El sueño de tener un espacio al aire libre y muy disfrutable en medio de la ciudad se puede volver real mirando con buenos ojos los metros sin usar.
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Cuando llegaron a sus nuevas propiedades, las cubiertas estaban en desuso. Con soluciones prácticas y originales, estas 3 viviendas lograron sumar metros y disfrute al aire libre con ambientes personales y prácticos para el día a día.
Un SUM propio
Tras un año de obra, la arquitecta Paula Araujo Varas logró una versión muy personal del PH de Villa Crespo que compartiría con su pareja, Juan Bautista Quiroga, ingeniero industrial y desarrollador inmobiliario. Con un manejo de espacialidad único, apuntó a la apertura y aprovechó los metros disponibles en la terraza, que estaba desatendida.
"En la cubierta, que estaba abandonada, añadimos una losa en poco menos de la mitad de la superficie, y generamos un estar que sumó nuevas posibilidades de uso. Así, la terraza se transformó en el lugar más flexible y el que más disfrutamos"
Arq. Paula Araujo Varas, dueña de casa
En este nuevo ambiente, un SUM dentro de la propia vivienda, instalaron carpinterías que potencian la conexión adentro-afuera: “La abertura fue diseñada para abarcar todo el frente, se puede abrir por completo, dejando las 4 hojas apiladas sobre uno de los costados. De esta forma se ‘duplica’ el espacio, generando un gran y único ambiente”, cuenta Araujo Varas.
Colocaron losetas premoldeadas de hormigón alivianado (Premoldeck) para llevar el piso de la terraza a la misma altura que el interior. “Es un material de rápido montaje, fácil mantenimiento y tiene el mismo tono que el hormigón”, detalla.
Con el cambio de piso de la terraza, lograron ‘esconder’ la guía de la carpintería, además de lograr una renovación estética. Por esta modificación en la base, la antigua balaustrada quedó con menor altura, sirviendo ahora como banco. “Fue necesario aumentar la protección: para ello, agregamos un suplemento de baranda, que funciona también como respaldo cuando uno se sienta”, explica la arquitecta y dueña de casa.
Estudio y comedor equipadísimos
La idea de vivir en un PH tentaba a Mariana Badino –una de las creadoras de la marca de decoración Bonhomía Haus–. Y, además, le iba a permitir incluir allí todo lo que necesitaba: en la planta baja, el sector privado, luminosa y original; en la planta alta, su estudio, showroom, un lavadero y un comedor con todo lo necesario para disfrutar de la rutina y del descanso al aire libre (¡hasta tiene una pequeña pileta!).
"La circulación de toda la casa era intrincada, y el entrepiso y la terraza no eran la excepción. Para simplificar, cambiamos la escalera y abrimos la conexión entre lo que ahora son el estudio y el comedor, en donde quedó un espacio intermedio de transición"
Arqs. Virginia Badino y Gustavo Losa, responsables de la obra
La escalera que sube desde el patio refuerza la división entre sector privado y social: se puede llegar a la oficina y la terraza sin tener que pasar por la planta baja.
“El cuartito –que estaba lleno de cosas en desuso– podríamos haberlo demolido para empezar de nuevo, pero se podía aprovechar, y eso hicimos”, cuentan Badino y Losa sobre la decisión.
“Quería que mi casa tuviera muchas plantas y que el sector al aire libre se pudiera disfrutar. Pero me costaba visualizar la terraza”, cuenta la dueña de casa. Lo lograron: de gimnasio en desuso y cuartito de acumulación, ese módulo se convirtió en un comedor funcional y estéticamente muy atractivo. Por fuera, se percibe como un volumen independiente de chapa negra; por dentro, parece una pared tradicional.
Otro punto a resolver fue la pileta: “Hicimos todas las pruebas necesarias, la cargamos y descargamos, chequeamos todo. No tenía problemas que pudieran trasladarse a la planta baja, así que la mantuvimos para disfrutar junto al sector playero”, recuerdan.
Aunque pequeña (3,5m2), en verano, y gracias al equipamiento de toda la terraza –de unos 27m2 descubiertos–, se convierte en un remanso urbano. Una vez realizadas las pruebas de resistencia e impermeabilización, la revistieron con piedra ‘Bali’ (Syria Cerámicos).
Otro depto dentro del depto
La arquitecta Andrea Camacho y el ingeniero Gregorio López –pareja y creadores de Binomio Arquitectura & Diseño– realizaron la reforma de su propia vivienda ubicada en Molina Ciudad. Partieron con dimensiones generosas (un loft con una planta de 100m2 y una terraza de las mismas dimensiones) a las que, con creatividad y experiencia, reconvirtieron a su gusto.
Lejos de conformarse con un espacio al aire al que subir cada tanto, aprovecharon de manera original la terraza: montaron allí la suite principal, con vestidor, baño y office incluidos.
“Era primordial conservar la mayor cantidad sol posible en la terraza. Como la suite tiene orientación sur, proyectaba sombra sobre la terraza. Por eso optamos por hacer una parte de la cubierta inclinada”
Eligieron el vidrio por una cuestión estética. Esa materialidad, además, les permite algo que disfrutan muchísimo: “Dormir mirando las estrellas es increíble”, dicen. “Tuvimos alguna dificultad en el traslado de los paños vidriados, ya que por su tamaño no pasaban por el hueco de la escalera. Sacamos las barandas de hierro, subimos los paneles y después las volvimos a instalar”, relatan sobre el proceso.
“Nos costó encontrar un sistema de oscurecimiento para esa inclinación de techo. Lo solucionamos encargando a medida unas cortinas motorizadas que copian la superficie”
En el baño, para lograr un espíritu de spa, el estudio compensó la frialdad de la carpintería con un revestimiento en madera quemada con técnica Shou Sugi Ban.
Casi la mitad de la terraza quedó descubierta, con un deck plástico suspendido que permite baldear y bañar a los perros sin problema. El paisajismo incluye gramíneas autóctonas de fácil mantenimiento, como así también salvias y hemerocalis.
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