Armamos una guía con los puntos a tener en cuenta para que tengas tu propio sector de fuegos.
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No hace falta publicitar sus beneficios: muy pocos argentinos con un mínimo lugar para dirigir el humo optarían por no tener una parrilla. Si todavía la estás soñando, en esta nota compartimos algunas recomendaciones para construirla.
Punto por punto
- Base: El piso sobre la que estará apoyada la parrilla es el punto de partida, ya sea en una galería, el jardín, un patio o una terraza. Debe estar nivelado y tener la capacidad de soportar el peso total de la estructura.
- Altura: conviene copiar la altura de la mesada de la cocina de la casa, si es que resulta cómoda para quienes usarán el asador. Una medida estándar sería de entre 80 y 90 centímetros desde la base, en el suelo, hasta el piso de la parrilla.
- Materiales para la estructura: que sean resistentes al calor es la prioridad, pero también deben ser duraderos. Tanto para el piso como para las paredes, podés elegir entre bloques de cemento, losa de hormigón o ladrillos refractarios (quizás los más populares), por ejemplo. Pueden quedar a la vista, o elegir revestimientos como piedra o cerámicos.
- Dimensiones: La boca debe permitir un trabajo cómodo –sin tener que agacharse–, y también ser funcional para la ventilación y el tiraje, que veremos en los siguientes puntos. En cuanto a la profundidad, también dependerá de la altura de quien ase, para que manipular los alimentos le resulte simple, sin tener que meterse adentro del hueco para cocinar. Una medida estándar para la rejilla sería de 90cm de ancho x 60 de alto x 60 de profundidad para un asado para 8 personas. Aunque el alto y el ancho varíen –según el espacio disponible en la casa y la cantidad de comensales que se piensa tener–, la profundidad debería mantenerse igual, ya que aumentarla resultaría incómodo en el uso.
- Tiraje: uno de los mayores temores de instalar una parrilla es cómo hacer para que no se llene todo de humo. Para que la ventilación y el tiraje funcionen, se recomienda instalar una campana o cámara de humo –visible, al estilo de las antiguas parrillas de ladrillos, o escondida detrás del muro o revestimiento– de forma de pirámide truncada o con un plano inclinado, a unos 20 o 30cm por arriba de la boca. El hueco que conduce hacia la chimenea sigue, en general, una fórmula: debe medir el 10% de la superficie de la boca de la parrilla.
- Grilla: es uno de los elementos más subjetivos, ya que va a gusto del asador o asadora. La rejilla puede ser de hierro fundido, chapa enlozada, acero inoxidable o aluminio, entre otros. ¿La forma? Hay quieres prefieren varillas redondas, otros eligen las que son en V –con recolector de grasa adelante– o incluso un entramado más cerrado para cocinar achuras o brochettes. Otro punto a gusto: tener una rejilla con patas, de altura fija (a unos 10 o 15 cm de las brasas) o una móvil para subir o bajar según el corte, el tiempo o la intensidad elegida.
- Brasero: otro punto a elección es el sector destinado a la preparación del fuego. Mientras algunos eligen armarlo en el propio piso de la parrilla, esperar a tener brasas, esparcir y cocinar, hay quienes prefieren tener un brasero para contar con una reserva separada, que pueda seguir alimentándose de ser necesario. Se puede armar un sector de material, en obra, separado de la rejilla con una pared; o elegir un canasto de estilo uruguayo, encastrable o amurado.
- Espacio de apoyo: si las dimensiones lo permiten, contar con una mesada, una barra o una mesa auxiliar junto a la parrilla ayuda a tener un sector de trabajo más práctico y ordenado.
- Revestimientos y tapas: la parte más estética de todo esto, decidir si la parrilla quedará a la vista, oculta detrás de un muro o una estructura revestida, o si tendrá una tapa –en general de hierro o acero inoxidable– para cerrarse cuando no se usa. Lo importante: considerar la resistencia al calor y el daño que puede tener por el humo.
- ¿Con brasas o a gas? ¿Fija o portátil? El universo parrillero evolucionó, por lo que hay muchas más opciones que construir una parrilla de material en el fondo de casa. Hoy, es posible encontrar parrillas a gas –de pie o de apoyo– y asadores portátiles (chulengo, estilo kamado o tambor), que pueden adaptarse a espacios más reducidos como un balcón o una pequeña terraza. También existen asadores de grandes dimensiones, tipo domo o asador de campo moderno, con diferentes estaciones de trabajo. Y muchos eligen acompañar la parrilla con un horno de barro, disco o hasta un spiedo, creando sectores de fuegos mega equipados. Más allá del ‘deber ser’, hay alternativas para todos los asadores.
A continuación, más ejemplos en casas reales.
Circular
Para hacer su propia parrilla, el diseñador de muebles Javier Zaldívar conjugó ingenio y habilidad. Partió de una llanta de camión, que revistió por dentro con tejuela refractaria. Creó una tapa –que abre hacia abajo– e instaló una rejilla adentro. Para armar el fuego usa otra de sus creaciones, un fogonero hecho con el hierro fundido de un lavarropas industrial, en donde también puso un disco. La leña va apilada, a la vista, debajo de la barra de lapacho.
Abierta y con altura fija
Como está ubicada en el quincho, en pleno jardín y de cara a la pileta, cerrar la parrilla no fue una prioridad. Sobre todo por la relevancia del revestimiento que Luján Gagliolo (creadora de Lolo&Co) y Facundo Urien, carpintero, eligieron para rodearla: es piedra voladura ‘Mar del Plata’ (90% blanca, 10% ocre), la misma que usaron en la isla y en la fachada de la casa. Otra decisión importante: brasero independiente para preparar el fuego y grilla fija, con altura fija, para asar.
XXL
En un espacio techado pero abierto, con una cubierta verde exuberante, a un paso del interior y en conexión con el jardín: ahí está emplazada la parrilla de esta casa proyectada por la arquitecta Ximena Fontán Balestra –Estudio XFB– en Béccar.
La parrilla no escatimó en dimensiones: cubre los 4 metros de ancho del quincho, con frente de acero inoxidable y espacio de guardado. Para recibir a muchos invitados y pasarla bien.
En la terraza y con mesada propia
La terraza fue lo que motivó a la arquitecta Melina Trogolo –al frente de MTD Arquitectura– y su familia a comprar este PH en Núñez, y la parrilla no podía faltar. Había una, en mal estado, en la esquina opuesta, pero decidieron empezar desde cero. Melina decidió tener toda la estructura revestida en hierro pintado de negro; no se limitó sólo la tapa del hueco, sino que también cubrió alrededor y el módulo lateral que contiene el horno.
A pesar de tener la cocina a un paso, su marido pidió contar con un espacio de apoyo independiente, ubicado también en la terraza y con spots (E27 Iluminación) sobre dintel para usarla también de noche. Y es algo de lo que no se arrepienten: “Es realmente muy práctico tener la mesada con bacha ahí, además de poder aumentar el espacio de guardado abajo”, cuenta.
Frente de acero
Disfrutar al máximo las vistas al lago y salir de lo tradicional fueron algunos de los elementos que propuso el estudio Grin Arquitectos para esta vivienda. La parrilla también sigue esos ejes: frente de acero –tanto para el espacio de fuegos como para el espacio de guardado de abajo–; revestimiento de madera alrededor, un toque rústico junto a las lámparas tejidas; y un ventanal que permite ver el horizonte.
Op Art
¿Se puede logra que la parrilla siga el diseño general de la casa? ¡Claro que sí! Este es un ejemplo. Siguiendo los diseños geométricos que eligieron para muebles, alfombras y revestimientos, la diseñadora de interiores Melanie Guibert planteó una parrilla diferente. Trazó una grilla con frente de acero inoxidable (y remaches a la vista, un toque extra), tres paneles ciegos negros –uno de ellos es el hueco de la parrilla–, y un espacio de apoyo revestida en calcáreos (Terra Calcáreos) dispuestos en forma de espina de pescado.
De apoyo
Una solución que no ocupa demasiado espacio y que, aún así, permite disfrutar del ritual de asar, es elegir una parrilla portátil (Tromen). En este caso, el interiorista Martín Hajnal y la ambientadora Florencia Szarfer decidieron que esté apoyada sobre la mesada de cemento, protegiendo la pared trasera con un revestimiento también de cemento, que se hizo usando como molde las chapas que recubren el piso de arriba. A un paso de la cocina y de la pileta, y con un juego de mesa y sillas para disfrutar junto al fuego, armaron un espacio completo.
Con tapa de chapa oxidada
En la casa de Constanza Ruiz, creadora de Viguá, y Juan Manuel Redini, la madera y la piedra son protagonistas. Y la parrilla no podía desentonar. Por eso, eligieron una tapa de chapa oxidada en dos módulos, que además combina con los ladrillos mendocinos del techo.
Con el proyecto a cargo del arquitecto Sebastián Sainz Ballesteros, del Estudio Robirosa, también definieron una disposición original para este espacio: en lugar de ubicar la parrilla al lado de la cocina, decidieron que estuviera en una galería-quincho con forma de L, envolviendo uno de los volúmenes de la casa, con acceso directo a un bar-playroom.
A gas
Otro ejemplo de parrillas ideales para espacios reducidos, que solo necesitan un entorno resistente al calor, es esta de estilo tambor, a gas (Gastrofactory) y con puerta que copia la forma al abrirse (y así no choca con el estante de arriba). El patio frondoso y con espacio para sentarse invita a disfrutar una comida al aire libre. Pero, si no, solo basta abrir la puerta ventana para acomodarse adentro, en los interiores renovados de una exfábrica textil que ideó la arquitecta Sofía Peña, del Grupo DWG.
Como parte de un bar
Si la intención es que la parrilla genere un momento ‘wow’, este es un camino posible, creando una suerte de quincho contemporáneo. “El dueño de casa quería disfrutar al máximo los espacios que más utiliza. Por eso surgió la idea de integrarlos a todos (incluida la parrilla) en un ambiente de estilo relajado y sofisticado”, cuenta la arquitecta María Inés Stefani, a cargo del proyecto.
Gracias a una potente chimenea y a un sistema reforzado de extractores, lograron que en el ambiente no haya humo ni olor mientras está encendido el fuego. Además, la elección correcta de los materiales logra aislar del calor a los otros módulos, que resaltan por la iluminación LED instalada en el interior, estantes con baranda en estaño y fondo de espejo envejecido suave.
Gabinete de curiosidades
Abierta al verde y con una parrilla muy original: así quedó esta townhouse en Brooklyn, de la mano de la arquitecta argentina Cecilia Reboursin, fundadora del estudio Larebour. La estética de las barbacoas estadounidenses no la convencía. Por eso, diseñó para su cliente neoyorquino una con mesada, espacio de guardado... y puertas para cerrarla, como si fuera un gabinete de curiosidades.
La parrilla –a gas y de acero inoxidable– está encastrada en la mesada (de granito negro) hecha a a medida y que permite tener una zona de apoyo sin descuidar la cocción. El revestimiento de azulejos ‘Puzzle’ (Stone Source) anima y sorprende, y queda a la vista al estar sentados a la mesa. Abajo, dos puertas ciegas de hierro negro, y un nicho abierto para tener la leña que usan en el fogón del sector trasero.
Parrilla-hogar
Si hablamos de parrillas chill, tenemos que incluir esta. “La parrilla-hogar fue una idea de Nacho, que quería un lugar afuera para estar con amigos o para hacer un asado. Como chimenea, tiene una altura rara. Como parrilla, es coqueta, con esas moldura. En conjunto, es perfecta: se amalgama al ambiente, y con doble función”, cuenta Dolores Morita, ingeniera y diseñadora de interiores, sobre el espacio que crearon junto a su marido en una casa de 1915. En invierno, se aprovecha más como hogar, mientras que en verano agregan una parrilla para convertirlo en asador. Con una importante chimenea garantizan el tiraje.
Ladrillo pintado
La clásica parrilla de ladrillo refractario a la vista tiene una vuelta diferente en esta versión, en la que pintaron el frente: de negro el sector que ‘sube’ desde el hueco –lo que disimula las marcas del humo–, y de blanco los dos laterales y la parte inferior, al igual que los muros exteriores de la vivienda. Colgados de la pared, los animalitos de mimbre descontracturan y dan el toque final.
Con mesada corrediza
En la terraza del PH que reformó para compartir junto a su familia, el diseñador de interiores Rob Ortiz dedicó un sector especial para la parrilla: la diseñó con una bandeja corrediza que hace de mesada, con estructura y frentes de hierro negro e interiores de ladrillos refractarios a la vista. Para contenerla, instaló una pérgola de hierro y policarbonato. Al lado sumaron un horno a gas.
Modular
En vez de tratar de disimularse, esta parrilla se luce por contraste. Juliana Caviglia, dueña de casa y creadora de Casa Hygge, hizo jugar el muro color terracota con el negro en la tapa guillotina de hierro y las puertas del bajo mesada, con espacio de guardado generoso.
De hecho, eligieron una heladera también negra. Un barral para colgar las herramientas terminan de darle un aire estanciero.
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