Esta técnica es efectiva para tratar dolores crónicos, como reumatismo, artrosis y fibromialgia, estrés e insomnio, entre otras problemáticas
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Con más de 2500 años de historia, el origen de la acupuntura hay que rastrearlo en la primera compilación y documentación médica del texto Huangdi Neijing o Canon de Medicina Interna del Emperador Amarillo, también conocido en Occidente por su nombre chino Huangdi, una de las figuras más importantes de la herencia ancestral y cultural china.
La obra consta de dos partes, el Su-Wen (Preguntas sencillas) y el Ling-Shu (Clásico de la acupuntura), ambas redactadas en forma de pregunta-respuesta, por tratarse de un diálogo entre el Emperador Amarillo y su ministro Chi’i Po, e incluye conceptos filosóficos relacionados al marco de referencia de la salud en esa cultura como Tao, Yin-Yang y Teoría de los Cinco elementos.
“Desde el punto de vista de la Medicina Tradicional China (MTC) el cuerpo humano es considerado un complejo mecanismo de energía y materia cuya salud depende del equilibrio y balance entre sus fuerzas y elementos. Se considera a la enfermedad como un estado de desequilibrio energético desencadenado por diferentes factores.
Y la acupuntura es una de las técnicas que busca el restablecimiento del flujo de energía, con el propósito de facilitar el regreso a la salud”, explica Cecilia Yankelevich Caceres, doctora en Medicina Tradicional China, médica titular en Acupuntura y Moxibustión otorgado por la Administración Estatal de Medicina Tradicional China y Farmacia de la República Popular China.
Desde niña, a Cecilia le maravillaba la naturaleza y el universo, el funcionamiento de los ciclos naturales y la manera de relacionarnos con el entorno, y justamente en la MTC encontró una mirada y un marco de referencia que los incluye y los integra al abordaje terapéutico. “En Occidente y también, actualmente en Oriente, la especialización médica es extraordinaria, pero vamos dejando de lado una mirada más amplia de nuestro organismo como un sistema integrado de materia y energía relacionado a los ciclos naturales, a nuestro ámbito y al universo que nos rodea”, sigue Yankelevich, especialista en abordaje del estrés y dolor crónico a través de las bases ancestrales como la MTC y el Qi Gong.
Uno de los pioneros en la aplicación de estas técnicas en el país fue el doctor Floreal Carballo, que en la década del 50 realizó su primer viaje a centros médicos de China y en 1960 fundó el Instituto Médico Argentino de Acupuntura (Imada), con el objetivo de difundir la acupuntura y enseñarla a profesionales de la salud, tarea que continúa hasta hoy su hija, la doctora Diana Carballo. A su vez, en 1955, el doctor David Sussman fundó la Sociedad Argentina de Acupuntura, junto a un grupo de médicos.
El doctor Ricardo Nacach, de 65 años, se recibió de médico en la UBA en 1981, fue jefe e instructor de residentes de clínica médica del hospital Ramos Mejía y médico de terapia intensiva. Practica la medicina china desde 1989 y además es homeópata unicista desde 1990.
“Tuve la vocación de ser médico desde siempre. Como paciente, di muchas vueltas de joven para tratar una sinusitis crónica muy rebelde, la cual después de años de frustración, fue resuelta por un médico homeópata y acupunturista. Si bien aún no estudiaba medicina, supe que alguna vez me sumergiría a bucear estos conocimientos”, recuerda Nacach.
Antes de colocar las agujas, un pilar fundamental para la Medicina Tradicional China es el diagnóstico que realiza el profesional y que consiste primero en realizar una historia clínica muy completa y detallada. El segundo paso consiste en la pulsología, es decir, tomar el pulso en las dos muñecas a nivel de la arteria radial (hay 200 lecturas del pulso de las cuales 27 son las más importantes a tener en cuenta a la hora de diagnosticar). El siguiente paso se denomina glosodiagnosis (observar la lengua y sus múltiples características) y finalmente palpar el abdomen. Con esta información se desarrolla el diagnóstico y qué combinaciones de puntos se va a estimular, que funcionan a nivel local, a distancia y a manera de “circuitos energéticos.
Una vez realizado este diagnóstico oriental, se insertan finas agujas en puntos específicos del cuerpo para recuperar el flujo de energía o fuerza vital, llamado “Chi o Qi”. Así, la técnica y el estímulo elegido por el profesional, generarán distintas respuestas en el organismo tanto en la estructura como en las funciones corporales.
“Estos puntos chinos son parte del recorrido de líneas meridianas que responden a relaciones neurovasculares, de vasos sanguíneos, de nervios y fluidos corporales, de órganos, aparatos y sistemas generando respuestas neuroquímicas y energéticas. Pueden estimularse no solo a través de la acupuntura, ya que también se los puede presionar, friccionar y darles calor indirecto. Partimos de la base de que nuestro organismo tiene un sistema de autorregulación que, por múltiples motivos, se desequilibró y que la MTC entre otros abordajes, puede ayudar a recuperar o mejorar”, explica Yankelevich, que los últimos 25 años viene trabajando en forma interdisciplinaria en el abordaje de la salud desde una mirada occidental-oriental, con profesionales en áreas médicas como la oncología, psiquiatría, neurocirugía y cuidados paliativos.
Según los especialistas, la acupuntura se indica en casos de dolor crónico en sus diferentes manifestaciones, como reumatismo, artrosis y fibromialgia. También brinda buenos resultados en casos posquirúrgicos de fracturas y ACV isquémicos, junto a las prácticas de rehabilitación tradicional occidental; se utiliza para tratar el insomnio, la ansiedad, el estrés, alergias y casos de infertilidad sin causa aparente.
“Realmente no conozco ninguna afección donde la acupuntura no tenga real utilidad como terapia curativa, o como paliativa en afecciones incurables o de muy difícil tratamiento. En el hospital Guang’anmen de Beijing, donde he realizado una breve pasantía, los médicos tradicionales chinos interactuaban con médicos convencionales brindando así un abordaje más completo que cada una de las medicinas por separado. Hasta la farmacia del hospital entregaba medicamentos drogales y plantas medicinales al mismo tiempo”, asegura Nacach.
“Podemos decir que la Medicina Tradicional China y la acupuntura suman calidad de vida, se integran y se complementan muy bien al abordaje terapéutico médico occidental. En la MTC se considera a la enfermedad como un desequilibrio dentro del sistema orgánico que se encontraba equilibrado y por diferentes motivos perdió su balance. Recuperar nuestro estado de equilibrio es la base para la prevención y el cultivo de nuestra salud y bienestar. Sumar e integrar enfoques terapéuticos es uno de los grandes desafíos de este siglo XXI para acceder a una vida potencialmente plena y feliz”, concluye Yankelevich.