Especialistas consultados revelan los mitos y verdades que se esconden detrás del ideal de lucir six pack y abdominales definidos
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Rodrigo de Paul es tendencia. El reconocido jugador de la Selección Argentina, que levantó la Copa del Mundo en Qatar, da qué hablar. Lo que hace, lo que dice, no hay nada que pase desapercibido. Fanático de las redes sociales, en Instagram acumula más de diez millones de seguidores, suele compartir fotos de sus entrenamientos y en ocasiones, también de sus vacaciones, dejando a más de uno obnubilado con su cuerpo, totalmente definido. ¿Cuál es su secreto? ¿Cómo lo logra?
Desarrollar el famoso “six pack”, en otras palabras, tener los abdominales marcados, es el anhelo de la mayoría de las personas, sobre todo de los hombres. Sin embargo, alcanzarlo es para valientes. Implica mucha dedicación y excesivo trabajo.
A los 28 años, De Paul lleva jugados más de 50 partidos con la albiceleste, camiseta con la que debutó en 2018. Desde entonces, su rendimiento fue en alza y hace menos de un mes, sorprendió al mundo entero con sus brillantes asistencias durante el Mundial. Para lograr este triunfo fue crucial mantener una dinámica de hábitos saludables.
En una entrevista con la revista Rolling Stone en su edición de noviembre, el jugador del Atlético de Madrid confesó ser muy estricto con su cuidado personal: “Físicamente estoy muy bien porque soy una persona que se cuida. Entreno mucho, dedico mi vida cotidiana al fútbol y eso hace que me sienta muy bien, que llegue entero”.
En este camino de marcar abdominales son varios los pasos que hay que tener en cuenta y respetar a rajatabla. Según Pablo Pelegri, médico especialista en deporte, la meta será reducir el tejido adiposo, “que es la reserva de calorías que se encuentra distribuida en el cuerpo”. En los hombres se localiza principalmente en el abdomen y en las mujeres en las caderas. “Cuando se disminuye, los músculos se empiezan a notar”, subraya.
Pero, ¿cómo se hace? La respuesta es simple: “Manteniendo un plan de alimentación saludable regida por un déficit calórico, donde el consumo de energía sea menor al que se gasta. En paralelo, se lo debe acompañar de un entrenamiento constante”, destaca Pelegri.
Al respecto, y para entender mejor este concepto, es interesante destacar que en tiempos ancestrales, donde las personas no se alimentaban por varios días –porque tenían que salir a cazar y no lo hacían regularmente-, “esta ´grasa´, actuaba como suministro de energía y les permitía sobrevivir”, cuenta el médico.
Sin embargo, hoy en día, no se la necesita como en ese entonces porque todos se alimentan a diario, entonces, “es importante mantenerla en niveles adecuados”, sostiene Pelegri. En esta línea, aclara que en exceso puede desencadenar enfermedades tales como la obesidad y la diabetes. Por el contrario, si está baja, puede ocasionar problemas óseos.
¿Qué tipo de alimentación se necesita?
La alimentación saludable es uno de los jugadores titulares. El nutricionista especialista en deporte, Joaquín González Saucedo (M.N. 8136), detalla que los deportistas de elite y en este caso los futbolistas, se deben regir por generar buenos rituales alimenticios. En este camino, describe que su plan de alimentación debe priorizar tres ejes:
El primero tiene que ver con el gasto calórico en donde “ingieran entre 500 y 700 calorías menos de las que necesitan. En otras palabras, tienen que gastar más energía de la que consumen”, dice el especialista. De esta manera, “se evita la formación de tejido adiposo en el cuerpo y se gana masa muscular”, agrega.
En segundo lugar, “la calidad del producto es más importante que la cantidad”, comenta González Saucedo y aclara que la alimentación óptima es a base de proteínas, vegetales, fibra, carbohidratos y muy poco de grasas. Con este objetivo por delante, el imperativo es dejar de lado los alimentos con altos índices de azúcar y los ultraprocesados “por su bajo valor nutricional”, define el nutricionista.
Por último, es importante la distribución de las comidas. Para el experto, todo atleta, tiene que concentrar la mayor cantidad de energía antes, durante y después del entrenamiento. “El futbolista, por lo general entrena a la mañana, entonces el foco debe estar puesto en el desayuno, la colación y el almuerzo”, cuenta González Saucedo. Luego, en la merienda y la cena, “lo ideal es hacer una reducción de calorías, es decir, bajar el volumen de la ingesta, sin descuidar la calidad de los alimentos”, define.
De acuerdo a Pelegri, el secreto de esta fórmula es que ayuda a disminuir tejido adiposo sin perder rendimiento.
¿Cuál es el entrenamiento adecuado?
Aunque el ejercicio siempre debe apuntar a trabajar el cuerpo de manera completa, donde se entrenen todos los grupos musculares por igual, Pelegri comenta que en este caso, también se puede optar por sumar una rutina localizada en la zona media basada en ejercicios de abdominales con y sin carga, “buscando el desarrollo muscular que puede ayudar a que se noten más”, comenta el médico. Y sugiere realizarlos con una frecuencia de aproximadamente dos veces por semana.
Para Alejandro Mazzarapa, reconocido fitness coach, los jugadores de fútbol tienen un entrenamiento aeróbico que ayuda principalmente a quemar los tejidos adiposos y lo complementan “con un trabajo de gimnasio donde levantan carga para fortalecer la musculatura”.
Queda claro que alcanzar una figura definida como la de De Paul está más relacionado con un deseo que con la realidad. “Para que el cuerpo esté totalmente marcado, la persona se tiene que dedicar de lleno a esto”, reflexiona Pelegri. Según los especialistas consultados, a veces en la búsqueda de este “ideal” estético, se deja de lado la salud y se pueden generar desbalances hormonales. Precisamente por esto, hacen hincapié en que es fundamental asesorarse con profesionales antes de realizar un cambio de hábitos.
Si bien al físico se lo puede intervenir y modificar, también tiene límites. Tal como explica Pelegri, la estructura y la genética juegan un rol clave. En cuanto a De Paul, Mazzarapa comenta que la genética lo acompaña, y que al estar inmerso en una estricta rutina de alto rendimiento, no se permite el margen de error.