Según un estudio presentado en el Congreso de Nutrición, la mala alimentación en los primeros años de vida puede ser irreversible; en cambio, una buena implica un crecimiento saludable y prevención de enfermedades futuras
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Cuatro de cada diez bebés consumen leche de vaca antes del año de vida, a pesar de que está contraindicado. Así lo aseguró este viernes el Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (Cepea) al presentar los resultados de una investigación en la que analizó 1850 casos de alimentación de niños y niñas de entre seis y doce meses. “Su composición nutricional es inadecuada para esa etapa”, apuntó el Cepea en su exposición realizada en el marco del Congreso Argentino de Nutrición que se desarrolla en Mar del Plata.
El presidente de la entidad, Sergio Britos, subrayó que “la mejor opción” es que la “lactancia materna” sea la principal fuente de alimentación de los bebés de entre seis y 12 meses. La leche de vaca, por otra parte, implica una “sobrecarga de algunos nutrientes en el desarrollo de los niños y niñas”, lo cual es negativo, según Cepea.
“Los patrones alimentarios adecuados durante la primera infancia, además de contribuir al crecimiento saludable y al desarrollo del sistema inmunológico, son claves en la prevención de enfermedades crónicas futuras”, enfatizó Britos.
En el estudio remarcó que “la dieta en esa etapa de la vida, en promedio, está por encima de lo recomendado en aporte de proteínas y sodio, y por debajo de lo recomendado en ácidos grasos omega-3 (esencial), zinc y hierro”.
“Tras la segunda encuesta nacional de nutrición [realizada por el Ministerio de Salud de la Nación], nos parecía relevante trazar un buen diagnóstico acerca de cómo las familias están estructurando los patrones alimentarios de los niños pequeños en tiempo en que incluso está en vigencia la ley de los 1000 días”, destacó Cepea.
La norma a la que hace mención la institución es la ley 27.611, aprobada en 2020, el mismo día que el Congreso sancionó la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Esta norma establece la responsabilidad del Estado en los primeros tres años de vida del niño. La ley amplió la asignación por embarazo, la asignación por nacimiento y la provisión de alimentos saludables a los menores que tengan hasta 1000 días de vida.
Cepea sostuvo que la mejora en la alimentación “redundaría en una mejor adecuación nutricional de la dieta en un momento clave de la vida”. “Nunca se vuelve a crecer, a desarrollar la inteligencia futura, el sistema inmunológico ni a formar hábitos saludables como en los primeros dos años de vida”, afirmó la institución.
La entidad también advirtió que “en el contexto social actual de sobrepeso y baja calidad de dieta esta preocupación cobra mayor sentido en niñas y niños de hogares en situación de vulnerabilidad socioeconómica. Por eso Cepea insistió en que “una de las principales conclusiones del estudio es que sostener la lactancia materna y una incorporación de alimentos complementarios más adecuados son claves en la nutrición del segundo semestre de vida”.
Agencia Télam
LA NACION