Estudios indican por qué hace bien la exposición a las altas temperaturas, desde mejoras en el sistema cardiovascular hasta disminución del estrés
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Ya sea para relajarse, para liberar más toxinas del cuerpo o simplemente por fines estéticos, el sauna tiene varios beneficios y no asombra que cada vez más centros estéticos o spas incluyan este servicio.
El sauna es un baño de vapor o sudoración que se hace en un recinto a muy alta temperatura y dependiendo de la humedad dentro del lugar, puede ser húmedo o seco. En Occidente se acostumbra a referirse a solo un tipo de sauna, el “seco”, de origen finlandés que oscila entre los 70-100 °C de temperatura.
Por otro lado, el sauna húmedo o mejor conocido como “baño turco” no supera los 70 °C de temperatura y la humedad es muy alta. Esto hace sentir más calor que en los saunas secos.
Diferencias y beneficios
Martín Torterolo Balaguer, manager de Markus Spa, cuenta que quienes más concurren al sauna son: personas que buscan perder peso (mediante sudor), deportistas que lo usan para la recuperación muscular y quienes buscan relajarse ya que el calor y la tranquilidad los sumerge en un mundo de paz.
Ambos cuentan con beneficios para la salud pero poseen distintas características. Por un lado, el sauna seco es de origen escandinavo, de hecho, hoy en Finlandia se calcula que hay 2 millones de saunas por 5,4 millones de habitantes del país. Además esta práctica fue nombrada como Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. En dichos saunas la temperatura en el interior llega a los 70-100 °C y la desnudez es natural y casi obligatoria. A pesar de las altas temperaturas, la humedad allí dentro es mínima, nunca superior al 20%. Respecto de las características del lugar, interiormente los saunas secos están revestidos en madera y las cabinas se calientan con leña o energía eléctrica.
Contrariamente, los saunas húmedos o baños de vapor, son originarios de países árabes donde el ritual al cuerpo es una costumbre muy arraigada en la cultura. El sauna húmedo es totalmente hermético y a diferencia del seco su interior está hecho de azulejos y estructuras de mármol para que se deslice la humedad; su temperatura no supera los 50-70 °C, pero la humedad que se acumula en su interior llega al 100 %. Su alto grado de humedad evita que el sudor se evapore y, por ende, hay más sensación de calor.
Un estudio hecho por JAMA Internal Medicine descubrió que frecuentar el sauna ayudaría a las personas con problemas cardíacos a extender su esperanza de vida. Los investigadores siguieron de cerca a 2300 hombres que durante 20 años visitaron el sauna al menos una vez por semana. Como resultado, se percibió que las personas que se exponían a las altas temperaturas del sauna tenían menor riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares y ataques al corazón.
El doctor Thomas H. Lee, médico cardiólogo y editor fundador de Harvard Heart Letter dijo: “Los efectos cardiovasculares de los saunas han sido bien documentados en el pasado. Disminuye la presión arterial y hay sustento para creer que sus efectos son buenos para la circulación de la sangre”.
Otro estudio publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health demostró que la exposición regular al calor del sauna podría ser práctica para disminuir los niveles en personas que padecen de estrés crónico.
Torterolo Balaguer señala los beneficios exclusivos de cada uno:
Sauna seco
- Aumenta el flujo sanguíneo y la calidad de la sangre
- Mejora los niveles de resistencia deportiva
- Ayuda a la salud cardíaca
- Agiliza el proceso de recuperación muscular
- Fortalece el sistema inmune
Sauna húmedo
- Relaja psicológica y muscularmente
- Produce sudoración excesiva que favorece la excreción de toxinas y limpia la piel
- Permite un mejor descanso
- Mejora la respiración y oxigena la sangre
- Alivia la artritis
En la revista de salud de la Escuela de Medicina de Harvard, advierten tener en cuenta las siguientes precauciones al momento de ingresar al sauna:
- Evitar consumir alcohol o medicaciones que aumenten la transpiración y producen calor antes o después del sauna
- No quedarse dentro más de 15-20 minutos
- Esperar a que el cuerpo vuelva a su temperatura normal de manera natural
- Tomar dos o tres vasos de agua fría después de salir del sauna
- No exponerse a sus altas temperaturas si uno se siente mal o está enfermo
Además, aclara Torterolo Balaguer que pueden acudir al sauna personas de todas las edades, desde chicos que buscan conocer la importancia de la respiración y sudoración hasta gente de la tercera edad que lo usa para lograr un mejor ritmo cardíaco y para conciliar el sueño más fácil.
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