Investigadores de la Universidad de Tel Aviv en Israel detectaron que la exposición a los rayos ultravioletas del sol provoca un aumento de la grelina -hormona del hambre- en los hombres
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Existen factores controlables y no controlables que aumentan el hambre en las personas. Hábitos como entrenar, hacer dietas restrictivas, saltearse comidas o estar en estados emocionales de angustia o ansiedad suelen intensificar la necesidad que tiene el cuerpo de ingerir comida. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Tel Aviv en Israel descubrieron que una actividad en particular que se hace durante los meses de calor, aumenta el apetito en los hombres, pero no en mujeres. ¿Cuál es esta actividad? Tomar sol.
Según se explica en el escrito científico, la radiación ultravioleta (UV) que proviene del sol hace que los hombres tengan más hambre porque pone automáticamente en marcha la producción de la hormona grelina -denominada “hormona del hambre”- en la piel. Esta es la conclusión a la que llegaron los profesionales luego de tres años de análisis y observación de una muestra de 3.000 personas que decidieron ser parte de la investigación.
Respecto a los resultados que recogieron del subconjunto de población analizado, notaron que durante los meses primaverales y de verano el consumo medio de alimentos de los hombres aumentaba de 1.875 calorías diarias en los meses de otoño e inverno y a 2.188 en los de calor. En síntesis esto reflejaba un incremento del 17% de la ingesta calórica. No obstante, en mujeres los resultados no eran los mismos. En el caso femenino, el consumo pasó de 1.507 kilocalorías diarias en los meses de frío a 1.475 kcal en primavera y verano, lo que representaba una reducción del 2% de la ingesta y para los investigadores, no era considerado como un factor significante a tener en cuenta. Aunque detectaron que la razón por la que a las mujeres no les ocurría lo mismo era porque sus niveles de estrógeno -hormona que juega un papel clave en la salud reproductiva femenina- interferían en el proceso de producción de la grelina, haciendo que ésta nunca se active.
“Esto último que se vio en mujeres demuestra que los estrógenos tienen un efecto de inhibición sobre la producción y liberación de grelina y además, pone de manifiesto el por qué estos cambios en el peso se ven en los hombres, y no en las mujeres”, explica Ramiro Heredia (M.N. 117882), médico especialista en clínica médica del Hospital de Clínicas José de San Martín.
En el escrito científico, los investigadores destacan: “Estos resultados demuestran que la piel actúa como un regulador principal de la homeostasis de energía del cuerpo humano”. Y según destacan en dicho texto, la explicación biológica es que existe un patrón evolutivo en el cuerpo masculino que enlaza a los rayos del sol con el comportamiento de búsqueda de alimentos.
Otro elemento que explica esta reacción en el cuerpo del hombre es que la radiación ultravioleta activa la proteína p53 -gen que cumple una función importante en el control de la división y destrucción de las células- que al recibir estos rayos inicia un mecanismo de reparación sobre los tejidos dañados por el sol; y además, desencadena la producción de grelina en los adipocitos -células grasas que forman el tejido adiposo- de la capa más profunda de la piel.
Sumado a esto, el Dr. Heredia quien además explica que la proteína p53, también llamada “guardián del genoma”, tiene un rol crítico en las respuestas de las células al daño del ADN y en la expresión de distintos genes en el organismo.
Para cerciorarse de los resultados de la investigación, los investigadores repitieron el mismo experimento en roedores. Los expusieron a luz ultravioleta artificial durante 10 semanas y notaron que los machos comían más que las hembras y también registraron mayores niveles de grelina.
En síntesis y en palabras del Dr. Heredia, en verano, al recibir una mayor dosis de rayos ultravioletas mediados por aumentos en la grelina, los hombres tienen más hambre y comen más. “Esto produce a largo plazo una mayor ganancia de peso, con sus potenciales efectos negativos sobre la salud y el metabolismo”, concluye el profesional.
¿Qué es la grelina?
“Es una hormona que se crea en el estómago y que actúa sobre el hipotálamo -área esencial del cerebro- estimulando el hambre y la alimentación”, destaca la licenciada en Nutrición, Sofía Martínez (M.P. 5401) y añade que al avivar el apetito, esta hormona actúa en el control del balance energético y el peso corporal, por lo que “la regulación anormal de esta hormona conduce tanto a un aumento de peso como a la disminución del mismo”.
¿Cuáles son sus funciones?
La especialista responde que: la función primordial es la de estimular el apetito ante la necesidad metabólica aguda en el periodo preprandial -mejor conocido como el nivel de glucosa en sangre tras las comidas-. Por eso, además de su función de vaciado gástrico y motilidad -movimiento que tiene el tubo digestivo para propulsar el bolo alimenticio por el cuerpo- en el sistema gastrointestinal, la grelina es la hormona encargada de:
- Regular el sistema cardiovascular al mejorar la función endotelial por el aumento de la biodisponibilidad del óxido nítrico
- Mejorar el sistema inmune al ejercer efectos antiinflamatorios
- Formar parte de procesos psicológicos importantes como la recompensa, la memoria y la conducta alimentaria, aumentando la frecuencia y probabilidad de liberación de dopamina (hormona de la felicidad)
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