Este régimen de alimentación radical puede disminuir el malestar que genera esta afección aunque los especialistas advierten que no es adecuada para todos
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Cuando Tamara Duker Freuman se enteró de la dieta baja en FODMAP -abreviatura compuesta por las palabras Fermentable Oligosacáridos Disacáridos Monosacáridos y Polioles que refiere a un régimen bajo en carbohidratos fermentables- hace poco más de una década, comenzó a recomendarla a sus pacientes que padecían el síndrome del intestino irritable (SII). Fue “un antes y después”, dijo la dietista.
En una revisión de estudios publicados en 2020, los investigadores estimaron que alrededor del 52 al 86 por ciento de los pacientes con SII que siguieron la dieta tuvieron mejoras significativas en síntomas como hinchazón, dolor y diarrea.
Pero la dieta, que elimina temporalmente los alimentos ricos en ciertos tipos de carbohidratos que se sabe que causan los síntomas del SII, no es apropiada para todos según los expertos. Así es como funciona.
¿Qué son los FODMAP?
Los FODMAP son ciertos tipos de carbohidratos, llamados oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables, como sugiere el acrónimo, que a menudo no se pueden digerir o absorber por completo en el intestino delgado y, en cambio, son fermentados por microbios en el colon. Esto puede causar malestar gastrointestinal.
La lista de alimentos que contienen altos niveles de FODMAP es larga: incluye productos lácteos como leche, yogur y helado; frutas como manzanas, mangos y sandías; verduras como cebollas, ajos y espárragos; pastas y panes a base de trigo; legumbres como porotos y lentejas; frutos secos como castañas de cajú y pistachos; y endulzantes como la miel, jarabe de maíz alto en fructosa y edulcorantes bajos en calorías.
“Si uno no tiene problemas digestivos, los FODMAP generalmente no causan malestar con la excepción de un poco más de flatulencia”, señala el Dr. William Chey, profesor de gastroenterología y ciencias de la nutrición en Michigan Medicine. Pero, añade que si se tiene SII u otras afecciones gastrointestinales, pueden aparecer síntomas como dolor, distensión abdominal y diarrea.
¿Quién podría y quién no beneficiarse de la dieta?
Debido a que los FODMAP se encuentran en muchos alimentos, la dieta baja en ellos es muy restrictiva, razón por la cual los expertos recomiendan precaución y sugieren una planificación cuidadosa antes de embarcarse en dicho régimen.
“Los buenos candidatos a implementar esta dieta son los pacientes con SII que consumen regularmente alimentos ricos en FODMAP y que notan que sus síntomas empeoran después de las comidas”, destaca la Dra. Lin Chang, gastroenteróloga y profesora de medicina en la Escuela de Medicina David Geffen de la Universidad de California, Los Ángeles. También agrega que deben ser personas que se encuentran abiertas a probar una dieta nueva y compleja.
“La dieta baja en FODMAP también puede ayudar a aliviar los síntomas de las personas con otras afecciones gastrointestinales como la enfermedad inflamatoria intestinal y la dispepsia funcional (malestar y dolor estomacales crónicos), y aquellas con un crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado”, dice Chey.
Sin embargo, la Dra. Chang explica que la dieta no es adecuada para personas que tienen trastornos alimentarios que además, suelen presentar afecciones gastrointestinales.
“Debido a que la dieta baja en FODMAP es tan restrictiva, puede empeorar un trastorno alimentario existente y también podría poner en peligro la vida de las personas en algunos casos”, señala Beth Rosen, dietista registrada en Nueva York.
¿Cómo funciona la dieta?
“La dieta baja en FODMAP se compone de tres fases y es mejor realizarlas con la ayuda de un profesional capacitado”, sostiene Rosen.
Según Rosen, en la primera fase llamada también fase de eliminación, se reemplazan todos los alimentos ricos en FODMAP con alimentos bajos en FODMAP por un periodo de dos a seis semanas (dos semanas suelen ser suficientes para ver si la dieta es útil). Los alimentos populares que se pueden comer durante esta fase incluyen: arroz, quinoa, huevos, quesos duros, carne, pescado y muchas frutas y verduras.
“Si los síntomas no mejoran notablemente durante esta fase, se debe suspender la dieta”, destaca Chang.
“Si uno comienza a sentirse mejor, es hora de la fase de reintroducción, durante la cual se vuelven a agregar alimentos ricos en FODMAP, pero de a poco”, dice Freuman. A su vez, añade que el objetivo es identificar qué FODMAP y en qué cantidades provocan síntomas.
La fase final es la fase de personalización, durante la cual se vuelven a consumir alimentos con alto contenido de FODMAP en cantidades que el cuerpo pueda tolerar. Consecuentemente, se crea una dieta equilibrada que sea sostenible a largo plazo.
“Es una dieta de aprendizaje”, dice la Sra. Freuman. Según ella el régimen se trata de capacitarse con el conocimiento para comprender realmente los factores desencadenantes del malestar.
“Después de identificar los alimentos más molestos, se puede considerar tomar un suplemento enzimático de venta libre según los tipos de FODMAP que le causen problemas a uno. Esto sirve para poder tolerarlos mejor”, señala Freuman.
“Si la dieta clásica baja en FODMAP no es apropiada o realista para uno, una dieta FODMAP más ‘suave’ puede ser la adecuada. Especialmente si la persona está desnutrida, embarazada o si tiene restricciones dietéticas o antecedentes de trastornos alimentarios”, añade Rosen.
Para esta versión más suave de la dieta, la primera fase consiste en eliminar al grupo de alimentos que suelen ser los más problemáticos como: el trigo, la cebolla, el ajo, los porotos, la leche y ciertas frutas. Luego se pasa a las fases de reintroducción y personalización mencionadas anteriormente.
¿Cuáles son algunas otras desventajas de la dieta?
“Una trampa común de esta dieta es que las personas se estancan en la primera fase. Se apegan tanto a la forma más estricta del régimen que les aterroriza comer cualquier cosa fuera de este”, dice Freuman.
Asimismo, explica que esto último puede afectar la calidad de vida ya que, por ejemplo, las personas no pueden disfrutar de comer fuera o pueden desencadenar trastornos alimentarios.
“Un profesional de la salud puede ayudar a seguir la dieta de manera segura, particularmente durante la fase de reintroducción que suele ser la más complicada”, añade Chey. Sumado a eso, explica que en internet hay bastante evidencia e información disponible para que uno pueda investigar por su cuenta.
“Hay que saber que la dieta baja en FODMAP es solo un enfoque para controlar el SII”, dice Freuman. Y a continuación cuenta que algunas personas pueden encontrar alivio ajustando su ingesta de fibra o comiendo comidas más pequeñas y evitando los alimentos grasos o picantes.
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