, porque puede provocar problemas cardíacos o hipotensión.
- Luego de cada inmersión, abrigarse bien y descansar. Lo ideal, además, sería tomarse la presión arterial.
- Esperar al menos dos horas después de las comidas para realizar la inmersión.
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