Esta variedad 100% argentina hoy es sinónimo de innovación en los vinos de alta gama y de un incomparable potencial gastronómico
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¿Se acuerdan de esos torronteses de exhuberantes aromas dulzones y flacos en boca, pero con un amargo traicionero al final? Bueno, si esa es la idea que seguís teniendo del Torrontés, estaría bueno darte una vuelta por la vinoteca porque -como cantaba Bob Dylan- “los tiempos están cambiando”. Hoy el Torrontés es sinónimo de innovación: muchos de los vinos más modernos y más interesantes de la Argentina se hacen con esta uva.
En los últimos años este blanco pegó una salto a la alta gama, con vinos con potencial de guarda, frescura, complejidad y una versatilidad a la hora de sumarlo a la mesa que pocas variedades pueden exhibir: hoy hay torronteses que van bien con cebiches, con mollejas y con un señor locro. A mismo tiempo, hay espumantes, vinos “de flor” y hasta vinos naranjos que echan mano a la versatilidad de esta uva que, con 9850 hectáreas de vides distribuidas desde Chubut hasta Jujuy, representa el 27,5% de todas las variedades blancas plantadas en el país.
El Torrontés, vale destacar, es una uva 100% argentina, que resultó del cruce -ocurrido en Mendoza, allá por el siglo XVII, relata el historiado Pablo Lacoste- de las variedades Moscatel de Alejandría y Listán Prieto. Pero, ¿por dónde empezar a redescubrilo? En el súper hay góndolas repletas de botellas que repiten sin mucho amor la vieja fórmula del Torrontés -con gloriosas excepciones, que dejaremos para otra nota-, pero son las vinotecas y esos restaurantes con cuidadas cartas de vinos los sitios que ofrecen ejemplares como los que aquí abajo se listan, y que cuentan una nueva historia.
Top 6
◗ Sierra Lima Alfa Torrontés 2018 (Bodega Sierra Lima Alfa) Toda una declaración de principios es lanzar a la calle un Torrontés a 3 años de su cosecha (y que hoy con 4 está aun mejor), confirmando que ya es hora de dejar de lado la falsa idea de que esta variedad solo se bebe joven. Este SLA (sí, la sigla de Salta como destino aerocomercial) elaborado con uvas de Angastaco es sumamente expresivo: aromas minerales (petróleo, grafito) combinados con notas a hierbas. El costado floral del Torrontés aparece en el paladar, en un vino de acidez alta, suave y jugosa, con un peso en boca que delata la crianza en barricas. Aquí también es destacable una notita amarga, pero sumamente placentera ($2800)
◗ Susana Balbo Signature Barrel Fermented Torrontés 2021 (Susana Balbo Wines) Si hay alguien que sabe de Torrontés es Susana Balbo, que podría hacer buenos vinos con esta variedad hasta en la Luna. Pero para este Barrel Fermented no fue tan lejos: le bastó tomar uvas de Paraje Altamira, Valle de Uco (Mendoza), para hacer uno de los primeros torronteses de súper alta gama que se animaron a explorar la textura mineral que puede aportar esta variedad. En aromas hay capas y capas de flores, frutas tropicales y cítricos; en boca un gran equilibrio entre acidez y cuerpo. Si pueden, guarden alguna botella y ábranla dentro de todos los años de paciencia de los que sean capaces ($3096)
◗ El Esteco Old Vines Torrontés 2019 (Bodega El Esteco) Al igual que el de Susana, este Old Vines se cuenta dentro de los que marcaron el actual camino, ofreciendo un Torrontés moderno, de exportación, que apuesta por el costado cítrico de esta variedad. Es un vino en el que -también- es clave el equilibrio entre acidez y cuerpo, lo que da lugar a una gran versatilidad a la hora del maridaje. No por nada es hoy un caballito de batalla en las cartas de cada vez más restaurantes que apuestan por esta variedad tan gastronómica ($2985)
◗ Laborum de Parcela Torrontés 2021 (El Porvenir de Cafayate) Todo el portfolio de la bodega rinde tributo al Torrontés de los Valles Calchaquíes, y este es su tope de gama. Blanco de perfil cítrico (lima), suma complejidad con notas anisadas y a azahar; su crianza en huevos de cemento con las lías de levadura aporta cuerpo y textura, en un vino mineral, envolvente, que invita a comer unas empanadas salteñas y/o unas mollejas. También, buen vino de guarda para todos los que -como yo- consideran que el Torrontés crece en botella. ($4200)
◗ Colomé Estate Torrontés 2021 (Bodega Colomé) Imbatible relación precio calidad en este blanco salteño que se bebe solo. Su “drinkability” (como le dicen en inglés a los vinos que corren en boca sin obstáculos, y con los que se puede ir más allá de la primera copa) es inmejorable y lo convierte en el vino ideal para beber como aperitivo, y para seguir bebiéndolo ya entrada la comida. Síntesis de las característica de esta variedad -flores blancas, cítricos, frutas tropicales-, destaca su frescura y su carácter mineral ($1400)
◗ Alta Vista Single Vineyard Olympe Torrontés 2021 (Alta Vista Wines) Esta es una novedad que está por llegar en estos días a las vinotecas y restaurantes. Tiene una personalidad exquisita que traduce en elegancia todos los atributos conocidos de esta cepa que se cuenta dentro de las variedades llamadas “aromáticas”. En aromas se destacan el de uva, dulce pero delicado, acompañada de notas de azahar; en boca es suave, envolvente, de una acidez alta y jugosa, y un final con sabor a durazno amarillo y una sutil nota amarga. ($5000 aprox)
Lo que vendrá
Ya en términos de futurismo enófilo podemos adelantar algunas novedades que están en camino y que llegarán en cuestión de semanas o, como mucho. meses. La primera es un Torrontés de Chubut, del confín más extremo sur de la Argentina. Cuesta creer que el Torrontés se desarrolle y se exprese con tanta elegancia en un lugar tan frío y tan ventoso como es Sarmiento, donde la Bodega Otronia cultiva esta variedad con un resultado sorprende.
En tierras que antaño fuero el lecho de un lago crece el Torrontés con el que esta bodega pronto lanzará un vino varietal pero también un vino naranjo (vino de uvas bancas vinificado con pieles como si fuera un tinto), ambos con una personalidad completamente distinta a los torronteses del extremo norte del país. Va a haber que estar atento porque son ediciones de pocas botellas.
La otra novedad viene de Mendoza, más precisamente de Gualtallary, de donde Alejandro Vigil sacará un Torrontés que sumará el primer blanco a su multipremiada línea Gran Enemigo (Bodega Aleanna). Como todavía no lo probamos no podemos decir mucho más, somo pura expectativa.
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