Los hoteles chicos ofrecen versiones más íntimas de esta combinación de desayuno y almuerzo.
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El imaginario popular los ubica en espaciosos salones de hoteles cinco estrellas, con buffets interminables y un despliegue fastuoso de alimentos y bebidas. Pero, aunque tentadora, esa no es la única forma de disfrutar un brunch, la combinación de desayuno y almuerzo que se ofrece los fines de semana, esos días en los que es común levantarse más tarde y tener hambre de “un poco de todo”. Los hoteles boutique también ofrecen su propia versión: en ambientes más íntimos y con una carta que sorprende por su versatilidad, ofrecen platos que van llegando a la mesa para sorprender y deleitar.
1. Fierro Hotel: como en Río
El brunch de Fierro Hotel hace soñar con Río de Janeiro. En un jardín rodeado de palmeras y vegetación frondosa, la invitación es a sentarse a degustar un absoluto banquete que va llegando en sucesivas oleadas a la mesa. “El brunch es una comida única, un momento de tiempos extendidos, en los que te podés quedar horas en una mesa charlando con la familia o amigos, sin necesidad de correr para cumplir con las obligaciones típicas de la semana”, apunta Edward Holloway, chef del hotel.
Bajo esa premisa, pensó un menú de cuatro pasos. En el primero, llega a la mesa fruta fileteada, yogur casero con granola, mini scons de estilo inglés, medialunas, jugo exprimido de naranja y un veggie shot del día. Luego es tiempo de la entrada, en la que se elige entre un carpaccio de bresaola casera o uno de remolacha como opción vegetariana. Para los principales, las elecciones son entre desayuno irlandés, fish & chips o huevos del día. Y para el momento del postre siempre hay un especial del día, pero también carrot cake con helado de queso crema. La experiencia incluye café espresso o té, copa de vino tinto/blanco/rosado a selección del sommelier o un cocktail, a elegir entre gin tonic, vermut Lunfa o Aperol spritz.
La propuesta cuesta $18.000 por persona, es de las 13 a 15, y puede reservarse tanto en el salón interior como en el jardín, un oasis pleno de verde en el que escapar con gusto del calor.
Soler 5862, Palermo. T: 112-761-6688. Instagram: @fierrohotel.
2. Home Hotel: un clásico infalible
Creado por el matrimonio de Patricia O’Shea y Tom Rixton, que llegaron a Buenos Aires después de vivir en Dublín, Home fue de los primeros hoteles boutique de la ciudad en ofrecer un brunch (si no el primero). Bien a la manera internacional, el suyo es un all day brunch posible de customizarse eligiendo diferentes platos de un muy amplio menú. Por ejemplo, hay diversas variantes de la avocado toast: la de la casa, con crema de palta con rabanito y manzana verde; con huevo poché y rúcula; o con salmón. También hay huevos revueltos, papas rústicas con alioli, croquetas de espinaca y jamón, un crispy chicken sándwich, una hamburguesa o un salmón grillado, entre otras propuestas.
A la vez, también hay opciones ya listas pensadas para compartir entre dos. Por caso, una ofrece bagels de panceta y huevo revuelto y lomito, queso y tomate, tortilla de papas doble huevo, bowl de yogur de búfala, frutas y granola, mini rolls de canela, mini budines de limón, dos cafés y dos limonadas con jengibre y menta. Cuesta $24.000. La versión B de esta propuesta se renueva con croquetas de espinaca y salmón, avocado toast y más opciones de bagel. A todo esto se suma la posibilidad de agregar otros platos de la carta, como postres y otros bocados (medialunas, alfajores, scons, tostadas, etc.).
Dos maravillas son el diferencial de esta opción: una, que no hace falta que sea fin de semana para disfrutarlo, porque se sirve todos los días de 9 a 18. Y dos, que puede tomarse en la belleza de su jardín con pileta, lleno de vida natural gracias a su variedad de especies.
Honduras 5860, Palermo. T: 5823-4353. Instagram: @homehotelba.
3. Tango de Mayo: a la medida del cliente
El hotel boutique Tango de Mayo celebra el espíritu porteño en todo su esplendor. Y en el caso del brunch, eso implica servirlo en su restaurante Zorzal, con piso de damero blanco y negro, sillones de terciopelo y guardas de clásicos fileteados.
En ese marco ofrecen una propuesta sumamente especial: el brunch es a pedido, por lo que puede suceder cualquier día de la semana, e incluye un servicio buffet de tres horas con propuestas dulces y saladas realizadas en la cocina del hotel. Esto significa que se desplegará una mesa con las siguientes preparaciones: budín de limón glaseado y de chocolate, medialunas de manteca, lemon pie, pasta frola, muffins de dulce de leche, alfajorcitos de maicena, macarons (todo eso para el team dulce); y luego scons de queso, chips de jamón y queso y medialunas de jamón y queso (para el team salado). En cuanto a las bebidas, hay café, leche, té, jugo de naranja y agua. Todo tiene un costo de $24.500 por persona. Además, para aquellos a los que el brunch un horario incómodo también pueden requerir este servicio para el momento del té.
Quizás la mejor recomendación sea, ya degustado el banquete, salir a caminar por la elegancia de la Avenida de Mayo, una de las más lindas de Buenos Aires, testigo aún en pie de la versión más distinguida de la ciudad.
Avenida de Mayo 1396, Monserrat. T: 3221-6500. Instagram: @hoteltangodemayo.
4. Palo Santo Hotel: entre enredaderas y agapanthus
Creado por un argentino que se inspiró en su tiempo en París en la revolución de la arquitectura verde, Palo Santo Hotel es una propuesta sustentable construida según las normas LEED. Y en consonancia con ese amor por el verde, ofrece Charqui, su restaurante ubicado en el corazón del edificio con un encantador jardín de jazmines y agapanthus y rodeado de enredaderas.
Aquí es posible disfrutar cocina argentina, pero también los más generosos brunchs de martes a domingos (los martes de 12 a 16 y de miércoles en adelante, de 12 a 19). La propuesta es para dos personas y consiste en cinco pasos de comida a elección para compartir: un sándwich -hay desde medialunas con jamón y queso a pulled beef ahumado con pan de zapallo con cebolla morada caramelizada, queso, barbacoa y papas al horno-, un tostón -de vegetales a la plancha, de lomito ahumado, de palta o de huevo-, un plato con acompañamiento frutal -yogur natural casero, pancakes con miel o french toast-, un cuadrado dulce o salado -hay desde alfajor sablé con dulce de leche a scons de queso con bondiola-, una porción de torta o tarta del día, dos infusiones, dos bebidas frías con o sin alcohol. Por todo esto, el costo es de $20.000. Y el brindis puede ser con cerveza, vino, gin tonic, Campari con naranja, Fernet con cola, Cynar con pomelo, Aperol spritz o vermut Feriado con soda.
Bonpland 2275, Palermo. T: 5280-6100. Instagram: @charquirestaurantok.
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