La industria del bienestar de las mascotas, vive un auge que incluye suplementos, polvos y regímenes veganos y sin gluten; la opinión de los expertos sobre sus beneficios
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Karl Malone empieza el día con un desayuno que incluye cáscara de psilio en polvo y raíz de bufera o, como es conocida en muchos países, ashwagandha -una planta medicinal para el estrés- . Su cena siempre está condimentada con cúrcuma molida, y luego toma sus suplementos para las articulaciones. Hace dos caminatas diarias a paso ligero y evita la comida de los restaurantes, ya que su médico recomendó que bajara de peso.
Karl Malone es un perro color arena, una cruza de pastor australiano de 11 años.
Darshna Shah, la dueña de Karl, cree que este régimen de bienestar -una mezcla de consejos de amigos, de su veterinario, de boletines informativos sobre mascotas y de remedios nutricionales con los que su familia creció en India- ha mejorado mucho la salud de su compañero.
Shah, de 64 años, una ex ejecutiva de seguros que vive en Cerritos, California, solía pensar que mientras sus mascotas tuvieran techo y comida, estarían bien. Pero el creciente interés por el bienestar, sobre todo entre las personas más jóvenes, la convenció de que tenía que hacer algo más. “Su calidad de vida depende de su salud”. El índice de adopciones de mascotas en Estados Unidos, espoleado por la pandemia, se disparó en 2021 hasta alcanzar el nivel más alto de los últimos seis años, mientras que las tasas de natalidad humana no han dejado de disminuir. A medida que una generación de jóvenes adultos reimagina cómo puede ser la paternidad, los propietarios de mascotas dedican gran parte de su tiempo y dinero a lo que comen sus perros, gatos, hámsteres, peces de colores y otros animales domésticos.
Para muchos propietarios, la respuesta es ajustar la dieta de sus mascotas según sus propios hábitos alimentarios.
Hay mascotas que siguen dietas de alimentos crudos, dietas sin gluten, dietas sin cereales, dietas veganas o vegetarianas. Hay mascotas que comen premios con sabor a cúrcuma o preparadas con cannabidiol (CBD, por su sigla en inglés), mascotas a las que nunca les falta un probiótico o un suplemento de vitamina C. Algunos propietarios preparan menús especiales en casa, mientras que otros compran el creciente número de productos adaptados a estas dietas.
Oscar, una mezcla de terrier y chihuahua que vive en Brooklyn, Nueva York. Es vegetariano, al igual que su dueña, Roopa Kalyanaraman Marcello, una especialista en políticas de salud pública de 42 años que alimenta a su perro con comida vegetariana que compra en la tienda.
“Es parte de nuestra familia”, dijo Kalyanaraman Marcello, y agregó: “Me resultaría extraño que uno de mis hijos empezara a comer carne”.
El año pasado, Jennifer Donald sospechó que las croquetas repletas de trigo con las que alimentaba a su perro labrador, Moses, eran las responsables de sus problemas digestivos.
Donald, de 52 años, es celíaco y no come gluten. Hace poco adoptó la misma dieta para Moses, alimentándolo con salmón salvaje, camote, huevos cocidos, aceite de coco y arroz, los mismos ingredientes que utiliza para prepararse tazones de cereales para ella y su esposo.
“Me ayudó a estar más en sintonía con él, y me está ayudando a controlar mi propia enfermedad”, señaló Donald, quien imparte clases de justicia penal en la Universidad de Maryland. No hay reglas claras ni sencillas sobre cómo alimentar a una mascota. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos ha advertido sobre ciertas dietas para animales y regula cómo se fabrican y etiquetan los alimentos para mascotas, pero ofrece una orientación mucho más vaga sobre los ingredientes. Los veterinarios tienen opiniones diferentes, y la investigación científica sobre la salud de las mascotas va por detrás de los estudios en los humanos. Internet rebosa de consejos y desinformación. Les corresponde a los propietarios decidir en quién confiar. El American Kennel Club, un registro para perros, ofrece materiales educativos en línea y recomendaciones sobre la dieta, todo ello avalado por su jefe veterinario. Por eso, a Brandi Hunter Munden, vicepresidenta de comunicaciones de la organización, le consterna ver cómo la gente recurre a dietas de moda que, según ella, a veces suponen los mismos peligros para las mascotas que para los humanos.
Pueden perpetuar las generalizaciones sobre la salud, señaló, promover regímenes que no están respaldados por investigaciones y capitalizar la ansiedad de las personas que creen que no hacen lo suficiente por sus animales.
Se espera que el mercado de “alimentos nutritivos para mascotas” —productos más caros que dicen contener ingredientes de primera calidad o estar nutricionalmente mejorados—, como lo llama la industria, alcance los US$17.900 millones en 2026, según un informe del año pasado de Pet Insight, una empresa de análisis independiente. El bienestar de las mascotas en general se ha convertido en una industria aún mayor y ha generado un subconjunto de influentes en las redes sociales y grupos de Facebook dedicados a perfeccionar las dietas de todo tipo de animales domésticos.
“Es una presunción decir: ‘Mi perro come tan bien como un humano’”, comentó Sean MacDonald, de 30 años, chef de Toronto que en su cuenta de TikTok prepara elaboradas comidas principalmente de ingredientes crudos para su labrador color chocolate, Hazelnut.
La intensa atención que se presta a lo que comen las mascotas también está relacionada con el mayor tiempo que los dueños han pasado en casa con sus mascotas durante la pandemia. En este tiempo, muchas personas se volvieron más conscientes de su propia salud, aseveró Hunter Munden, ejecutiva del Kennel Club.
No obstante, imponerle un nuevo estilo de vida a un ser querido en ocasiones genera tensión cuando el beneficiario no puede comunicarse o tomar sus propias decisiones, dijo. “Los perros comerán cualquier cosa que les pongas enfrente, pero no es necesariamente lo mejor para ellos”.
En 1999, la nutricionista de humanos y animales Kymythy Schultze, de 63 años, autopublicó un libro sobre alimentación cruda para mascotas titulado The Ultimate Diet: Natural Nutrition for Dogs and Cats. Ella había empezado a alimentar a sus mascotas de esa manera después de eliminar los alimentos procesados de su propia dieta para aliviar sus problemas de salud. La premisa es similar a la de la dieta paleolítica: que la gente debería comer como lo hacían sus antepasados en la Edad de Piedra.
Muchos lectores encontraron sus recomendaciones demasiado extremas. Schultze dijo que los veterinarios le comentaron que las mascotas no podían sobrevivir solo con comida enlatada o de bolsa. “¿Cómo pudieron prosperar los perros y gatos durante miles de años?”, preguntó Schultze, quien vive en la península Olímpica del estado de Washington. “Los alimentos enlatados y embolsados no tienen mucho tiempo de existir”.
El libro ha vendido decenas de miles de ejemplares, y la alimentación cruda (que incluye verduras, proteínas animales, huesos y otros ingredientes sin cocer) ha pasado de ser alternativa a estar de moda, a pesar de que numerosas autoridades han advertido que no debe usarse. En los últimos años, la Administración de Alimentos y Medicamentos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la Asociación Estadounidense de Medicina Veterinaria y la Asociación Estadounidense de Hospitales para Animales han denunciado la dieta como peligrosa, al mencionar el riesgo de que algunos alimentos crudos puedan estar contaminados con bacterias dañinas.
No obstante, Wes Siler, escritor de Bozeman, Montana, afirmó que la dieta descrita por Schultze transformó la salud de sus perros, Wiley, Bowie y Teddy. Durante casi cuatro años, los ha alimentado con muslos de pollo crudos, hígado de pollo y salmón, y dice que sus irritaciones cutáneas han desaparecido. Siler, de 41 años, considera que las croquetas son “veneno para los perros”, y las compara con la comida rápida, que no consume desde hace 25 años.
Sabe que las dietas crudas son polémicas. “Nunca he recibido una sola amenaza de muerte por ninguno de mis artículos contra la Asociación Nacional del Rifle”, dijo. “Probablemente recibo una amenaza de muerte a la semana de gente molesta por mi artículo sobre la alimentación cruda”.
Las conversaciones sobre las dietas de las mascotas causan furor en internet, donde muchos propietarios han aumentado su número de seguidores publicando vídeos de cómo alimentan a sus mascotas.
Luke Hagopian, de 21 años, tiene 3,6 millones de seguidores en TikTok que lo ven alimentar cuidadosamente a sus 45 peces de colores con larvas de mosquito congeladas, espinacas hervidas y pepino hervido, ideas que aprendió hablando con otros propietarios de peces en internet y leyendo sitios web como wikiHow. También responde a preguntas sobre la dieta de los peces, aunque admite que no es un experto en medicina.
Los conceptos de experticia en el campo de la salud de las mascotas están cambiando, y detrás del interés de muchos propietarios por el bienestar hay una creciente desconfianza implícita en los veterinarios.
Schultze, autora del libro sobre la dieta cruda, señaló que las empresas de alimentos para mascotas ejercen una gran influencia en la profesión, ya que les ofrecen descuentos a los veterinarios en los productos e incluso son propietarias de hospitales veterinarios.
Cuando su veterinario no apoyó la dieta cruda, Kayla Kowalski, dueña de un perro de 21 años, se cambió a un veterinario holístico que sí lo hizo. (Los veterinarios holísticos suelen combinar prácticas como la acupuntura y la homeopatía con la medicina occidental).
Haley Totes empezó a añadir alimentos frescos como caldo de huesos, tiras de costilla, ejotes y kéfir a la dieta de sus perros después de ver un TikTok de alguien que enumeraba los ingredientes procesados de la comida para mascotas y de leer sobre dietas en internet. “Algunos veterinarios desconfían de la comida cruda, incluso de la casera”, dijo.
A su vez, los veterinarios se frustran cuando la gente está más dispuesta a creer en las publicaciones de las redes sociales que en los profesionales médicos.
“Los propietarios confían en nosotros lo suficiente como para hacer recomendaciones sobre la salud de sus mascotas en situaciones como: ‘Tu mascota tiene un bulto; tenemos que extirparlo y hacer una biopsia’”, dijo Marcus Dela Cruz, veterinario en San Luis Obispo, California. “Pero cuando hacemos recomendaciones sobre la alimentación, los propietarios no opinan lo mismo”.
Dela Cruz, de 30 años, reconoció que recibe un descuento en la comida para mascotas, pero añadió: “No le recomiendo esa marca a todos los clientes”.
La desinformación en internet acerca de la salud de las mascotas está muy extendida, comentó, y los animales sufren por eso. Las carnes crudas pueden ser portadoras de bacterias resistentes a los antibióticos, y las comidas caseras pueden carecer de nutrientes esenciales. Las dietas vegetarianas, dijo, no son adecuadas para la mayoría de los gatos porque necesitan proteínas animales, pero pueden ser aceptables para los perros.
Lo que resulta especialmente inquietante para Leah Reilly, veterinaria de Clinton Hill, Brooklyn, es el mensaje cada vez más común de las empresas de alimentos para mascotas, según el cual estas deben comer como las personas. Según Reilly, las mascotas tienen necesidades dietéticas específicas diferentes de las de los humanos y no pueden desintoxicar y digerir ciertos alimentos, como la cebolla y el ajo, del mismo modo que sus dueños.
“Es fácil notar un gran contraste entre, esta comida fresca que tienes que guardar en la nevera y que es como tus kits de comida y esta bolsa gigante de croquetas extrusionadas”, dijo Reilly, de 41 años. Por ejemplo, la empresa de alimentos para mascotas Nom Nom Now, que fue comprada en diciembre por el fabricante mundial de alimentos Mars, comercializa sus productos como “de calidad humana”.
“Hay que anclarlo en algo que la gente entienda”, dijo Alex Jarrell, uno de los fundadores de Nom Nom Now, cuyas comidas envasadas contienen ingredientes reconocibles como arroz integral, papas y zanahorias. “Cuando yo como una ensalada, en comparación con la comida rápida, sí me siento mejor y más sano, así que trasladando eso a mi mascota, por supuesto que tiene sentido”.
Por cada propietario de mascotas que cree haber encontrado la clave para mejorar la salud de sus animales con estas dietas, hay otros que se sienten confundidos y frustrados por ellas.
Cuando Shom Mazumder, de 29 años, un cocinero de línea de Nueva York, recogió hace poco a Lambrusco, su perro mezcla de jindo y shiba, de una agencia de adopción, se sorprendió al saber que la organización le exigía alimentar al perro con una dieta cruda.
“Realmente no he visto ningún estudio científico que demuestre que sea mejor”, dice. Pero, por ahora, lo está consiguiendo.
Yishian Yao, de 30 años, quien dirige un negocio de cuidado de animales en El Cerrito, California, aseveró que la cultura del bienestar de las mascotas quizá no sea solo clasista, ya que muchos propietarios no pueden darse el lujo de comprarles a sus animales alimentos frescos y suplementos, sino también manipuladora.
Dijo que el mensaje es: “Si no haces esto por la salud de tu mascota, no eres tan buen padre del animal”.
Se preguntó si la creencia popular de que las mascotas son como un miembro de la familia, en realidad, ha sido perjudicial para los animales al “dotar a su alimentación de un valor humano”, señaló.
“No es que no crea que las mascotas deban ser tratadas y cuidadas como una familia”, explicó. “Es que los equiparamos con los humanos cuando no lo son. ¿De verdad hacer eso es lo mejor para ellos?”.
Priya Krishna es reportera de Times Food. Es autora de varios libros de cocina, incluido Indian-ish. @priyakrishna
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