Esta vez ponemos el foco en las características de alacenas y estantes, dos opciones bien distintas para un punto clave: el espacio de guardado, que debe ser funcional, pero también atractivo.
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Como en todo, en este tema hay dos equipos: a los que les gusta tener todo a mano y a la vista y los que quieren planos continuos (tanto, que incluso evitan los tiradores en los muebles). Más allá de preferencias personales, te invitamos a observar tu tipo de cocina, el espacio disponible y el estilo de la decoración antes de elegir entre estantes o alacenas.
Palabras de expertas
“La ubicación de puertas y ventanas es uno de los factores que determina la presencia de alacenas o estantes”, explica la arquitecta Camila Castillo, socia de Joy Zimmerman en el estudio Ideï Arquitectura. Cuando encararon la reforma integral de la casa de Camila, prescindieron de las alacenas para potenciar la perspectiva al jardín. En su lugar, diseñaron muebles laterales de piso a techo que dejan espacios a la vista, otros ocultos y que también contienen la heladera y el horno.
- “La medida estándar entre mesada y alacena es de 60cm. La profundidad del mueble, varía entre 30 y 35cm. Por lo general, se colocan hasta dos estantes regulables”, detallan las socias de Estudio Ideï.
- “Es clave entender lo que necesitamos y tener en cuenta el espacio disponible para la cocina. ¿Es amplia o compacta? ¿Separada o integrada? ¿Cuánto espacio de almacenamiento se requiere?”.
- “Cuando hay demasiada cosas para guardar, es preferible que haya alacenas”.
- “Si hay linda vajilla u objetos para mostrar, los estantes son una opción. Pero es algo que les recomendamos solo a los clientes que son naturalmente ordenados y prolijos”.
- “Los estantes dan mayor sensación de amplitud y ayudan a que las cocinas integradas pasen más desapercibidas”.
- “Las alacenas también son objetos de diseño. Por eso, pueden mimetizarse con el resto del ambiente, pero también nos gusta que generen contrastes con recursos como el varillado o el ranurado”, concluyen las arquitectas.
“Después de la reforma, las alacenas llegan hasta el techo. Ahora la cocina se ve más esbelta y ya no queda ese hueco entre el mueble y el techo que acumulaba suciedad. (Porque tampoco se usa más completarlo con cajones de placa de yeso)”.
Realzando una campana muy decorativa
Sobre la alzada de la mesada y con un refrescante tono verde menta como fondo, estos estantes se pensaron para tener objetos decorativos y de buen diseño, que se vieran desde el comedor diario.
Aire mediterráneo
A Sabrina Spinelli, creadora de Casa Pastel, no la entusiasman las alacenas: le parece que encajonan e interrumpen la entrada de luz. Por eso para su cocina eligió estanterías, en sintonía con el modelo playero, que permiten aportar más detalles artesanales a la escena de un modo que le resulta práctico.
Recrear sensaciones
“Si bien la integración de la cocina es un gesto moderno, tener todo a mano retoma el concepto clásico de funcionalidad”, nos decía el arquitecto Jorge Cermesoni cuando lo visitamos en su departamento del edificio Kavanagh. “Cuando viajo, compro más que nada especias e ingredientes: es un modo de recrear esa experiencia con sabores cotidianos. Además de que suelen venir en envases muy atractivos, lo que me encanta porque los tengo a la vista”.
Esta cocina que se usa (y mucho) también es comedor. De ahí la atención a la deco, de la cual la estantería es la mayor estrella, y a la comodidad de las sillas.
El elemento afectivo
“Desde el primer momento le pedí a mi arquitecta, Delfina Jordán, un estante ancho para poner mis latas, que uso todos los días y encierra cada una un lindo recuerdo, además de galletitas o tés”, nos contaba la jardinera e instagrammer Josi Silveyra, alias @maryjoegardener.
“Quería muebles vidriados para que se lucieran mis tazas, mis teteras, mis cacharros. Ahí estoy yo en pinta. Me parece que dicen: ‘Esta es la cocina de Josi’”.
El ABC de las alacenas
Mario Valdez, carpintero experimentado en confeccionar muebles a medida, nos da estas pistas para tener en cuenta antes de encargar una alacena.
- “El material más utilizado es el MDF enchapado con melamina o acabado laqueado. Este producto de madera reconstituida es más resistente que el aglomerado, que también se usa pero corre el riesgo de deformarse con el uso”, nos explica.
- “Los tiradores convencionales y las manijas ya no se ven tanto. En cambio, se usan cada vez más los expulsores o el sistema de cierre suave (de esa manera no se golpean las puertas, sobre todo si son livianas). Así, queda un diseño completamente liso, sin salientes. Otra opción son los perfiles de aluminio con pestañas”.
- “Los cantos de las puertas se hacen de PVC y se pegan con un sistema de termosellado a 200° para que no se alteren”.
- “Las alacenas se usan con puertas cada vez más anchas, que pueden llegar hasta los 90cm. En la parte superior de las alacenas que llegan al techo, Valdez suele colocar puertas rebatibles para cortar la altura.
- “Pueden estar amuradas o sujetas con tirafondos. Por ejemplo, en mueble de 1,20 m se recomienda colocar tres de estos tornillos”.
Estilo nórdico
“La protección de la escalera con varillas de hierro verticales generó una linealidad que trasladamos a la terminación de la mesada, el fondo del aparador de la cocina y los muebles con ranuras. Así encontramos la identidad del espacio”, nos explicaba la arquitecta Bárbara Zoberman, a cargo de la reforma de esta cocina.
Milimétrico
“Sabía exactamente dónde quería cada cosa en el mueble de la cocina: lo tenía estudiado al milímetro. Llegué a mandarles dibujos hechos en Autocad a los arquitectos para que se los pasaran a los carpinteros”, recuerda Juan Otero, el dueño de esta casa que realizó con el Estudio Mas Conceptual, de los arquitectos Ignacio Deveaux y José Luis Castellón.
Distinguirse
Mery, creadora de Happy like a Hippo, necesitaba una cocina instagrameable para mostrar sus recetas en su popular cuenta. Entonces, el Estudio Trama propuso este diseño que cumple con creces ese propósito. También es funcional y cuenta con generoso espacio de guardado.
“Ella había pensado en algo blanco, pero le propusimos este rosa con un tinte apenas anaranjado para que fuera reconocible e hiciera el espacio más cálido”.
Blanco puro
“No me gusta acumular, ni ver cosas que no se usan: ese es el leitmotiv de la casa. Solo tengo los muebles necesarios, y no hay adornos, cuadros ni libros a la vista. Tampoco me gustan los colores: por eso es todo blanco y madera”, dice Alejandro, el dueño de de esta casa que proyectó el estudio Mazzinghi-Sánchez. Respetando ese criterio se hizo la casa, y obviamente, los muebles de la cocina.
Un placard en la cocina integrada
“Queríamos que la cocina estuviera solo para lo que se la necesita, sin alterar la estética del ambiente principal”, dice la arquitecta Ekaterina Künzel. Por ese motivo, no eligió estantes con vajilla a la vista, sino dos muebles y un placard revestidos en madera de goiabao donde se guardan los pequeños electrodomésticos.
La alzada de mármol remata en un estante angosto, más para un apoyo ocasional que para una exhibición permanente.
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