Antes y después: Un chalet de Martínez se puso al día con la familia mediante una nueva suite y un quincho genial

Después de 15 años en la casa, el cambio de vida con adolescentes planteaba el dilema de reformarla o mudarse. Mirá el proyecto que le augura a esta familia muchos años más en el mismo lugar.

PARA LA NACIONLucía Benegas

Cuando uno compra una casa de época, sabe que seguramente haya que mejorar los baños o la cocina, aunque la mayor reflexión tendría que caer sobre el estilo de vida que proponen frente al que hoy tomamos como natural. Milagros Bochatey y su marido compraron su casa en Martínez hace casi quince años, pero recién con la adolescencia de sus hijos y el confinamiento de la pandemia se puso en evidencia ese conflicto de base.

Antes de tomar la determinación de mudarse, que parecía inevitable, consultaron a la arquitecta Florencia Hermann, de Estudio FH. Como primera medida, les propuso un dormitorio en suite (gran pendiente de los padres durante años) en la planta alta, y transformar rotundamente el quincho al fondo del jardín, que hoy se vive con gran dinamismo y comodidad.

Renovación, de entrada

Aunque la renovación de la fachada no estaba contemplada en un principio, el cambio que implementaron en el segundo piso y el jardín los animó a hacerlo. En lo que se refiere a su estética, el ladrillo a la vista y las piedras estilo Mar del Plata se revistieron, la columna del porche se rectificó y las rejas se embutieron, para lograr un aspecto más limpio.

El frente también tuvo un significativo cambio funcional. Aprovechando un pasillo lateral, se hizo una nueva entrada cubierta y segura que se usa para ir directamente al quincho.

“Hoy los chicos pueden invitar amigos y quedarse hasta tarde sin alterar la paz general: entran por el costado y pasan al fondo, donde tienen todo lo que necesitan”.

Paso a una casa de adultos

Cada etapa de la vida tiene sus necesidades y las que trajeron la llegada de la adolescencia de los chicos fueron más espacio e independencia. En ese sentido, había otro elemento desaprovechado, además del pasillo: el quincho al fondo del jardín.

“El cambio que más me costó que los dueños aprobaran fue la pileta integrada al quincho. Ellos querían mantener el pasto, y sentían que esa decisión podía achicar el jardín. Por eso compensamos con canteros exuberantes”

De ayer y de hoy

La apuesta por un espacio nuevo con un look tan contemporáneo era arriesgada, de ahí la decisión de llevar algunos de los elementos del quincho a la casa. La nueva galería y el cuarto principal abrieron esa posibilidad, ya que se construyeron en una línea más despojada y minimalista. Techos rectos, aberturas grandes y detalles como la iluminación responden a esta idea de conjugar dos construcciones de estilos esencialmente distintos.

Se avanzó para llevar el contrafrente a un mismo nivel y darle lugar a la suite. Ese mismo movimiento hizo posible hacer una galería. Antes, la sombra se creaba con un toldo clásico.

Ambientes nuevos

Uno de los pedidos más importantes de los dueños de casa fue un nuevo baño en la planta alta, ya que había uno solo. En vista de los tres dormitorios chicos, Hermann propuso convertir uno de ellos en un baño en suite con su vestidor y construir un dormitorio principal con vista al jardín. Esos metros que se sumaron en el segundo piso, en planta baja habilitaron la galería.

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