El momento de descanso es una oportunidad para conectarse con el otro; asumir desafíos juntos y mejorar la comunicación
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Llegan las vacaciones y qué mejor momento para fortalecer el lazo que nos une a nuestra pareja. Compartir este momento puede darnos un montón de motivos para hacer de nuestra relación, una más unida, estable y divertida.
Vacacionar en pareja brinda un conjunto único de oportunidades positivas: generar nuevos recuerdos, concentrarse más en la relación, asumir desafíos juntos, planificar, mejorar la comunicación, saber más del otro, entender las limitaciones de la pareja y divertirse, entre otras.
Pero veámoslo más en detalle y aprendamos algunas cosas que podemos hacer que si bien podemos hacer siempre, en las vacaciones tenemos más tiempo. Es un momento único que favorece la intimidad, la reconexión y la cercanía, al salir de la monotonía cotidiana.
Clarificar las expectativas
Antes de comenzar las vacaciones, es importante conversar acerca de las expectativas y deseos que cada uno tiene. Así estarán en la misma página y ayudará a que luego no se generen conflictos.
Hacer un plan
Las vacaciones, así como las fiestas, a veces generan rispideces sobre quién será el responsable de los diferentes quehaceres. Uno puede sentirse resentido o presionado porque el otro no hace lo suficiente, o sentirse mal porque hay que hacer las cosas a la manera del otro. Pero las vacaciones son un momento para unirse como equipo y crear una sensación de equilibrio.
Lo mejor en estos casos es hablar sobre todos los compromisos, tareas y responsabilidades y determinar cómo los abordarán juntos. Tener un plan relaja, baja el estrés y permite disfrutar.
Alimentar la alegría y la diversión
Compartir momentos de alegría y humor con tu pareja es una de las formas más efectivas de fortalecer tu relación. Y qué mejor que las vacaciones para hacerlo. Pero, ¿cómo podés aumentar y mantener la risa, la diversión y la alegría en tu relación?
Es clave hacer preguntas abiertas para entender qué significa para tu pareja la aventura o la diversión. ¡Recordá! Escuchá para comprender, no para responder.
- ¿Cómo creés que podríamos divertirnos más juntos?
- ¿Qué es lo que más te emociona o esperás en este momento?
- ¿Qué aventura te imaginás que tengamos juntos?
Estas preguntas, más tus ideas los guiarán hacia un espacio de diversión que les resultará muy placentero.
Hacer un balance definir nuevos propósitos
Este es un buen momento para pensar en esto. Reflexionar sobre cómo fue la relación durante el año anterior, cuán juntos estuvieron, cuántas situaciones difíciles afrontaron y cómo las resolvieron, cuáles fueron los puntos difíciles.
Este registro permite planificar el siguiente año reforzando las áreas más débiles.
Pasar tiempo juntos
Esto es, pasar realmente el tiempo con el otro, sin distracciones. Encontrar y establecer esos momentos en donde pueda suceder. No importa la cantidad de tiempo, sino la calidad. Salir con tu pareja, conversar acerca de cómo se sienten durante las vacaciones y apoyarse mutuamente.
Mantener la curiosidad por tu pareja
Las parejas sanas se hacen preguntas para explorar el mundo interior del otro. Mientras ambos hacen preguntas y toman nota de las pequeñas cosas (por ejemplo, cómo les gusta el café o cómo se relajan), comienzan a entender quién es su pareja: sus gustos y disgustos, dolores y esperanzas.
Por ejemplo, pueden hablar sobre la forma de comunicarse y resolver conflictos. Estas conversaciones pueden llevarlos a encontrar estrategias más funcionales para llevar esto adelante.
Apoyar los sueños del otro
Aprovechar el tiempo de vacaciones para sentarte con tu pareja y pedirle que piense en los sueños que tiene en la vida. Es posible que descubras que comparten algunos de esos sueños y que, tal vez, haya algunos en los que difieren. Planeen cómo cada uno de ustedes puede apoyar al otro en sus metas.
¿Y qué hacemos si surge un conflicto?
La mejor manera de afrontar un conflicto es mediante la comunicación asertiva. Al expresar tus necesidades con claridad y evitar las críticas, podés comenzar a resolver problemas mientras mostrás respeto por vos mismo y por tu pareja.
Podés clarificar lo que sentís, decir exactamente lo que quieras o no y enmarcarlo como una declaración en primera persona para mostrar que eso te pasa como individuo, en lugar de invitar a estar a la defensiva.
Elegí un momento para hablar de ello que les venga bien a los dos.
Tené en cuenta que tu pareja no lee mentes, con lo cual tenés que ser lo más específico y claro posible cuando expresás tus sentimientos o hacés pedidos.
*Por Carolina Collia, psicóloga (M.N. 69.656) y fundadora de Talkit, un espacio de terapia 100% online.
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