Este antiguo departamento en el barrio de Balvanera alcanzó una mejora superlativa con una intervención que llevó al límite las posibilidades del material y del espacio.
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La casa propia es siempre una meta importante. Para Mariana Kolarik lo era y se puso en marcha con toda la responsabilidad que requiere concretar lo que en algún momento pareció un sueño imposible. Consiguió un crédito, buscó una oportunidad y encargó la reforma a profesionales de confianza; en este caso, el estudio Proyecto Triangular.
La premisa era clara: exprimir la superficie de este departamento en Balvanera y el modesto presupuesto disponible hasta conseguir ambientes integrados, flexibles y con buenas prestaciones de guardado.
"Durante la pandemia, el Centro se deshabitó y aparecieron oportunidades. Cuando entré en este departamento, le vi algo que, en ese momento, nadie más podía ver"
Mariana Kolarik, diseñadora textil, dueña de casa
La odisea del espacio, paso a paso
Para generar una buena capacidad de guardado se recurrió a la verticalidad; altísimos, los muebles dejan 30cm libres para permitir la circulación del aire.
Al quitar los tablones metálicos que bajaban el techo, se recuperó el cielo raso original con la huella de la madera de los encofrados.
"Yo tenía una idea, pero mi presupuesto no daba. Lo que terminó pasando fue gracias al compromiso del Estudio: se rompieron la cabeza y, con dos materiales, me hicieron todo el departamento"
Mariana Kolarik, diseñadora textil, dueña de casa
La reforma, en el plano
• Se levantaron los pisos y se unificó la planta con microcemento alisado.
• Todos los revestimientos se quitaron, dejando a la vista las paredes de ladrillo y el hormigón con las molduras de 1930.
• Con tres volúmenes de policarbonato se hicieron: la cocina, el baño (que tomó el lugar de la cocina preexistente) y un módulo donde se alojan una biblioteca, la heladera y el placard que, a su vez, cierra el dormitorio.
Arquitectura centenaria
El equipo se ocupó especialmente de respetar la historia del edificio de 1930 sumando elementos acordes con lo que se espera de la funcionalidad y la estética actuales.
Si bien inesperada, la columna de la entrada terminó siendo un elemento que organiza la circulación y lleva la vista hacia arriba mostrando la altura y las texturas del cielo raso.
Centímetros valiosos
El nuevo esquema organizó los ambientes con herrería y paneles traslúcidos que incluyen secciones en guatambú para compensar la frialdad de los materiales.
“Casi nunca uso más de dos hornallas y, si fuera el caso, prefiero esperar un ratito y tener 40cm más de mesada”, razona Mariana.
Todo al blanco
Artista de alma, Mariana piensa en colores y, por eso, prefiere vivir rodeada de blancos que va matizando delicadamente con texturas.
"¿Policarbonato? Sonaba jugado, pero me dijeron: ‘Deja pasar la luz, es liviano, aísla acústicamente...’. Cumplió todo y, además, combina con el hormigón, con el hierro y con la madera."
Mariana Kolarik, diseñadora textil, dueña de casa
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