Los buenos límites organizan, ordenan y van dando tiempo a la maduración, al enriquecimiento de los recursos y al fortalecimiento de niños y adolescentes: “todavía no”, “cuando seas más grande”, “no tenés edad para eso”, “ya te va a tocar” son frases que los chicos detestan, pero los adultos a cargo los conocemos y sabemos para qué temas van estando listos y para cuáles tenemos que seguir diciendo que no.