Food trucks, música en vivo, arte, moda, degustaciones de cerveza y glampings renuevan las propuestas clásicas
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SAN CARLOS DE BARILOCHE-. Montañas, lagos, sol y carpa resultan el combo perfecto para muchos de los que visitan la Patagonia en los meses de calor. Nacionales y extranjeros, de cualquier edad, solos o en grupo: son muchos los que se lanzan a recorrer los múltiples senderos de trekking de la Capital Nacional del Turismo Aventura o eligen parar en campings a la vera de los lagos Nahuel Huapi, Moreno, Gutiérrez, Mascardi y Steffen, entre otros.
Lo cierto es que esta ciudad y sus alrededores están entre los rincones más convocantes para los amantes de la naturaleza. Y si bien hay decenas de campings en la zona, hay lugares que marcan tendencia.
Uno de ellos es Cirse, ubicado en el kilómetro 14,5 de la avenida Bustillo. Sobre la costa del lago, se trata de un camping con años de tradición en la ciudad, pero que se transformó a partir de la pandemia. Todo empezó con Fuegos de Cirse, un punto de reunión de moda en el verano de 2022, cuando el turismo resurgía: en ese camping coincidía el público local con el visitante, los amantes de las actividades náuticas y los que buscaban pasar un buen rato con amigos.
“El espacio de Cirse, con costa de lago, había quedado algo abandonado como muchos otros en ese tiempo. Un día, estábamos allí, sentados bajo un árbol, disfrutando de la puesta del sol y luego de la salida de la luna, e ideamos este lugar compartido”, cuenta Manuel Echevarría, responsable de Cirse Club de Lago.
El espacio fue tomando forma con la idea de extender el concepto de “acampar”: se sumaron food trucks, música en vivo, arte y moda, stand up paddle, una escuelita de optimist (velero), slackline y otras actividades. Este verano, el espacio fue sede del festival de música Camping Bariloche, donde desfilaron artistas como Marilina Bertoldi, Paz Carrara y Rayos Láser.
Cirse Club de Lago “late” alrededor del Mercat del Cirse, una gran carpa con mesas, sillones, barra de tragos y vista al lago. A los costados del Mercat se ubican los food trucks con variedad de platos, y las reposeras sobre el césped.
“Es un mercado de experiencias, un lugar de puertas abiertas. Conviven los que hacen actividades náuticas, con los que paran en el camping o en las cabañas, con el público que se suma cada día. Muchos se sorprenden al entrar y conocer el lugar frente al lago, la carpa, la ambientación, el jardín”, define Echevarría.
Visitas por el día
Quienes no se alojan en el camping pueden ingresar libremente al Club de Lago (no hace falta realizar reserva) y al Mercat (abierto de 12 a 23), para disfrutar de los atardeceres o los shows en vivo. La bajada del sol es uno de los momentos más especiales, sobre todo cuando se empiezan a encender los fogones.
Unos 40 kilómetros más al sur, en el km 2002 de la legendaria ruta 40, Las Carpitas es mucho más que un camping. Además del área de acampe, ofrece alojamiento en glamping (en carpas estilo tiendas safari con sommier matrimonial o doble twin), cabañas para 4 u 8 pasajeros, suites para entre 2 y 7 personas y habitaciones individuales o dobles. Los cuartos tienen luz eléctrica, jardín con fogón, mesas, sillas y sombrilla. El servicio no incluye desayuno, aunque sí el uso de la cocina de huéspedes.
Las familias y grupos grandes también pueden elegir hospedarse en la casa de montaña La Faustina, dentro del predio de Las Carpitas. Se trata de una casa construida en madera de ciprés con cuatro dormitorios. Pensada para ocho huéspedes, también posee quincho con parrilla y disco. En el lugar se ofrecen excursiones náuticas.
Muy cerca de allí, el camping La Querencia, que se encuentra sobre el lago Mascardi, tiene más de 30 años de historia. En realidad, su origen es incluso mucho más antiguo: el hijo de Bernardo Carlos Boock (que nació en Bariloche en 1897 y se instaló en el lago Mascardi en 1912) abrió una proveeduría en el actual predio del camping, en 1965.
La Querencia permanece abierto cada año desde principios de noviembre hasta finales de marzo. En un entorno idílico, el lugar es un destino clásico de muchos barilochenses y se popularizó hace unos años entre los visitantes cuando se viralizó que allí pasaba sus vacaciones Marcelo Gallardo. El DT eligió el lugar muchas veces para descansar, incluso en enero de 2019, tras consagrarse campeón de la Copa Libertadores.
En un predio de siete hectáreas sobre el lago, el camping La Querencia tiene canchas de fútbol y vóley, áreas de acampe individuales con fogón y parrilla, sanitarios con duchas y agua caliente, restaurante con minutas y proveeduría.
Algo más al sur, sobre la ruta 83, de ripio, otro espacio se destaca por su espíritu innovador. Bajo el concepto de glamping, Río Manso Camp se ubica en uno de los secretos mejor guardados de la zona: el valle del río Manso inferior, en el límite sur del Parque Nacional Nahuel Huapi.
Creado por la agencia Frasson Travel Designer, Río Manso Camp brinda servicios de un hotel cinco estrellas, en un entorno único. El campamento boutique nació a fines de 2021 y conecta a los huéspedes con la naturaleza: los visitantes duermen en carpas Bell Tent (tipo safari africano), con sommiers king size, sábanas de algodón egipcio y plumones de duvet. El camp cuenta con duchas de agua caliente, áreas de relax en el bosque y a orillas del río.
“En 2017 hicimos el primer campamento de lujo nómade para una pareja de hindúes en el valle del Manso, muy cerca de la actual locación del camp. Fue un evento que marcó un antes y un después: los huéspedes llegaron en helicóptero, combinando la experiencia de glamping con actividades como rafting, además de gastronomía nómade con un chef local. También montamos un domo con baños en suite por una sola noche. Luego de otras experiencias en la estepa patagónica y otras provincias, el proyecto fue creciendo y sumando equipamiento de lujo”, señala Luciano Frasson.
Además del luxury glamping, Río Manso Camp sorprende con el lounge y river restó Nomadik, que funciona en una carpa beduina. A su vez, el destino ofrece salidas de rafting (el río Manso inferior es un destino privilegiado para la práctica de ese deporte), cabalgatas, trekking y mountain bike. Los viajeros también acceden a viajes temáticos, con clases de cocina, retiros de yoga y degustaciones de vino.
Tanto Río Manso Camp como Cirse, en Bariloche, sumaron además este verano un espacio de Cerveza Patagonia, con reposeras, mesas, carpas, fogoneros y degustaciones.
La carpa y el contacto con la naturaleza siguen marcando el pulso de los viajes estivales, aunque los lugares innovan para responder a las nuevas demandas y preferencias de los turistas.
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