Estructura aterrazada y optimización del espacio, claves de un edificio con aire libre incorporado en plena ciudad.
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Los ambientes avanzan y se retraen en este proyecto del Estudio PLANTA, de las arquitectas Irene Joselevich y Ana Rascovsky. El proyecto aprovecha una condición del antiguo código de planeamiento porteño, regido por el factor de ocupación del terreno (FOT). El FOT no computa un precio sobre las superficies exteriores sin techo, por lo que si se aterraza el edificio, se obtienen más metros vendibles, que se convierten en pulmones de aire libre.
"Este tipo de arquitectura promueve una forma de vida en relación con el aire libre y la naturaleza dentro de la ciudad."
Arq. Ana Rascovsky, socia del estudio Planta, a cargo del proyecto
Interior de uno de los departamentos
Dentro del marco de este edificio, una joven pareja encontró su nuevo hogar. Al haber comprado durante la obra, pudieron customizar algunos ambientes y detalles a gusto. Luego, trabajaron en el interiorismo junto con la arquitecta Solana Lorenzo, quien también diseñó una pérgola en la terraza siguiendo la identidad general del edificio.
“Conceptualmente, el edificio consta de siete ‘casas apiladas’, cada una diferente de las demás, con grandes espacios exteriores y mucho perímetro de contacto con el exterior. Este es el único dúplex del edificio, y de los pocos con terraza verde además de los balcones”.
"Continuamos con la línea minimalista del edificio y generamos espacios calmos. Para el mobiliario, lo principal fue no recargar: buscábamos que fuera sobrio, limpio a la vista”."
Arq. Solana Lorenzo
“Los dueños de casa tenían definido que querían esta mesa y sillas de petiribí, diseño de Alejandro Sticotti para Net Muebles. En base a eso trabajamos el resto del espacio”, cuenta Solana Lorenzo.
A la escalera, que en obra se proponía de chapa, los dueños la prefirieron de madera. Tiene una baranda liviana, que brinda seguridad sin recargar visualmente el ambiente.
Salida a la terraza
Los muros exteriores tienen doble aislación: una chapa exterior blanca favorece la reflectancia solar y un muro de ladrillos interior, con una cámara de aire, permite la circulación de aire.
“La longitud del terreno permitió aterrazar todo el edificio de manera de generar amplios balcones asoleados. Los espacios al aire libre resultan centrales, tienen mucho uso por su proximidad con el interior”.
“En el plano horizontal del proyecto, el solado es verde, con césped y rastreras que proveen un colchón aislante de tierra de 10 centímetros. Estos exteriores crean un microclima que controla la temperatura frente a las superficies vidriadas”, nos explica Ana Rascovsky.
Cocina integrada
Living, comedor y cocina comparten un amplio espacio sectorizado a través del mobiliario. Las alacenas y muebles bajomesada se hicieron durante la obra, al igual que la barra con tapa de mármol.
Elección en obra
“Pensamos esta unidad con doble altura, pero cerraba mejor si la hacíamos con más dormitorios. Además del principal, hicimos el segundo a gusto de los clientes: antes que dos chicos, se inclinaron por uno con más metros”, recuerda Rascovsky
“En los cuartos instalamos cortinas de riel de gasa blanca. Tienen un frunce muy chiquito para no generar mucho volado y un ruedo ancho con algo de arrastre. Al ir de piso a techo, crean la idea de mayor espacialidad”, comparte Solana Lorenzo.
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