Abrir e integrar los ambientes; aprovechar la verde vista y llenarse de luz. Algunos de los muchos objetivos que se cumplieron después de una obra inteligente.
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El desafío para el estudio Octava Arquitectura en este departamento de los años 60 fue la de abrir e integrar los ambientes, aprovechando su verdísima vista al Zoológico, que potenció la claridad y le dio fluidez.
"Al integrar la cocina con el living y el estar íntimo, logramos que los espacios compartieran el sol que cada uno recibía independientemente según el momento del día."
Arq. Paula De Falco, de Octava Arquitectura, a cargo de la reforma y el interiorismo
La ambientación buscó respetar la tradición vintage del departamento –el reciclado de la consola en el acceso y la cómoda Luis XVI en el estar aportaron el guiño retro– y sumar detalles de sofisticación, calidez y jovialidad.
“El pasador de la cocina transformó la dinámica del comedor. Ahora es más informal, ideal para disfrutar de cenas con amigos, parte importante de la rutina de sus propietarios”.
Con vista al Zoológico
La biblioteca de material se cambió por una de estantes en voladizo. La abertura al balcón se cambió por una de PVC de tres hojas que, al superponerse, permiten incorporarlo al living con un acceso más amplio.
En la versión actual del living, sofá tapizado en tusor y con multitud de almohadones de terciopelo y lino. Su remate en L permite aprovechar la vista del Zoológico y leer estirados y cómodos junto a la lámpara de pie. Además, dos banquetas metálicas, mesa carrito y una mesa ratona redonda de petiribí (todo de Bull) sobre alfombra de lana entramada en negro y blanco (RugIt).
Cocina: integrada y luminosa
Para integrar la cocina al living, se abrió una pared respetando una columna estructural y se bajó una parte del cielorraso para ocultar una viga. Eso permitió, además, jugar con distintos tipos de iluminación que se complementan armónicamente con la del comedor. Los muebles fueron hechos a nuevo en melamina de olmo finlandés (Bombicino Estudio Cocinas). La ventana al patio de aire y luz se cambió por una más amplia de PVC.
“Para levantar la cocina elegimos revestimientos claros y luminosos: azulejos tipo Subway con acabado brillante y las mesadas en Silestone ‘Blanco Norte’ mate”.
Dormitorio: apuesta al color
Para modificar la disposición del placard y ganar espacio, se movió la puerta de acceso, pero se conservó su revestimiento de espejo y su positivo reflejo del entorno verde.
“Al elegir un color oscuro para el dormitorio buscábamos que, incluso desde el living, se viera que en este espacio sucedía algo distinto”.
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