Frescor verde: Íntimamente conectada con el paisaje, esta casa en Cardales envuelve tres árboles
La unión con el jardín se vive desde cada rincón vidriado y es parte del proceso creativo de las obras de arte de su propietaria.
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LA NACIONInés Beato Vassolo
La arquitecta quería fundir la obra con la naturaleza y evitar caer en la imagen perfecta, de computadora. Por otro lado, la dueña de casa se identifica con el wabi-sabi, el concepto estético japonés que se basa en la belleza de la imperfección. Así, con voluntades alineadas, en 2015 Bárbara Berson construyó esta vivienda para la familia de la artista y diseñadora Constanza Tassara en Los Cardales.
El terreno de 20x40m tenía tres coníferas que los dueños y la arquitecta querían conservar. Entonces, el proyecto abrazó los árboles, y se levantó el piso para que las raíces hicieran lo suyo en los patios interiores.
"Con una arquitectura capaz de fundirse en la vegetación, la idea fue diferenciar la casa de aquellas que se imponen sobre el terreno; incluir los árboles, en lugar de negarlos."
Arq. Bárbara Berson
Ceremonia de entrada
Al igual que su mujer, Nicolás también quería apertura. “Pidió espacialidad y que los ambientes estuvieran integrados, poder sentirse afuera en todas partes a través de los pasillos de vidrio”, agrega Constanza.
"La chapa perforada deja pasar la luz y, a la vez, da privacidad. Como el encaje de un vestido de novia, es linda y cumple con su función"
Connie Tassara, artista plástica y dueña de casa
“La ceremonia de entrada por el túnel verde se convirtió en nuestra marca registrada. Nuestros amigos llegan riéndose porque tienen que correr las plantas para pasar”.
Transparencias
“La idea fue que hubiera pocos elementos, todos con la mayor cantidad de usos posibles”, explica la arquitecta Berson. Y solo madera, hormigón y chapa, tres materiales nobles que se pusieron a disposición de la luz y de la vegetación para construir la identidad del hogar.
“El mueble como si fuera un locker. Cada uno que entra, deja su cartera o abrigo ahí”. Además, es también pared divisoria, baranda y escalera.
La estructura de madera sobre la isla sirve como espacio de guardado y escondite de la campana de extracción.
“La doble altura potencia el contacto con los árboles y el cielo. Por las noches, vemos la luna mientras comemos o cuando estamos charlando en el living; nos sentimos en un mundo paralelo”.
Ascenso al espacio de trabajo
“Heredé de mi abuelo materno y mi abuela paterna su sensibilidad artística vinculada al contacto con lo natural”, cuenta Connie, diseñadora gráfica de profesión. Rodeada de verde, en este espacio trabaja en los collages y pinturas que le encargan sus clientes.
Las hendijas sirven para atemperar la entrada del sol sin interrumpir las visuales ni quitar luminosidad.
Suite minimalista
En la suite principal, respaldo de cama en madera, ropa blanca teñida a mano, banco y cortinas (Natalia Blanco para Estudio Haiku).
Espacio para los más chicos
Los chicos se fascinan cada vez que mariposas y colibríes se posan en los árboles que atraviesan la casa o en la terraza a la que da el estudio de su mamá.
Sobre los placares, se dejó previsto el espacio para colocar los aires acondicionados a futuro, sin interrumpir el diseño.
Patio interno: belleza y funcionalidad
Además de asegurar un contacto directo con la naturaleza, los patios permiten generar ventilación cruzada. Para el invierno, la calefacción es por piso radiante.
Donde el sol reina
Como el frente da al norte, la construcción se pensó chata para que el sol pudiera llegar al fondo del terreno. Todos los ambientes están en la planta baja, menos el estudio con terraza, donde prosperan especies que no piden sombra. La arquitecta pensó el proyecto en dos bloques horizontales y alargados, que pudieran contrastar con el carácter vertical de las coníferas y, así, destacar su protagonismo.
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