Antes y después: qué soluciones de diseño aplicaron para poner al día un chalet clásico en San Isidro

Visitando para comprar, muchas veces los chalets parecen no tener respuestas para una estética actual si no es con enormes inversiones. Acá, la respuesta ingeniosa del estudio Altieri-Imhoff.

‘’El desafío era darle una nueva vida, conservar lo que funcionaba y agregarle algo distintivo’', cuentan las arquitectas Natalia Altieri y Maia Imhoff, socias en el Estudio Altieri-Imhoff, sobre la reforma de este chalet clásico en San Isidro. Hasta hace poco, la propiedad estaba alquilada como oficina, pero tras quedar libre, los dueños decidieron ponerla en valor y mudarse.

Nuevo volumen en la fachada

El primer cambio notable se encuentra en la fachada, donde se destaca un nuevo volumen revestido en chapa negra en planta alta. Además, se extendió el dormitorio principal incorporando un baño en suite y un vestidor, lo que implicó reemplazar el techo de tejas de lo que era el garaje, por una losa de hormigón.

El piso del acceso principal fue revestido con hormigón alisado. Para realzar las aberturas, se diseñó un marco fino de concreto que las enmarca, complementado con un revestimiento texturado Neoflex negro (Anclaflex) en las uniones. En los sectores de la fachada donde los ladrillos estaban en mal estado, se aplicó un revestimiento texturado Neoflex 962 en tono gris claro (Anclaflex), logrando una integración armónica con los elementos originales y una estética renovada.

“Algo muy común entre nuestros clientes hoy en día es reemplazar las tejas coloniales por chapa trapezoidal para facilitar el mantenimiento del techo”.

‘’Con un presupuesto acotado, priorizamos valorizar todo rescatable. La puerta principal, por ejemplo, se mantuvo intacta, renovándola únicamente con una pintura negra que realza su presencia. Del mismo modo, todas las aberturas del frente en la planta baja fueron conservadas y pintadas, logrando un aspecto fresco y actualizado sin necesidad de reemplazos.’’

Vuelta a casa desde la oficina

’Donde antes los antiguos inquilinos tenían una sala de reuniones, hoy se encuentra el comedor principal. El espacio común de trabajo se convirtió en un estar, demostrando que, con ingenio y planificación, los ambientes pueden mutar para adaptarse a las necesidades y estilos de vida contemporáneos’' explica Natalia.

‘’El parquet original fue clave para mantener el carácter de la casa, pero también implicó un desafío: tuvimos que replantear todas las instalaciones para evitar romper los pisos, así que el mayor cambio acá se dio con interiorismo y pintura’'.

“Cualquiera que hubiera visto la propiedad en su estado original no habría imaginado que, con muy pocos cambios, podría volver a funcionar perfectamente como una vivienda familiar”, reflexiona Maia.

‘Logramos una renovación total pintando las paredes y las aberturas en un tono gris muy lindo, que, junto con el mobiliario, levantaron la casa. El resto mantuvimos todo tal cual, los pórticos originales, hasta las molduras.’’

Cocina a punto

‘’Antes, la cocina era un espacio cerrado, separado del comedor diario, pero lo abrimos completamente para generar un gran ambiente integrado con una isla y una mesa de altura estándar, para comodidad de los clientes’'.

Siguiendo la misma lógica que los enchufes ocultos bajo las alacenas, se logró una estética limpia, con múltiples espacios de guardado discretos que facilitan el mantenimiento y aseguran que la cocina luzca siempre ordenada.

Desde la cocina, un ventanal de punta a punta conecta el interior con el jardín, haciendo que el verde forme parte de la vida cotidiana. ‘’El jardín entra literalmente a la casa’', resumen.

Esta esquina transparente de la cocina es un punto clave de la reforma. Antes había una puerta que bloqueaba las vistas, pero hoy ese espacio abierto permite que el jardín sea protagonista desde el primer paso dentro de la casa.

Demoler para actualizar

En la contrafachada, el cambio fue radical. ‘’El sector del jardín estaba ocupado por una construcción que tenía un dormitorio de servicio y un lavadero, lo que reducía mucho el espacio verde. Demolimos todo eso para liberar el jardín y ganar visuales desde la casa’'. Ahora, desde el acceso principal es posible espiar hasta el fondo del lote, logrando una conexión visual continua.

El antiguo garaje, que ya no era funcional debido al tamaño de los autos y camionetas actuales, se transformó en un lavadero, un cuarto de servicio y un baño para la pileta. Este espacio, antes inutilizado, se aprovechó para reubicar allí el programa que se encontraba en la zona demolida.

En planta alta

Subiendo a la planta alta, la principal intervención fue la creación de una habitación en suite. ‘’Había un único baño para tres habitaciones, lo que no aprovechaba el potencial del espacio’' cuenta Natalia. ‘’El vestidor está diseñado para ser cómodo, con lugar para sentarse a ponerse los zapatos, un espejo donde mirarse, es un espacio de calma.’’

Se abrió el vano para ir al vestidor (que da al contrafrente) y al baño con vista al frente.

El baño de la suite tiene detalles pensados para la comodidad diaria, como un porcelanato texturado en la zona de la ducha para evitar resbalones. “Nos gusta pensar en cada detalle y llegar al milímetro en nuestras reformas”, destacan.

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