Laura Di Cola se dedica a la gastronomía, con una visión clara de fomentar la alimentación saludable y sustentable. Además, escribió dos libros, dicta talleres y workshops de cocina práctica. En su propio jardín hace crecer las hortalizas para llevar a la mesa familiar.
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“Mi cocina es circular, empieza en la tierra y termina en la tierra”. Así define Laura Di Cola su filosofía. Y esto se nota también en el jardín: cada rincón tiene algo para su cocina.
Hay un cantero con diferentes variedades de kale combinadas con cedrón, menta y borraja. Árboles frutales, fruta fina en el cerco, un cantero de mostazas y otras verduras; en otro sector, una repisa para macetas con aromáticas y frutillas.
Podríamos decir que son canteros intervenidos: en todos encontramos una hierba, fruta o verdura entre las especies ornamentales.
Pero la gran protagonista es la terraza. Una escalera exterior conduce a la huerta, a modo de techo verde. La sombra que proyectan los árboles ya existentes otorgan su frescura en ese sector.
El compost también es un aliado, donde arroja los restos de poda del jardín. Los restos de cocina, en cambio, los entierra y siguen su proceso de compostaje natural.
Basura cero
“Con las cáscaras de cebolla hago un fertilizante para las plantas; con las cáscaras de naranjas, cascaritas confitadas o polvo de cáscaras de naranjas. Trato de utilizar todo”, cuenta Laura.
Desde hace 26 años este es su hogar, así que el diseño del jardín fue mutando y adaptándose. Hoy lo que más disfruta es cosechar. El fruto del esfuerzo que luego transforma en la cocina.
"Mi cocina es sustentable; el respeto es el punto de partida y la salud y el cuidado del medio ambiente, la consecuencia"