Observar nuestros hábitos de consumo es el primer paso para reducir las facturas de los servicios y, también, nuestra huella de carbono.
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“Toda acción de eficiencia energética requiere de una observación previa del entorno: qué equipos consumen energía y en qué contexto se utilizan; cómo son nuestros hábitos de consumo. Esto nos dará pistas sobre las mayores potencialidades”, nos dice Federico Dubois, ingeniero en energía y analista de Eficiencia Energética, profesor en la Universidad Nacional de San Martín.
"El calentamiento de agua, la climatización y la cocción significan, en la mayoría de los casos, más del 85% del consumo energético de un hogar."
Ing. Federico Dubois
El primer pensamiento que viene a la mente cuando hablamos de energía en los hogares suele ser la luz: la lamparita es el símbolo visual por excelencia. “‘¿Ya pagaste la factura de la luz?’, se dice generalmente, cuando en realidad usamos la energía para muchas otras cosas. Desde que la tecnología LED bajó radicalmente sus costos, la iluminación representa entre el 1 y 2% del consumo energético en un hogar”, explica Dubois. Con el reemplazo de lámparas ampliamente difundido, es oportuno fijarse en otros hábitos menos abordados.
Cómo calentamos el agua
Equipos de gas con piloto
“Es muy probable que nuestros equipos a gas utilicen una ‘llama piloto’ que facilita el encendido del quemador grande cuando se requiere calentar una nueva masa de agua. Lo que no solemos tener en cuenta es que tenerla encendida los 365 días del año significa un 15% del consumo total de nuestro hogar. Desde hace ya varios años existen equipos a gas con encendido electrónico que reemplazan la llama piloto, lo que reduce enormemente el consumo de energía”, explica.
“Tener encendida la llama piloto los 365 días del año significa un 15% del consumo total de nuestro hogar”.
Termotanques eléctricos
“En el caso de los termotanques eléctricos, ocurre algo similar. Encienden su resistencia cuando la masa de agua disminuye por debajo de cierta temperatura de confort, lo cual es muy útil porque siempre regenera el calor necesario para poder usarla. Sin embargo, se podría optimizar notablemente ese consumo con un temporizador que programara los horarios de encendido del termotanque, por ejemplo, fuera de los horarios nocturnos o de la madrugada. Estos temporizadores son de sencilla programación y se enchufan junto con el termotanque”, agrega.
Llama de cocción
“La cantidad de energía que se consume es directamente proporcional a la cantidad de agua que se calienta. Si al calentar agua para el té llenáramos la pava con la cantidad que tiene la taza (250cc) y no con un litro, estaríamos ahorrando un 75% de energía. Algo similar ocurre con la cocción: de acuerdo a un estudio hecho por un especialista en energía de la UNSAM, tapar la cacerola durante la cocción reduce un 30% el consumo de energía”
Si bien muchas veces se piensa en reemplazar equipos que consumen mucha energía por otros más eficientes, es mucho más importante revisar nuestros hábitos de consumo antes de realizar esas compras. La extracción de materias primas, producción y transporte de nuevos equipos traen aparejados consumos energéticos y emisiones de GEI que suman al impacto de esa acción. Hay que dejar el reemplazo para el momento en el que el producto ya no funcione o que haya cumplido su ciclo de vida.
La estructura de la casa
Ventanas herméticas
La primera intervención posible es mejorar el aislamiento térmico: revisar la envolvente del espacio para evitar filtraciones de aire (pérdidas de calor en invierno e ingreso de calor en verano). Esto se puede hacer con medidas de bajo costo, como colocar burletes en puertas y ventanas, u otras de mayor presupuesto como cambiar ventanas de vidrio simple por unas de doble o triple vidrio.
“La calefacción y la refrigeración representan los mayores consumos, en promedio un 40% de la energía que se consume al año”, comenta Dubois.
Aislar paredes y techos
Si existe la posibilidad, es una acción que contribuirá a utilizar menos los equipos de climatización. Hablando de equipos, aconseja los de tecnología inverter. “Comparado con otras tecnologías, se puede ahorrar alrededor de un 50% de energía si se utiliza el aire acondicionado inverter para calefaccionar un hogar y lograr el mismo confort”.
Generar energía renovable
Una opción para casas amplias con superficie disponible que recibe radiación solar. “Se suele destacar el uso de paneles fotovoltaicos para generar electricidad e inyectar el excedente a la red, algo posible en las provincias que se encuentren adheridas a la Ley Nacional 27.424. Sin embargo, resulta más económico aprovechar la energía solar para el calentamiento de agua, no solo para higiene personal y lavado de vajilla sino también para sistemas de calefacción con serpentina de tubos de agua o climatización de piletas”, detalla.
Ser ambientalmente responsable
Como demostró una encuesta en julio de este año, ser ambientalmente responsable suele asociarse con reciclar, pero esto -aunque importante- no se traduce en una disminución significativa de la huella de carbono de las personas. Si la eficiencia energética de nuestros hogares redunda en menores gastos mensuales por los servicios, lo cierto es que es una de las acciones más eficaces para colaborar, desde lo individual, con la mitigación del cambio climático.
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