Apodada como “el dulce milagro tropical”, es originaria de Centroamérica y el Caribe y tiene características medicinales; no se recomienda a gestantes
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El verano es una época perfecta para aprovechar al máximo el consumo de frutas, deleitarse con su frescura, sus sabores extravagantes y adquirir sus abundantes vitaminas y minerales. Dentro de esta familia de alimentos, las frutas exóticas son una opción para quienes desean probar nuevos gustos y para los puntillosos de su cuidado personal. La guanábana es una de ellas. Apodada como “el dulce milagro tropical”, los expertos de la salud le atribuyen grandes propiedades y recomiendan fervientemente su consumo debido al impacto positivo que tiene en la salud de las personas.
Originaria de Centroamérica y el Caribe: su producción se extiende desde México hasta Brasil aunque también se encuentra en regiones tropicales de Asia como Filipinas incluso en la zona de Málaga, España. Puntualmente en la Argentina no se produce sino que se importa y la realidad es que conseguirla fresca es todo un desafío aunque su pulpa se consigue más fácil.
También conocida como graviola y apodada científicamente Annona muricata, esta pequeña fruta ovalada puede llegar a pesar hasta tres kilos y medir alrededor de 50 centímetros de diámetro. Está cubierta por una cáscara en color verde oscuro con pequeñas espinas a su alrededor. En su interior tiene una pulpa blanca agridulce parecida al sabor del ananá, de textura suave y blanda con diminutas semillas negras. La guanábana forma parte de la familia de una planta llamada Annonaceae, que no supera los ocho metros de altura, con ramas en color rojizo y arrugadas y hojas duras y lisas.
Los alimentos que pertenecen a esta familia, dice Yael Hasbani, Health Coach especialista en Nutrición Holística, tienen características medicinales y “son muy importantes porque son fuente de muchos antioxidantes y fibras naturales que previenen el desarrollo de enfermedades y que benefician la salud digestiva”. Tanto el fruto como la corteza, la raíz y las hojas de la guanábana son aptas para el consumo: su carácter versátil permite que se las pueda utilizar tanto en preparaciones culinarias como en jugos, batidos y tisanas.
¿Cuáles son los beneficios de la Guanábana?
Esta fruta es considerada un alimento noble y los datos lo avalan. Un informe del portal especializado en salud, Healthline, da cuenta de ello al poner la lupa sobre su tabla nutricional. Por cada 100 gramos de alimento se encuentran alrededor de 66 calorías, tan solo un gramo de proteína; 16,8 gramos de carbohidratos y absolutamente nada de grasas. En su composición, resalta Hasbani, hay mucha agua, por lo que la guanábana es una aliada para ayudar a “mantenerse hidratados y evitar la retención de líquidos”, manifiesta la especialista.
Repleta de antioxidantes, “esta fruta se recomienda consumir para fortalecer las defensas del organismo y prevenir el desarrollo de enfermedades crónicas, problemas cardiovasculares, de hipertensión, incluso gripes y resfríos”, menciona Hasbani. Su alto contenido en vitamina C: 100 gramos de alimento posee el 34% del requerimiento diario de este nutriente, según el portal Healthline, “es esencial para evitar el daño celular al que estamos expuestos por los radicales libres: sustancias nocivas que circulan por el medio ambiente y a las que estamos expuestos en nuestro día a día”, aclara la health coach.
Por su parte, la licenciada en Nutrición Integral, Sol Vázquez (M.N.: 10557), menciona que la guanábana es rica en propiedades antibacterianas gracias a la presencia de las antraquinonas, que actúan contra las bacterias. Otra de las cualidades de este alimento, agrega la nutricionista, tiene que ver con que ayuda a prevenir la osteoporosis y la anemia gracias a su elevado contenido de calcio, fósforo y hierro. Desde el plano físico, esta fruta tiene características “antirreumáticas y contiene terpenos, que favorecen la relajación muscular, alivian el dolor reumático y combaten el insomnio”, añade Vázquez.
Gracias a la presencia de potasio: 100 gramos de alimento contiene el 8% del requerimiento diario de este mineral, según registros de Healthline y, debido a que se trata de una fruta libre de sodio, la guanábana “ayuda a mantener el equilibrio de la presión arterial ya que hace que las paredes de las arterias estén laxas y flojas permitiendo que la sangre fluya sin presión”, explica Hasbani.
La alta presencia de fibra vegetal ubicada en la pulpa de la guanábana cataloga a esta fruta como una ideal para combatir todo tipo de problema estomacal. Desde Healthline informan que cada 100 gramos de fruta hay un promedio de 3,3 gramos de fibra, en tanto que lo recomendado por la National Institute of Health para consumo diario es de aproximadamente 38 gramos para hombres y 25 gramos para las mujeres.
Este macronutriente, señalan las especialistas consultadas, colabora en que no se disparen los picos de glucemia ya que ralentiza la absorción de los hidratos de carbono. “Por este motivo se aconseja el consumo de guanábana a personas que padecen diabetes de tipo 2″, comenta Hasbani. Para Vázquez, la fibra también contribuye al buen funcionamiento del sistema digestivo: “Ayuda a regular el tránsito intestinal y a mantener saludable la microbiota”, dice la experta en nutrición. Sumado a ello, Hasbani ahonda que como esta fruta tiene un efecto emoliente, “suaviza el tracto digestivo y las personas que sufren por ejemplo gastritis, se beneficiarán con el consumo de guanábana”.
Otra de las cualidades de la fibra y que hacen que la guanábana se lleve todos los halagos es que “ayuda a nivelar el colesterol malo (LDL) en sangre. Así, se protege el sistema cardiovascular”, cuenta Hasbani. Este nutriente también brinda saciedad por lo que “se aconseja el consumo de esta fruta tropical, siempre en su justa medida, a personas que buscan controlar su peso corporal”.
¿Cómo se consume la guanábana?
En relación al consumo, las especialistas consultadas señalan que siempre la manera más conveniente es consumirla fresca, cruda y entera para aprovechar además de su sabor, todas sus propiedades ya que al triturarla por ejemplo en una licuadora, pierde parte de sus nutrientes. De todas maneras, como su disponibilidad no abunda en el mercado local, es más probable que se pueda conseguir en forma de pulpa o en jugos.
Para saber si está madura, hay un truco: al igual que por ejemplo una manzana, se debe presionar sutilmente y con cuidado de no pincharse, su cáscara con la yema de los dedos. El punto justo es que esté suave, pero no del todo blanda. A la hora de conservarla, Vázquez sugiere hacerlo en la heladera por un máximo de cinco días “o pelarla, retirar las semillas, cortarla y colocar las porciones en bolsas para congelar. De esta manera su duración será de tres meses”.
Para consumirla en su formato original, los pasos son parecidos a los de un kiwi o una pitahaya: una de las alternativas es cortarla a la mitad y extraer su pulpa removiendo las semillas porque “contienen una neurotoxina que se llama annonacina que se relaciona con enfermedades neurodegenerativas”, dice Vázquez. Más allá de esto, otra opción es pelarla y cortarla en rodajas, añadirla a un plato de comida por ejemplo una ensalada, un yogur o granola o a una bebida.
Por último, quienes deben tener especial cuidado y no dejarse tentar por el consumo de esta fruta, indica Vázquez, son las mujeres embarazadas y en período de lactancia debido a que “las propiedades de la guanábana podrían afectar la calidad de la leche”. A su vez, la nutricionista destaca que existe peligro de intoxicación si se toman las hojas en infusión, “por lo que se recomienda consultar antes con un profesional de la salud”.
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