Pilates: la práctica que eligió Lady Di para mantenerse en forma y que hoy sigue en boga

Personaje destacado de la modernidad, apodada “reina de los corazones” por su compasión y su interés por causas humanitarias, fue la figura más popular de la familia real británica durante décadas e incluso, tras haber fallecido sigue siendo protagonista en su tierra natal y en el mundo. La princesa Diana de Gales, también conocida como Lady Di, ha dejado un legado inmenso en el que se convergen temáticas impensadas. La mamá de William y Harry Windsor se convirtió en un ícono de la moda y de la realeza que traspasa generaciones. Jóvenes y niños que no existían cuando la princesa estaba viva, hoy reconocen su nombre donde sea que lo escuchen y distinguen la positividad y bondad que caracterizaba a la princesa.

Fue especialmente después de haber tenido a sus dos hijos que la entonces integrante de la familia real británica empezó a seguir con rigurosidad planes alimenticios y entrenamientos. Quienes la rodeaban aseguran que, parte del estrés que tenía por la presión mediática y los compromisos de su trabajo como princesa, lo canalizaba mediante la actividad física. Y es que después de años de entrenamiento, Diana Spencer adquirió un cuerpo tonificado y una silueta esbelta. La gran duda que esto emanaba era, ¿qué ejercicio físico hacía la princesa?

En conversación con la revista Vogue, Carolan Brown -preparadora física de Lady Di en los 90′- reveló los secretos de la rutina de ejercicios de la princesa. Según Brown, en ese entonces, Diana era una adepta del método pilates, un sistema de entrenamiento físico y mental creado a principios del siglo XX por Joseph Hubertus Pilates. La entrenadora acudía tres veces por semana al palacio de Kensington -donde vivía la princesa- para ejercitar; dentro de la rutina la preparadora física incorporaba ejercicios de pilates para: la corrección de la postura, la tonificación del abdomen, los brazos y las piernas. “No solo trataba de verse bien físicamente, sino que además entendía al deporte como una forma de sentirse bien, de estar saludable y de reforzar su autoestima”, reveló la profesional.

Asimismo, también contó que la práctica de pilates ayudó a la princesa a fortalecer el core, una zona del cuerpo que le había quedado débil tras el nacimiento de sus dos hijos. Para lograr esto la entrenadora le hacía realizar a Diana ejercicios que la ayudaran a ganar fuerza en el suelo pélvico y en los músculos abdominales. En la misma línea, Brown dijo que otros de los ejercicios que más hacía la royal eran: la figura del cisne, la foca, las tijeras y la bicicleta. “Diana era alta, cuando la conocí se encorvaba un poco y precisamente la postura del cisne combinada con series para la espalda y hombros, le ayudaron a fortalecer su postura y a trabajar sus debilidades”, le dijo la profesional a Vogue. Y parecería que los beneficios de hacerlo no solo fueron físicos sino que también anímicos: “a partir de eso su autoestima mejoró y consiguió estar de pie y caminar erguida con mucha más seguridad cuando estaba en público”, sostuvo Brown.

Relacionado con esto, Adriana Pagnanelli, profesora de educación física e instructora de pilates al frente de Loto Studio explica que el “swan dive” -en español, figura del cisne- que era uno de los ejercicios predilectos de la princesa, es un ejercicio tradicional de esta disciplina en el que se realiza decúbito ventral -posición corporal tendido boca abajo y con la cabeza de lado-. “Es un ejercicio de fortalecimiento de toda la cadena muscular posterior: extensores de la espalda, cuello, isquiotibiales y glúteos”, detalla la profesional. Respecto a “the seal” -la foca, en español- destaca la profesora que este ejercicio ayuda a mejorar la flexibilidad de la cadera y a fortalecer el centro, así como a estabilizar y desarrollar el control del tronco. Por último, de los favoritos de la princesa, Pagnanelli explica que el de las tijeras requiere una importante flexibilidad de columna y fuerza abdominal ya que se trabajan activamente los flexores y extensores de la cadera.

Asimismo añade que si uno compara fotos del antes y después de Diana de Gales haciendo pilates, claramente se reflejan los resultados del método en su cuerpo. “Se nota que su postura estaba más esbelta y que tenía más tonificados los grandes grupos musculares de los brazos, piernas y glúteos”, enfatiza Pagnanelli.

Como dato adicional, la ex entrenadora de Lady Di contó que para entrar en calor previamente a la clase de pilates, la princesa hacía ejercicios de ballet clásico. “Entrenábamos por la mañana e incluso, para ella era una prioridad programar las clases en su agenda antes de tener el listado de sus compromisos reales”, aseguró.

Relacionado con el ballet -disciplina que hoy en día no solo se utiliza como danza sino también como tipo de entrenamiento- un estudio de 2020 encontró que las mujeres que regularmente hacían ejercicios de ballet durante 50 minutos dos veces por semana mejoraban significativamente la postura de la cabeza, los hombros y la pelvis. Aparte, las investigaciones muestran que las personas con buena postura tienen pensamientos más positivos y ven más atributos positivos en sí mismos.

Incluso, pocos saben que luego de desarrollar su método, Joseph Pilates se mudó de Alemania -su tierra natal- a New York e instaló su Estudio en el mismo edificio donde funcionaba una compañía de ballet y rápidamente su propuesta se popularizó entre los bailarines de ballet clásico, quienes acudían a él para complementar su rutina de entrenamiento. “Tal es así, que la primera generación de Maestros de Pilates han sido todos bailarines: Lolita San Miguel, Romana Kryzanowska, Kathleen Stanford Grant, Ron Fletcher, entre otros”, destaca Pagnanelli.

¿Qué es pilates?

Es una práctica que surgió a principios del siglo XX y que incorpora una mezcla de actividades como el yoga, la gimnasia, los ejercicios de respiración y la relajación corporal y mental.

En la actualidad los ejercicios se pueden hacer con máquinas, en el suelo o sin accesorios, pero la técnica más popular es la de acostarse en una camilla especial que está equipada con resortes de distinta graduación y luego, sobre ella, practicar los distintos ejercicios que indique el instructor. “Según el tipo de persona con la que se esté trabajando, se va graduando el resorte para que el alumno haga más o menos fuerza. El uso de esta disciplina nunca va a hacer que el músculo engorde sino que contrariamente, afina el cuerpo”, explica Sandra Guerrico, profesora de Educación Física e instructora del método pilates.

Beneficios de hacer pilates

Este método hace que el cuerpo, la mente y el espíritu de la persona cambien radicalmente. No es insignificante el hecho que su creador pronunciara la frase: “La contrología -control total del cuerpo a través de la mente mediante pilates- es la coordinación completa de cuerpo, mente y espíritu”. Entre los beneficios más destacados de esta disciplina, tanto Pagnanelli como Guerrico destacan los siguientes:

• tonificación de todo el cuerpo
• mejora del equilibrio corporal
• corrección de problemas de postura
• mayor fuerza, flexibilidad y elasticidad
• disminución del estrés a través de la respiración y la concentración en los movimientos
• es un entrenamiento de bajo impacto ya que no requiere de rebotes ni saltos

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