Tragos envasados a la altura de la mejor barra porteña
Un puñado de proyectos artesanales levantan la vara de los ready to drink, alentados por el consumo hogareño asociado a la pandemia
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Hasta no hace mucho tiempo, asomarse al mundo de lo ready to drink (RTD) no era una experiencia del todo placentera... al menos no para quienes gustan de la buena coctelería y esperan hallar en una latita enfriando en la heladera una solución “lista para beber” ante la fiaca de salir de casa para sentarse en la barra de un bar. De aromas, sabores y texturas poco logrados, los RTD locales solían coquetear con la previa de los jóvenes; aunque exitosos en muchos casos, nunca se propusieron estar a la altura de un Negroni o un Gin Tonic elaborado por un buen bartender.
“Nunca se hizo algo de mucha calidad. Pero lo que está pasando ahora es que aparecieron productos que están a la altura de lo que podés tomar en un bar. Y lo que hace la diferencia es que detrás de estos proyectos hay bartenders y gente del mundo de las bebidas”, dice Sebastián Atienza, creador de 3 Monos, bar que ofrece una amplia variedad de cocktails clásicos y de autor en frascos y botellas.
El suyo se cuenta dentro de un puñado de proyectos que están levantando la vara. Allí están los flamantes ready to drink que nacen del joint venture entre la cervecera Peñón del Águila y la destilería Covent, los Enlatados Atlánticos de Tato Giovannoni o los gin tonics de Dill & Tonic, entre otros. Pero también los cocktails en frasco o en sachet que ofrecen bartenders como Inés de los Santos, Matías Jurisich, Mona Gallosi; e incluso la industria de bebidas parece estar respondiendo con una notoria mejora en sus propuestas.
“En sus comienzos, los RTD locales eran industriales, de bajo costo y masivos, que apuntaron a un público joven. Y ahí quedaron un largo rato, no innovando tanto, hasta que entraron nuevos jugadores con otras ideas, conceptos y packaging”, opina la sommelier Sorrel Moseley-Williams, que junto a su colega Martín Westerdahl creó los gin tonics Dill & Tonic.
Lo curioso es que el actual big bang de propuestas cobra auge en situaciones de consumo que no son necesariamente las que siempre han avivado el avance de los ready to drink. Envasados en latitas o en botella tamaño porrón, su portabilidad y la facilidad para enfriarse fueron sus argumentos de venta, convirtiéndolos en bebidas fáciles de llevar al picnic, a la playa, a la pileta...
Pero, cuarentena mediante, la nueva generación de “listos para beber” argentos encontró una situación de consumo inesperada: ese momento de relax en la terraza, el balcón o el living, de aquellos que se proponen pasarla lo mejor posible aun en situaciones difíciles como las que plantea la actual pandemia. Los cocktails en sachet que elabora el bartender rosarino Matías Jurisich, por ejemplo, vienen con una postal y una playlist de Spotify para hacer del trago en el hogar toda una experiencia.
Pero los RTD “de autor” fueron también los que permitieron a muchos bartenders atravesar meses y meses de bares cerrados. “Sin lugar a dudas los bares y las empresas de barras móviles tuvieron que meterse de lleno en embotellar para sobrevivir y colaborar a llevar algo de magia coctelera a las casas de todo el mundo –opina Inés de los Santos, que ofrece una gran variedad de cocktails enlatados y en frascos en su tienda online–. Aprendimos mucho todos”.
Renato “Tato” Giovannoni, que comanda Florería Atlántico y en 2020 fue reconocido como Mejor Bartender del Mundo, coincide: “Al no poder salir la gente a los bares, la propuesta fue ofrecerles la facilidad de acceder a un buen trago enlatado pero de calidad –dice el creador de Enlatados Atlántico–. El gran desafío fue entender cómo enlatar los tragos de Florería para que ese cocktail llegue a su consumidor con la misma frescura y una vida útil de 6 meses”.
Masivos, pero mejores
Desde el lado de la industria de bebidas, también hubo avances que muestran que, desde el lanzamiento de Pronto Shake en 1993, pasó mucha agua bajo el puente. Ejemplo de ello son los Isla desarrollados por Inés de los Santos con Grupo Cepas, los nuevos Frizzé en lata o el cocktail desarrollado por la fiesta Bresh en conjunto con SKYY Vodka.
“Como marca que busca innovar, incursionamos en el mundo de los RTD mediante la fiesta Bresh –cuenta Candela Celani, brand manager de SKYY Vodka–. Se trata de una experiencia más allá del producto per se. Es algo único en el mercado, pero dentro de una tendencia que crece y es dar un paso más para estar cerca del consumidor”.
“Nos propusimos ampliar las ocasiones de consumo de Frizzé –cuenta por su parte Sebastián Butler, gerente de Frizzé–. Por eso nacieron Italian Limonata e Italian Pomelata, dos nuevos sabores que se asocian al verano y a las ocasiones de consumo diurnas, y por eso también nacieron las latas de Frizzé que, por su practicidad, son ideales para disfrutar al aire libre . Desde su lanzamiento, las latas han sido un éxito alcanzando en cuatro meses las ventas estimadas para un año”.
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