Los especialistas aseguran que los pequeños gestos pueden ayudar a levantar el ánimo
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Recientemente mi madre pasó una semana internada en un hospital cerca de mi casa, después de haber sufrido complicaciones a raíz de una enfermedad que tiene en curso. Por suerte, la pude visitar todos los días.
Durante aquella estadía traté de hacerla sentir a gusto -e incluso generar un poco de entusiasmo-, haciendo pequeñas cosas. A mi mamá le encanta comer, así que todas las mañanas le mandaba un mensaje de texto con tres opciones de menú para la cena. El baño se lo llené con elegantes productos de higiene y le recomendé podcasts: “´El de Julia Louis-Dreyfus, Wiser Than Me, fue muy cómico´”, dijo mi madre; Marry Me Chicken era su plato favorito.
Estar en el hospital puede dar miedo. Incluso los sanatorios más lindos tienen luces que encandilan, máquinas que hacen pitidos y, médicos y enfermeras que te pinchan y pinchan. Por eso mi objetivo fue hacer que la estadía de mi mamá fuera un poco más hogareña. Investigaciones sugieren que un ambiente más cómodo, con poca intervención de ruido y toques hogareños, impacta en la sensación de bienestar del paciente.
Mi experiencia con mi mamá me inspiró a pedirle a los expertos más consejos sobre cómo hacer que la visita de alguien al hospital sea lo más placentera posible. Me recomendaron algunas ideas, pero antes de ejecutarlas es necesario chequearlas con el equipo médico.
Llevarle objetos reconfortantes
“Preguntale a tu ser querido lo que necesite; quizás sea una bata o su colcha preferida”, comentó la Dra. Ada Offurum, directora médica del grupo asesor médico del Centro Médico de la Universidad de Maryland y profesora asistente de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland.
Al respecto también sugirió llevarle al paciente algunos artículos específicos como un par de pantuflas antideslizantes porque los pisos pueden ser resbaladizos, tapones para los oídos o una máscara para los ojos debido a que los hospitales pueden ser luminosos y ruidosos.
Además, “el aire en un hospital suele ser muy seco, por lo que a los pacientes les suele venir bien las cremas para manos, faciales y bálsamos labiales”, sugirió Tami Minnier, enfermera y directora de calidad y excelencia operativa del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh.
Preguntar si se puede llevar a su mascota
“Algunos hospitales permiten visitas rápidas de amigos de cuatro patas, así que preguntar sobre esas políticas”, dijo Minnier. Si no se permite el ingreso de mascotas, otra opción es “llevar al paciente en una silla de ruedas hasta algún lugar donde pueda ver a su compañero peludo”, recomendó la especialista.
“Algunos hospitales ofrecen terapia con mascotas sin costo”, dijo Minnier. Se ha demostrado que estos encuentros alivian la ansiedad de los pacientes. “Los animales fueron entrenados como visitantes, tienen una pequeña identificación y van haciendo rondas”, explicó la enfermera.
Mantener las visitas breves (y sin sorpresas)
“Consultá los nombres de las potenciales visitas con tu ser querido porque las personas pueden sentirse vulnerables cuando están enfermas”, manifestó la Dra. Offurum y expresó que es posible que no quieran que sus asuntos privados se hablen con la presencia de quienes no son cercanos.
“Mantené las visitas breves a menos que el paciente solicite lo contrario”, dijo Minnier. La especialista recomendó turnos de entre 15 y 30 minutos. Cuando se extienden, “los pacientes pueden sentir que necesitan entretener al visitante”, señaló la enfermera.
“Si el paciente se puede mover y necesita fortalecerse, pedí permiso a una enfermera para llevarlo a dar un paseo por los pasillos del hospital”, dijo Minnier y profundizó: “La movilidad es una de las cosas más importantes para ayudar a la salud de una persona, y por lo general, suele quedar relegada durante una internación”.
Generar expectativas positivas para levantarle el ánimo
“Identificar aquellas cosas que al paciente le generen expectativa, pueden levantarle el ánimo”, mencionó Jennifer Mensik Kennedy, profesora asistente de Oregon Health & Escuela de Enfermería de la Science University y presidenta de la Asociación Estadounidense de Enfermeras.
“Si tenés familiares que viven lejos, podés organizar una cadena de visitas telefónicas y comunicárselo, por ejemplo: ´El tío Fred te va a llamar a las 14hs y tu prima Mary a las 15hs´”, expresó Kennedy.
Al final de una visita a mi mamá, le di un montón de revistas de chismes y tarjetas de lotería raspables. Algo para hacer más tarde le dije.
No pasó mucho tiempo desde que me fui, cuando mi mamá me mandó un mensaje: “¡Gané cinco dólares!”.
Por Jancee Dunn