Sinónimo de lujo, la bebida más aspiracional del mundo alcanza precios increíbles y cada vez más altos
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Es indudable que el Champagne es sinónimo de lujo. Basta mencionar que el más caro del mundo -con un valor de U$S 2.07 millones la botella- tiene una etiqueta confeccionada en oro blanco y cristal de Swarovski que, como corresponde, puede ser customizado con el nombre de su propietario. Pero aun dejando delirios del mercado de lujo como este a un lado, los vinos espumantes que se producen en la región de Champagne son caros: el precio promedio de una botella ronda los 40 dólares si lo que uno busca es una ganga.
En la Argentina, la botella más cara se paga 142.000 pesos y no es otra que el aspiracional Cristal de la casa Louis Roederer, mientras que etiquetas clásicas y más “accesibles” como Veuve Clicquot Yellow Label se consiguen a 14.600 pesos (todos precios al cambio de hoy, mañana vemos...). Pero, ¿qué hay detrás de estas burbujas francesas que este 22 de octubre celebran el World Champagne Day?
“Una copa de Champagne es un experiencia insuperable -asegura Alejandro Iglesias, sommelier del club de vinos BonVivir-. Son vinos súper complejos donde el tiempo y la paciencia define un carácter muy particular con más presencia de frutos secos, notas de levadura, pan tostado y especias que en los espumosos frescos donde dominan las frutas. Además, como consecuencia de una efervescencia (burbujas) refinada y una acidez marcada, más intensa que la de los espumosos locales, el Champagne es un vino súper refrescante que puede tomar por sorpresa al que no esté listo para tal nivel de acidez”.
Champagne es una Denominación de Origen Controlado (DOC o, en francés, AOC) que data de 1927 y que como tal está protegida por ley. La DOC establece que solo puede ser llamado Champagne el que se produce dentro de las 34.400 hectáreas que conforman esta fría región ubicada al este de París -de ahí que, de un tiempo a esta parte, las góndolas de los supermercados argentinos han tenido que reemplazar la palabra Champagne para publicitar a los espumantes de factura local por la menos glamorosa “champañas”-.
Importante es tener en cuenta que los más caros son siempre los llamados “vintage”, que son los que llevan el año de su cosecha en la etiqueta y que las casas de Champagne solo producen los años en que la calidad de la uva ha sido superior.
"La exclusividad y sofisticación que representa el Champagne es algo que va de la mano con su precio desde siempre"
Alejandro Iglesias, sommelier
“La demanda de los espumosos, en particular del Champagne, está en ascenso a nivel global y esto hace que los precios de las etiquetas más reconocidas de Francia hayan subido sus precios considerablemente como consecuencia de la escasez y la apertura de nuevos mercados -agrega Iglesias-. Además, la exclusividad y sofisticación que representa el Champagne es algo que va de la mano con su precio desde siempre.”
Los 10 más caros del mundo (y algunas rarezas)
Aunque -como veremos- la diferencia entre el primer y el segundo puesto de la lista es abismal, todos los integrantes del top ten de botellas de Champagne más caras del mundo alcanzan precios impensables para un país productor de vino que no sea Francia.
- Taste of Diamonds 2013 – $2.07 millones. También conocido como Gout de Diamants, es una invención de Shammi Shinh, propietario de la compañía de lujo inglesa Prodiguer Brands, en la que lo genera el precio no es tanto el vino en sí, sino la lujosa etiqueta de oro blanco que contiene un enorme cristal de la firma austríaca Swarovski.
- Armand de Brignac Rose Midas 2013 – $275,000. La botella de 30 litros es la más grande de la casa The Armand de Brignac, que ha encontrado un nicho haciendo voluminosas botellas de Champagne que se venden a precios igualmente elevados.
- Armand de Brignac 2011 – $90,000. Una botella un poco más pequeña (15 litros), un precio algo más módico.
- Dom Pérignon Rose Gold Methuselah 1996 – $49,000. Seguimos con botellas grandes, en este caso de 6 litros, pero de la que solo se produjeron 35 unidades. Además, la etiqueta también está confeccionada en oro.
- Juglar Cuvée 1820 – $43,500. Con este entramos en el mundo de las rarezas y las subastas. The House of Juglar es una casa productora francesa que dejó de existir en 1840, pero unas botellas de su cosecha 1820 fueron rescatadas de un barco hundido y luego subastadas.
- Dom Pérignon 1959– $42,350. Dom Pérignon es una de las casas de Champagne más reconocidas del mundo, lo mismo sus precios. Aquí estamos ante los valores obtenidos en subasta por dos botellas de una cosecha antigua y bien preservada.
- Veuve Clicquot 1841 – $34,000. Volvemos a las añadas (o vintage) antiguas. Esta botella también fue hallada bajo el mar, en los restos de un naufragio ocurrido en el Mar Báltico, y terminó en una subasta.
- Krug 1928 – $21,200. En 2009, cuando fue subastada, esta añada de Krug alcanzó lo que para entonces era el precio más alto para un Champagne.
- Louis Roederer Cristal Brut 1990 Millennium Cuvee Methuselah – $18,800. Tamaño y rareza: botella de 6 litros de la que solo se produjeron 2000 unidades. Y es Cristal, el preferido de los músicos de rap, los CEOs y los políticos.
- Champagne de naufragio – $14,181.81. Estas botellas de Champagne estaban junto a las de Veuve Clicquot en el fondo del Báltico. No se sabe la marca, pero con más de un siglo y medio de antiguedad bien valen ese precio.
Fuera del top ten, si uno busca Champagnes regulares con el motor de búsqueda “más caros” el sitio especializado Wine Searcher (el Google del vino) ofrece en su podio los siguientes: Moët & Chandon Esprit du Siècle Brut (U$S 6813), Louis Roederer Cristal Gold Medalion Orfevres Limited Edition Brut (U$S 3385) y Krug Clos d’Ambonnay Blanc de Noirs Brut (U$S 2643).
¿Y en Argentina quién bebe Champagne?
“En Argentina, las burbujas importadas son una categoría de lujo con poca oferta y una demanda muy fiel, por esto mismo lo que llega al país dura poco en el mercado más allá de los precios”, comenta el sommelier Alejandro Iglesias. El Champagne más caro que se puede conseguir en la Argentina es Louis Roederer Cristal, cuyo precio ronda los $142.000, seguido por Dom Pérignon P2 Vintage 2002 ($109.000); no son muchas las marcas que llegan (Möet & Chandon, Perrier Jouet, Dom Pérignon, Krug, Ruinart, Veuve Clicquot, Louis Roederer, Barons de Rothschild, Pommery, entre no muchas otras) y es prácticamente imposible conseguir una botella por debajo de los $11.000.
“Los Champagne más baratos, sin añada, en general se compran para un regalo importante: a un médico, para un aniversario o un cumpleaños -dice por su parte Ezequiel Schneer, de Vinoteca Soil, donde un Champagne “barato” como el Taittinger Brut se vende a $12.500 y un Comtes de Champagne 2008 a $50.000-. Mientras que los cuvee prestige, como un Cristal o un Comtes de Champagne, va más que nada para regalos de CEOs de empresas muy importantes”.
Otro habitual lugar de consumo del Champagne en la Argentina son los restaurantes de muy alta gama, donde obviamente los precios son más altos que en las vinotecas. En Crizia, por ejemplo, la botella de Cristal ronda los 190.000 pesos, cuenta Gabriel Oggero, su chef y propietario. ¿Quién los bebe? “El turista, que ahora está volviéndo a verse de nuevo en la ciudad, está acostumbrado a tomar Champagne -afirma-. Y los clientes argentinos toman también Champagne en situaciones diversas, como puede ser un aniversario que celebran en el restaurant”.
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