El método creado por el monje norteamericano Bhante Vimalaramsi desde hace poco se practica en la Argentina
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“Es una práctica muy suave, porque no se fuerza a la mente a sobreconcentrarse y, con el tiempo, se va calmando de una manera muy natural profundizando tanto en el estado meditativo como en la comprensión de cómo funciona la mente. El resultado directo es la extinción gradual del sufrimiento”, explica Federico Gurisatti, que en 2009 tomó los votos de monje zen. Se refiere a la novedosa meditación TWIM, que se practica en la Argentina desde hace tres años, cuando el propio Gurisatti comenzó con este sistema.
TWIM (Tranquil Wisdom Insight Meditation, en inglés) que se traduce como Meditación de la Comprensión de la Sabiduría Tranquila, es un método budista desarrollado por el monje norteamericano Bhante Vimalaramsi, recientemente fallecido, a partir de los sermones originales del budismo. Antes de darle vida a este método, Vimalaramsi recorrió un largo camino espiritual, desde sus primeros pasos en el estilo birmano de meditación Vipassana hasta convertirse en monje, en 1986, con muchos años de meditación intensiva en Birmania, Tailandia, Camboya, Australia, Malasia e Indonesia.
Esta técnica es una combinación de Vipassana (la visión directa de los fenómenos sin identificarse con ellos) y Samatha (la tranquilidad que permite esa visión directa). Su origen hay que buscarlo en la palabra samadhi: sama significa tranquilidad y dhi, sabiduría. Este término, entre otros, fue el que acuñó el budismo para definir lo que en occidente se tradujo como meditación.
TWIM se puede practicar en la Sangha de la Luna Llena, comunidad budista dirigida por Gurisatti, que luego de 17 años abandonó su práctica de zen para abocarse a la difusión de esta meditación.
“En algún momento de mi entrenamiento meditativo sentí que estaba chocando una y otra vez con los mismos obstáculos, tanto en la vida como en la meditación, y esto me llevó a buscar otra perspectiva y comenzar la práctica de TWIM. Fue como si se hubiera roto un dique. En menos de 5 meses, mi vida cambió por completo. Me di cuenta de que es real y posible en esta vida: existe la cesación del sufrimiento”, sostiene Gurisatti.
“El TWIM es una técnica meditativa muy suave, donde la sonrisa y la relajación son aspectos fundamentales. Se exhorta al practicante a tranquilizar de manera voluntaria su mente y su cuerpo durante la meditación y durante su vida cotidiana”, sigue Gurisatti.
A su vez, apunta que la atención plena es otro aspecto fundamental. “Atención plena es recordar cómo se mueve la mente de un objeto a otro. Si observamos esta definición de atención nos daremos cuenta de que muchas veces, las personas creen que atención es “focalizar” o concentrarse en algo, cuando en realidad la atención involucra recordar que la mente se mueve y que nosotros, como meditadores, no debemos identificarnos con ningún fenómeno mental”, explica.
En TWIM, las denominadas 6R invitan a abandonar los estados mentales malsanos y desarrollar los sanos. “En la meditación uno lleva la mente a un objeto sano, que dentro de nuestra práctica es alguna de las cuatro Moradas Divinas, sentimientos muy elevados y felices como el amor benevolente; la compasión; la alegría que todo lo impregna o la ecuanimidad. Una vez que uno elige alguno de estos sentimientos como objeto de meditación, lo evoca y permite que la mente orbite alrededor del sentimiento”, explica Gurisatti. Entonces, cuando surge alguna distracción se aplican las 6R: reconoce (recognize, en inglés) que se distrajo; deja de pensar en esa distracción (release); relaja la contracción que queda en la mente, la cabeza y el cuerpo (relax); vuelve a sonreír (resmile) y con esa sonrisa retorna (return) al objeto de meditación y se queda con él todo el tiempo que pueda (repeat). A través de la meditación se logra tranquilizarse y tener mayor serenidad y visión frente a las vicisitudes de la vida. Claro que para profundizar en la práctica es preciso una firme determinación y perseverancia.
“Si uno asume la responsabilidad de su propia felicidad y entiende que esto es un cultivo continuo, donde el entusiasmo, la determinación y la perseverancia son centrales, la meditación será un camino de autodescubrimiento, de poder explorar aspectos ocultos de la mente y, fundamentalmente, el sufrimiento irá cesando conforme la comprensión aumente”, apunta Gurisatti. Es un camino gradual que cada uno debe transitar. Es la misma persona la que debe autoindagarse y observar si su práctica lo está llevando a un estado paulatino de mayor felicidad, alegría y despreocupación”, apunta.
“La Sangha de la Luna Llena surgió de mi deseo de ayudar a aliviar el sufrimiento de todos los seres a través de las enseñanzas y prácticas del Buddha. También fue un impulso de poder enseñar TWIM ya que, actualmente, no se enseña en ningún país de habla hispana”, finaliza Gurisatti. Los encuentros para meditar son los jueves, de 8 a 9 de la mañana, de manera gratuita.
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