Abren un restaurante de lujo en Pinamar, tendrá platos que fueron inventados para Macri cuando era presidente
La ambientación teletransporta a los comensales a la toscana italiana o a un típico patio romano que está decorado con esculturas heredadas de la misma familia Shaw, fundadora de la localidad.
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LA NACIONMercedes Soriano
En una temporada de verano para la que se pronostica ocupación hotelera plena, la costa Argentina se prepara para recibir a cientos de turistas con la ilusión de reparar los efectos que la pandemia surtió en los últimos dos años. El partido de Pinamar este año renace con una nueva propuesta gastronómica de alto nivel. El 30 de diciembre, el chef Dante Liporace abre las puertas de Molusca, un restaurante de mar y parrilla que se presenta como la sucursal de su versión palermitana recién estrenada.
La propuesta se impone en la zona y “rompe con todo lo que hay en la Costa”, según el chef, donde a excepción de los clásicos como Tante, Griller en Cariló o algún otro local gastronómico en un parador exclusivo como Nómade o Negroni, no existen actualmente restaurantes de alto perfil.
Se encuentra en la planta baja del emblemático Playas Hotel, perteneciente a Pinamar S.A., ubicado en Bunge al 250. Fue precisamente Enrique Shaw, CEO de la sociedad y parte de la familia fundadora de la localidad, quien contactó a Liporace. La idea era hacer un restaurante nuevo sin un concepto en particular que refrescara la imagen del hotel pero después del éxito del primer Molusca en la Ciudad de Buenos Aires, optaron por adaptar la idea a una sucursal.
El exterior es el punto de recepción de los clientes, a quienes les da la bienvenida un gran cartel con el nombre del local y cuya entrada propia evita que se tenga que acceder obligatoriamente por el hotel. La ambientación teletransporta a los comensales a la toscana italiana o a un típico patio romano que está decorado con esculturas heredadas de la misma familia Shaw. No obstante, no pierde su identidad y muchos detalles del lugar, tales como las puertas, tienen la temática de mar estampada.
El restaurante tiene una superficie total aproximada de 350 m² divididos: 100 m² del espacio interior con capacidad para 65 comensales y el patio externo de 250 m² con capacidad para la misma cantidad de clientes. La mente detrás del diseño es la de Alejandro Peirano, arquitecto que también participó del diseño del famoso Uptown Bar ubicado en pleno Palermo y su nuevo bar palermitano Airplane. La ventaja estructural que facilitó el proceso de renovación fue que, al ya haber preexistido restaurantes allí de sushi o peruanos, la obra sólo requirió una inversión de US$120.000. Allí trabajarán casi 20 personas.
Menú grill
A diferencia de la propuesta gastronómica de Palermo, esta versión tiene un menú “más amable” con el público de la costa y no se limita al pescado solamente: “Como en la costa el público se repite no podés tener un concepto tan cerrado como el de pescados entonces hay pescados y carne a la parrilla”, detalla el chef.
Para Liporace, los platos estrella van a ser un ceviche de langostinos con leche de tigre de pomelo y el tartar de salmón que viene con sopa de tomate y manzana, aunque “los principales y más fuertes son la pesca a la parrilla y el ojo de bife”, estima. En postres, la carta de Molusca hace énfasis en su versión de cheesecake que imita al clásico neoyorkino. Para beber, el restaurante ofrece variedades de cuatro bodegas importantes.
Una de las particularidades que los comensales van a poder degustar es que algunos de los platos fueron creados especialmente para el ex presidente Mauricio Macri cuando el chef trabajaba como cocinero en Casa Rosada. “Los dos platos más consumidos de Casa Rosada fueron la sopa de tomate y manzana que venía como entrada y un risotto de hongos y langostinos para el que inventamos una técnica especial”, especifica.
Respecto a los precios, Liporace detalla que las entradas rondan entre los $2000 y los $3300, los platos principales con guarnición entre $2500 y $3500 y los postres cuestan un promedio de $800. Sin embargo, estos precios van a poder rebajarse por la abundancia de las porciones, que le da el margen al chef de calcular que con “una entrada y un principal comen muy bien dos personas”.
A diferencia de los restaurantes que lo precedieron, el de Liporace va a permanecer abierto los fines de semana de todo el año de viernes a domingo al mediodía para atender a la “gran cantidad de gente que hay viviendo en la zona”, finaliza el chef.
Por Mercedes Soriano
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