Sin la estridencia de otros balnearios uruguayos, son una buena alternativa para combinar con los paseos por el antiguo casco de la ciudad que data de 1860, descansar y refrescarse; El Ensueño, Santa Ana y Artilleros, entre las más buscadas
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Colonia del Sacramento, la ciudad portuaria más antigua de Uruguay, invita a entrar en el ritmo relajado de los vecinos uruguayos. En una escapada veraniega, además de caminar por sus calles antiguas, con estilos arquitectónicos coloniales, portugueses y españoles que se observan en los edificios de los alrededores de la Plaza Mayor, se pueden disfrutar las playas cercanas al casco histórico. Playas de río, algunas urbanas y otras más alejadas, de diferentes estilos, para refrescarse, tomar sol y descansar.
Ajenas todavía al turismo masivo, estas playas demuestran que el casco histórico no es la única razón para ir a Colonia del Sacramento.
A pasos del barrio histórico está el Club Yachting y Pesca Colonia y lo que llaman el Puerto Viejo, un gran muelle de madera con bancos, ideal para ver el atardecer.
Entre el casco histórico y el comienzo de la Rambla de las Américas se destaca la pequeña playa Rowing de aguas muy calmas, al lado del Rowing Club, preferida por los amantes del remo, aunque también por los que quieren estirar la lona sobre arena blanca y fina.
Otras playas que se extienden junto a la Rambla hacia el barrio Real de San Carlos son Las Delicias, El Álamo y Oreja de Negro, que cuenta con algunos árboles que dan sombra. La bajada es por escaleras, dato para tener en cuenta. La playa siguiente es el Balneario Municipal, la más grande y la más concurrida. Los que viajan con mascotas cuentan con una playa habilitada especialmente para ellas donde también se puede realizar deportes.
Playa Real San Carlos, playa Del Real y playa Verde, son las últimas urbanas. La Verde es tan grande como el Balneario Municipal y la Real San Carlos cuenta con parrilleros bajo los árboles.
En la orilla pueden verse los restos de un antiguo muelle que era parte de un complejo turístico impulsado por el empresario argentino Nicolás Mihanovich en 1909. La idea de Mihanovich, que el gobierno argentino de entonces malogró aplicando un impuesto altísimo, era cruzar turistas hasta un hotel-casino, una Plaza de Toros, única en el Río de la Plata, un frontón de pelota vasca y una central eléctrica propia.
Mihanovich hasta consultó al ingeniero francés Eiffel para levantar el emprendimiento del que hoy puede verse la usina, la Plaza de Toros, hoy totalmente renovada y destinada a shows, y una parte del casino que nunca se inauguró, reconvertida en la Universidad de la Empresa. En este barrio también se puede visitar la pequeña capilla dedicada a San Benito de Palermo, el primer santo negro.
Ferrando a tres kilómetros de la terminal fluviomarítima, es la primera playa hacia el este. El lecho de esta playa es de arena y poco profundo, por lo que es muy segura y buena elección para ir con chicos.
Hacia el este
Para ir a otras playas del este, hay que tomar la ruta 1 camino a Montevideo. En el kilómetro 5 está el acceso a la playa El Calabrés donde hay un muelle de 200 metros para pescadores. Le sigue Matamora en el kilómetro 13, una playa amplísima por lo general desierta, aunque no por mucho tiempo ya que se está desarrollando un barrio.
Las últimas tres playas, El Ensueño, Santa Ana y Artilleros, a 25 kilómetros del centro de Colonia, cuentan ya con servicios e infraestructura. El Ensueño y Santa Ana son dos playas contiguas muy extensas, de arena fina y con una importante arboleda; en Santa Ana hay paradores.
Los pocos habitantes permanentes invitan al visitante al respeto por el entorno natural y a sumarse al paso lento. Idearon las “bibliotecas-heladeras”, libros dentro de heladeras antiguas pintadas de colores, que dejan en la playa. También ponen carteles con leyendas del estilo “tranquilo, lo único que corre acá es el viento”.
La última playa, Artilleros, también cuenta con un parador, cancha de vóley, parrilleros, baños públicos y postas para hacer ejercicio. Aquí está el Museo de Artilleros donde en la época de la colonia había un destacamento español.
Se pueden ir por unas horas o destinarles unos días de desconexión total.
Si el plan es maridar playa y paseos urbanos habrá que incluir en el itinerario El Bastión del Carmen, la Calle de los Suspiros, la Casa del Virrey y la Iglesia Matriz o Iglesia del Santísimo Sacramento, de 1680, la más antigua de Uruguay.
El casco está cercado por una antigua muralla con su Puerta de la Ciudadela y un puente levadizo sobre la fosa. La muralla es lo suficientemente ancha para sentarse a tomar mate mirando el río, como hacen los locales.
El faro de 1857 levantado sobre los cimientos de un antiguo convento, se ve desde cualquier punto de la ciudad.
Se pueden subir sus 26 metros por una angosta escalera de caracol y tener una vista privilegiada no solo del casco histórico, sino del río y en días claros, de la orilla porteña.
La Calle de los Suspiros, arteria principal, angosta y con adoquines colocados hace trescientos años, atrae por sus casas centenarias donde funcionan negocios de artesanías, bares y restaurantes.
Entre la artesanía local, se destaca la loza estilo portuguesa colonial, como la de Taller Chape, de Ariel Chape, que hace cuarenta años que realiza vajilla en blanco y azul, incluyendo algunas piezas réplica textuales de originales que exhibe en fotos.
Datos útiles
Cómo moverse
Alquiler de carritos de golf, scooters y bicicletas por hora o por día. Viaggio Port, Avenida Franklin D. Roosevelt y Rivera, cerca del puerto.
Bus turístico. Recorre la ciudad por la costa y cuenta con 10 paradas. Entre las 10 y las 18. Precio con descuento por compra online.
Dónde comer
Las Libres. Zapican 645. Alta cocina en una casona de 1920 ubicada en la colina más alta de Colonia.
Casa Viera. Gral. Flores 65. Abre solo de noche, excelente cocina.
Bohemia Bistró. De San Pedro 142. Vermú de autor, buenos platos excelente vista.
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